Málaga

Cuchillos innovadores para paliar los efectos del Parkinson

  • La empresa Solingenio, propiedad del inventor Francisco Caro, tiene 30 patentes y se marca como reto abrir una fábrica en Almogía

La mente del profesor jubilado Francisco Caro es un hervidero de ideas e inventos que, si consiguen producirse y comercializarse, pueden suponer un fuerte empuje para la economía malagueña. De hecho, ya está en negociaciones con inversores públicos y privados para crear una fábrica en su localidad natal, Almogía, y en otros puntos de la provincia. Por ahora, Caro tiene ya 30 productos patentados y numerosos proyectos en la cabeza. En mayo, por ejemplo, prevé presentar junto al Ayuntamiento de Madrid un producto que permitirá la recogida de cacas de perros sin manchar el suelo.

Caro ha sido maestro de escuela en Almogía durante 40 años y juez de paz en la localidad durante 25 años. Se jubiló en 2011 y, fruto de su espíritu inquieto, contactó con catedráticos de la Universidad de Málaga y con expertos del Parque Tecnológico de Andalucía para que le ayudaran a dar forma a algunas de sus iniciativas. Con ese recorrido, la Junta de Andalucía le animó a participar en el pasado Foro Transfiere y, de ahí, este emprendedor creó la sociedad Solingenio, "en homenaje al sol de Málaga y al ingenio de Picasso", comenta. Colabora con otras empresas como 3DZings y Almopaten y tiene oficina en el BIC Euronova.

Su primer invento fue un sistema para evitar el vuelco de las porterías. "En los recreos del colegio veía que había un grave peligro y que lamentablemente ha habido muchos accidentes", narra Caro, quien ha patentado este producto en Europa, Estados Unidos y Brasil. Es un elemento autónomo y también puede utilizarse contra los vuelcos de andamios, vallas o gradas de espectáculos culturales o deportivos. "Ya le he entregado un proyecto a la Junta de Andalucía para poder instalarlo en los colegios y está homologado por la Universidad Politécnica de Valencia", añade el empresario, quien señala que en la página web de Solingenio pueden verse vídeos demostrativos de este y otros inventos.

Entre todas sus patentes, Caro hace hincapié en varias de ellas. Una es un espejo retrovisor central para los vehículos dirigido a personas con visión monocular, ojo vago o deficiencias visuales. Consiste en colocar un telémetro óptico a modo de pegatina en el retrovisor que permite conocer a qué distancia está el coche por detrás o si le están adelantando.

Otro de ellos es un cuchillo especial para personas con Parkinson u otros defectos de movilidad manual. Ese cuchillo está hueco por dentro y se le incorpora un envase, por ejemplo, con aceite. Al presionarlo, sale por unos pequeños agujeros en el cuchillo y se puede untar el pan. En definitiva, poder hacer dos cosas con una sola mano.

Caro afirma que en Qatar ya se han interesado por unos guardarraíles reciclados de neumáticos sin raíl superior. Ya están en negociaciones con fabricantes de coches y aseguradoras para ver la posibilidad de que éstas financien el desarrollo del dispositivo a cambio de incluir publicidad, "por lo que le saldría gratis a la Administración".

Un cazo de quita y pon hidráulico acoplado en tractores o retroexcavadoras para ahorrar combustible; un brasero para mesas camillas con un sistema sensor interruptor que puede accionar una persona discapacitada con la silla de ruedas y, al retirarse con la silla, se apaga; un colillero iluminado que recoge y apaga automáticamente las colillas y las recicla; un sistema de prevención del cáncer de mama; un proyecto para suprimir las ruedas en los aterrizaje de aviones; un utensilio para aumentar la seguridad de los carritos de bebés... Estas son varias de las patentes que ya tiene registradas Caro y que está convencido de que se podrán fabricar en breve en Málaga "porque mi inquietud es devolver a la sociedad parte de lo que me ha dado para mi formación".

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