El soterramiento del acceso ferroviario al puerto de Málaga vuelve a escena. Ante la incapacidad económica del Ministerio de Fomento de afrontar la construcción de un túnel para este tren de mercancías, que en la actualidad cruza en superficie varias calles de la ciudad, la Autoridad Portuaria y el Ayuntamiento, de la mano, empiezan a dar los primeros pasos para que esta infraestructura obtenga fondos europeos para su materialización.

En concreto, según los datos conocidos por este periódico, el valor estimado para la obra alcanza los 44 millones de euros, que se habrían de repartir al 50% las dos administraciones públicas implicadas. La pretensión es que del global de la intervención, la financiación europea pueda cubrir hasta el 80%. El plazo estimado para el desarrollo de la obra es de unos 30 meses.

Con este paso adelante, el organismo presidido por Paulino Plata busca liberar esta histórica demanda de la ciudad del bloqueo en el que se encuentra desde hace casi seis años. Fue el 9 de abril de 2010 cuando el entonces presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Antonio González Marín, presentó el anteproyecto para la ejecución del soterramiento, con una inversión estimada en 50 millones de euros y con una estimación temporal de 18 meses.

La idea del ente estatal era el de licitar los trabajos pocos meses más tarde, con el fin de que los trabajos pudiesen arrancar o a finales de 2010 o a principios de 2011. La traza elegida para el recorrido soterrado afectaba a un bloque de viviendas de protección oficial (VPO), ocupado por 36 inquilinos, y a varias propiedades privadas, que debían ser compensados.

Pero los deseos del Gobierno se vinieron abajo cuando la crisis económica se hizo más presente y el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero disminuyó de manera significativa las inversiones en materia de infraestructuras. Y desde ese momento hasta ahora, dado que tampoco la administración del PP ha resuelto el escollo económico que lastra esta gran obra. Una demostración es que en los últimos cuatro años las consignaciones presupuestarias destinadas por Fomento a esta iniciativa han sido nulos o, en el caso del presente ejercicio, apenas va a servir para actualizar los datos del anteproyecto.

Ello a pesar de que desde el propio Consistorio se ha reclamado al Gobierno central una apuesta decidida por rescatar esta intervención. El propio Pleno municipal dio luz verde por unanimidad a mediados del pasado año a una moción en la que se reclamaba a las administraciones regional y estatal el desarrollo de una serie de infraestructuras, entre las que se incluía el soterramiento del ferrocarril portuario.

Con el objetivo de ser merecedor de esta colaboración europea, los responsables de la petición hacen hincapié en el valor que el soterramiento de la vía férrea tendrá sobre la zona por la que discurre, dado que permitirá eliminar hasta cuatro pasos a nivel con barreras, localizados en las calles Héroe de Sostoa, Ayala y López Pinto, así como el paseo marítimo Antonio Machado. A ello añaden la puesta en valor de la calle Ferrocarril del Puerto, ahora afectada por el tren; la necesidad de favorecer las salidas y entradas de mercancías al puerto de la capital de la Costa del Sol, mejorando su competitividad, y mejorando el vial litoral.

Tomando en consideración estas directrices, a juicio de los responsables del Puerto la demanda económica cumpliría los criterios marcados en el nuevo programa de fondos europeos, en hasta tres objetivos temáticos: economía baja en carbono, transporte y desarrollo urbano sostenible integrado.

En el caso concreto de la segunda línea, las administraciones implicadas subrayan que la ejecución de este acceso soterrado permitiría enlazar Málaga con la red logística de Andalucía, con especial importancia de los posibles desarrollos industriales contemplados en la zona de Campanillas y en el puerto seco de Antequera. En cuanto al desarrollo urbano sostenible, se insiste en el beneficio de la eliminación de pasos a nivel con barreras, buscando con ello, además, la puesta en valor de un espacio urbano actualmente degradado. La intervención, conforme a lo ya planteado años atrás por parte de Fomento, consistiría en la construcción de un túnel de 700 metros de longitud y una rampa de salida a cielo abierto de 450 metros.