Málaga

Acoso escolar El ciberacoso crece en el último ciclo de Primaria

  • Los docentes piden mayor control parental de las redes sociales El mal uso, aunque se genere en casa, llega a los centros para alterar la convivencia

En este mes de febrero, la Guardia Civil de Málaga ha desarrollado actuaciones contra el acoso escolar en tres institutos de Secundaria, dos en el Valle del Guadalhorce y uno en la Axarquía. En total, 11 jóvenes investigados y, en la mayoría de los casos, las redes sociales y plataformas como Whatsapp como vehículo principal para ejercer esa violencia entre iguales. Aunque el origen de las vejaciones y las amenazas comenzaron en los centros educativos, trascendieron ese ámbito, colgaron fotografías de sus compañeros y utilizaron sus perfiles para verter comentarios despectivos. Pero esto no sólo ocurre en los alumnos de mayor edad, sino que ya se está dando cada vez con mayor frecuencia en el último ciclo de Primaria. De ahí, como subrayan los directores de colegios e institutos, la importancia de la educación para un buen uso de estas herramientas y del control parental de las nuevas tecnologías.

"En el último ciclo, en 5 º y 6º de Primaria, se están empezando a detectar casos de acoso y mal uso de plataformas como Whatsapp y envío de fotos, que no son de carácter sexual pero sí de mofa, saben alterar la imagen y lo que para ellos es una broma se convierte en algo de mal gusto", explica David Sevilla, vocal en Málaga de la Asociación de Directores de Colegios de Primaria. "La mitad de los alumnos de 10 años ya tienen móvil y, aunque no los puedan traer al centro porque casi todos prohiben su uso, lo utilizan en casa con el wifi", agrega Sevilla y asegura que en su centro el año pasado abrieron dos protocolos de posibles sanciones por acoso y ambas relacionadas con las nuevas tecnologías.

"En los grupos de Whatsapp en menos de cinco minutos y con cinco emoticonos ya estás acosando, es mucho más rápido, lo ve más gente y, sin embargo, el que lo hace siente mayor impunidad, parece que no lo está haciendo", considera el vocal de la Asociación de Directores de Primaria. También señala que muchas familias no consideran que el colegio tenga que intervenir cuando la acción no se desarrolla dentro del centro. "Aunque el problema se genere fuera hay que intervenirlos desde el colegio, porque sí que tienen sus consecuencias, no son grupos de amigo sino de una clase y lo que se diga en ellos repercute al día siguiente y altera la convivencia", agrega David Sevilla.

La Orden de 20 de junio de 2011, por la que se adoptan medidas para la promoción de la convivencia en los centros sostenidos con fondos públicos, regula los aspectos referidos al acoso escolar y establece el protocolo de actuación. "Se trata de un protocolo muy completo, en el que hay más de una docena de pasos a seguir para determinar si hay un acoso escolar o no", comenta Virginia Rodríguez, vocal en Málaga de la Asociación de Directores de Institutos (Adian). "Hay que abrir el protocolo de acoso siempre que hay un denunciante, en prevención y ante la duda se inicia cuando a lo mejor son pequeñas riñas entre iguales, por lo que se puede pensar que hay una burocratización del tema exagerada", considera Rodríguez.

Eso sí, muchos de estos informes que se empiezan y que incluyen el informe del tutor del alumno denunciante, información a los padres, comunicación a la inspección educativa, reunión con el departamento de orientación y comunicación a la comisión de convivencia del centro, entre otros pasos, se cierran cuando en mitad del proceso se determina que no existe tal violencia. El último paso posible es la actuación del Gabinete de Convivencia de las Delegaciones Territoriales, que puede actuar a petición de la inspección, del centro o de la familia. "Para que haya acoso escolar tiene que ser repetido en el tiempo, que la molestia, los insultos y vejaciones o las agresiones físicas sean continuadas en el tiempo y, en ocasiones, se utiliza el término con demasiada facilidad".

Eso sí, cuando se confirma que sí ha existido en la mayoría de los casos el mal uso de las redes sociales está detrás. "Muchas veces se inician en el ámbito privado del menor y en redes sociales en las que no deberían tener un perfil porque no tienen edad para ello, y en eso tiene mucha importancia el control parental", considera Virginia Rodríguez, vocal de Adian. "Es muy importante que los padres sepan las reglas del juego, las edades de acceso a cada red, que haya una vigilancia, porque puede que por desconocimiento o despiste no se haga y, por eso, es muy importante que haya una formación de las familias en este ámbito", añade Rodríguez.

Tampoco es cuestión, como subraya la vocal de Adian, de "demonizar" las nuevas tecnologías que, utilizadas con corrección, pueden ser "maravillosas", pero sí de hacer un llamamiento a la responsabilidad de los padres en el control de su uso. "El Whatsapp es un patio de vecinos, hay muchos observadores silenciosos, publicas palabras que quedan escritas, y no tienen mucha conciencia de hasta que punto es peligroso dejar constancia de comentarios o imágenes que te pueden perjudicar, incluso, si tienes un puesto público cuando eres adulto", señala Rodríguez, que destaca la realización en los centros de charlas para las familias.

La guía de la Sociedad de Medicina del Adolescente apunta que la edad de inicio de acceso a internet es cada vez más temprana. Más del 41% de los niños españoles de 11 años tiene un teléfono móvil y a los 13 más de un 75% dispone de esta tecnología. La cifra ya supera el 90% a los 15. Y como la gran mayoría tienen internet en un dispositivo tan personal y su acceso a las redes sociales es tan fácil, el 56% de los menores tiene un perfil propio. En España la edad mínima legal para tener un perfil en una red social es de 14 años aunque casi un 40% de los menores entre 9 y 13 tienen ya uno. Esta proliferación de su vida virtual puede dificultad la detección de los casos y para ello la colaboración de centros, padres y alumnos es clave. Según un estudio realizado por la Fundación Alia2 en colaboración en colaboración con la Diputación de Málaga y la Obra Social La Caixa, uno de cada diez alumnos de sexto de Primaria y Secundaria de la provincia han sufrido alguna vez acoso en internet. Y subrayan desde la fundación, que estos resultados ponen de manifiesto que los menores malagueños no realizan un uso seguro de internet y que su seguridad es casi nula. También destaca dicho informe que los padres de alumnos malagueños de Secundaria tienen "poco o nulo" control sobre el uso que hacen sus hijos de internet a pesar de que la implicación de los padres resulta fundamental.

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