Ocio Nocturno

Vecinos del centro, en pie de guerra contra el ruido

  • Los residentes de Mitjana lanzan una ofensiva de denuncias contra el Ayuntamiento por el ruido de la plaza. La Policía empezó a multar a los bares el jueves.

Es viernes por la tarde y mientras el común de los mortales realiza planes para exprimir al máximo el merecido tiempo de descanso del fin de semana, los vecinos del entorno de la antigua plaza Mitjana, renombrada plaza Marqués del Vado, temen precisamente el ocio de consumo de alcohol que cada jueves, viernes y sábado se reproduce bajo sus ventanas e impide su descanso. Lo comentan con desesperación e impotencia, pero con la esperanza de que la ofensiva de denuncias lanzada contra el Ayuntamiento por el ruido dé resultado. Una campaña a la que añaden cartas a los periódicos y correos electrónicos de madrugada a la Junta de Distrito Centro con la medida en tiempo real de los decibelios registrados. Todo ello para dejar constancia de que "los vecinos sí existen" y que no son pocos.

De manera organizada, pero individualmente para que se contabilicen por separado, cada semana dirigen sus quejas al área de Seguridad. Están dispuestos a llegar a donde haga falta, y más después de conocer las recientes sentencias judiciales de municipios de la Costa del Sol que dan la razón a los vecinos en estos asuntos. El pasado viernes, reunidos con este periódico ojeaban con esperanzas la resolución que el Defensor del Pueblo Andaluz ha emitido ante las quejas por los bares de El Romeral. Su objetivo a corto plazo, que se ponga coto al botellón encubierto en la zona. A largo, que el centro histórico sea considerado Zona Acústicamente Saturada (ZAS), con las medidas que conlleva la catalogación. Comentan el Plan de Monitorización de Ruido del Ayuntamiento de Málaga, que finaliza en la zona a finales de este mes; "a ver qué medidas adoptan cuando comprueben los niveles de ruido que soportamos de día y de noche", comenta Óscar. Leonor y Teresa le responden poniéndole el ejemplo de la campaña de principios de año contra el ruido, momento en que instalaron los medidores de ruido. Pusieron unos carteles y repartieron posavasos. "El 2015 lo hemos aguantado, el 2016 ya no", dicen de forma contundente.

"La Policía no actúa, está de guardiana del gueto", matiza Leonor, mientras Carmen, que vive en calle Comedias, lee el mensaje que el propietario del negocio de abajo le ha dirigido para ese mismo viernes: "Carmen, disculpe esta noche, es el aniversario...". Por adelantado, la avisa del exceso de ruido al que está abocada esa noche.

De momento parece que el aluvión de quejas vecinales ha empezado a dar resultado, aportando al menos un pequeño respiro pasadas las 2:00. Desde el pasado viernes y hasta que la situación revierta, la Policía Local está tomando la plaza justo a la hora de cierre de los bares para asegurarse de que las terrazas de los bares están desmontadas y el consumo de alcohol en la calle ha terminado. "Mitjana se había convertido en un abuso", reconoce el concejal de Seguridad, Mario Cortés, al que van dirigidas las denuncias en masa que los vecinos están lanzando. "Tienen razón y hemos tomado medidas", comentó al respecto. Cortés explica que durante varias semanas se ha procedido a dar toques de atención a los locales del entorno porque se estaban saltando el horario de cierre. El jueves pasado se procedió a dar el último aviso a los locales y y ha sido durante las noches del viernes y sábado en las que se empezó a sancionar "hasta que se asuma la ley", matiza el edil de Seguridad.

El concejal advierte a los bares de que esta vez no se trata de una campaña, sino que los agentes de Policía Local seguirán con la orden de entrar en la plaza y multar a los bares por venta de alcohol para su consumo en el exterior, por no recoger la terraza y por saltarse el horario de cierre cada jueves, viernes y sábado hasta que se haga cumplir la normativa. Por este motivo, las sanciones están siento tramitadas directamente al órgano de gestión de los tributos, Gestrisam, para que se emitan de forma ágil y rápida y de este modo tengan el efecto disuasorio que se pretende.

Sin embargo, la queja de los residentes va más allá y lo que pretenden es que no se permita el consumo de alcohol en las calles aledañas, más allá de las mesas y sillas de las terrazas de los locales. Los vecinos del centro histórico y los empresarios de discotecas y bares con música se aliaron el año pasado precisamente para exigir que se le pusiera coto al botellón encubierto que cada fin de semana se produce en el entorno de Mitjana. Los primeros buscaban garantizar el descanso de los residentes de las calles aledañas y los segundos captar los clientes, que con el buen tiempo alargaban su estancia en la plaza hasta altas horas de la madrugada y no pasaban por sus locales. Durante varios fines de semana la Policía permaneció desde primera hora de la noche multando a los bares que servían bebida más allá de las terrazas delimitadas para cada negocio e incluso al usuario que lo estuviera consumiendo. Pero la concentración de personas consumiendo alcohol en la calle, con el ruido que conlleva, volvió de nuevo a sus orígenes.

El edil de Seguridad reconoce en este punto "cierta flexibilidad" en torno a las terrazas, dado que no se manda a la Policía "a contabilizar a las personas" que hay en la calle. "Hay que buscar los equilibrios, garantizando el descanso", concluye, mencionando de nuevo la medida adoptada de sancionar por incumplir el horario de cierre y la venta de alcohol a partir de esa hora.

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