Málaga

Sexo con el corazón tocado

  • El Clínico aborda en talleres las dificultades de los pacientes con insuficiencia cardiaca para las relaciones sexuales, que son posibles si hay una tolerancia mínima al ejercicio físico

La sexualidad no es igual con el corazón tocado. Y no precisamente dañado por las penas de amor, sino golpeado por la enfermedad. Dos de cada tres personas con insuficiencia cardiaca sufren alteraciones en sus relaciones sexuales en distinto grado. Los médicos creen que es hora de sacudirse los tabúes y abordar el tema para tratar de aportar soluciones, que las hay, y para que la sexualidad se disfrute sin riesgos. La preocupación tiene sus razones. Hay enfermos que durante años visitan a su cardiólogo y su médico de cabecera y "ni los facultativos preguntan por su esfera sexual, ni los pacientes hablan", advierte el urólogo Antonio Quiñonero. Y añade: "Los enfermos esperan que sea el profesional el que plantee el tema".

Las alteraciones sexuales afectan en similar proporción a hombres y mujeres. Entre el 60 y el 70% de los pacientes con insuficiencia cardiaca las padecen. Ellos sufren disfunción eréctil. Ellas, bajo deseo sexual y sequedad vaginal.

De cara a dar calidad de vida a los enfermos, la sexualidad es uno de los apartados que el Hospital Clínico aborda en los talleres para pacientes con problemas cardiacos. Quiñonero advierte: "Que ningún paciente deje la medicación para el corazón porque le cause alteraciones sexuales porque lo prioritario es el corazón. Pero debe comunicar los efectos secundarios a su médico". Sólo así el profesional podrá ayudarle para que tenga una vida de pareja lo más normal posible.

Las alteraciones sexuales en estos enfermos tienen causas mixtas. La primera, la biológica. De hecho, ciertas patologías sexuales suelen anticipar y predecir un problema cardiovascular. La segunda, la psicológica. Muchos pacientes sienten miedo y ansiedad sobre los efectos que puede tener sobre su salud el esfuerzo físico de un encuentro sexual. La tercera, la farmacológica. Hay medicamentos para el corazón que disminuyen la libido o provocan disfunción eréctil.

Quiñonero hace una aclaración fundamental: "La mayoría de los pacientes con una patología cardíaca, estables en su enfermedad, pueden tener relaciones sexuales siempre que tengan una tolerancia mínima al ejercicio físico". Hay grados de insuficiencia cardíaca. Los niveles son cuatro, según una clasificación científica. Los dos más graves son los que pueden tener la sexualidad más comprometida. En todo caso, si al mantener relaciones sexuales la persona sufre sensación de asfixia, dolor torácico o fatiga intensa debe consultar a su médico.

Dada la vergüenza que sienten muchos pacientes para hablar sin tapujos del tema, el Clínico ideó un cuestionario voluntario que se les entrega a los usuarios del gimnasio de Rehabilitación Cardíaca para conocer la dimensión del problema. Las respuestas dan pie luego a que el asunto se aborde en los talleres con pacientes y a que estos se atrevan a preguntar. Quiñonero añade otro matiz a tener en cuenta: "La patología no afecta únicamente al paciente, sino también a la pareja". No sólo porque ésta puede que no disfrute como antes debido a las alteraciones sexuales de su compañero/a, sino porque le preocupa someterlo/al asfuerzo físico del acto sexual. Aunque haya que tomar otras precauciones -distintas de las de los 30 años- a la hora de tener sexo, los médicos insisten en que la sexualidad es calidad de vida y que ahí están ellos para ayudar. Porque el corazón puede estar tocado, pero no hundido.

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