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Sociedad · Los cambios sociales provocan un retraso cada vez más acentuado de la maternidad

Madres a los 40 y tantos

  • Más de mil mujeres mayores de esa edad tuvieron hijos en 2014 en la provincia. Ese tramo no ha parado de crecer y en parte se debe a las técnicas de reproducción asistida.

Prefiere no dar su nombre, pero cuenta su historia. Dice que le gustaban los “guapos y sinvergüenzas” así que nunca pudo formar una familia. A sus 44 y sin hijos, decidió ser madre por reproducción asistida, en solitario. Con esperma donado y sus propios óvulos lo intentó tres veces. Fracasó. El cuarto intento lo hizo con ovocitos de donación y se quedó embarazada. Fue en el Centro Gutenberg. Dio a luz a los 49 años. Hoy su hijo tiene 7, va al cole y es un niño feliz. “Y la madre, más feliz aún que el niño”, cuenta esta mujer que asegura que la maternidad la ha rejuvenecido.

Su caso es algo particular, pero ya empieza a ser habitual que mujeres con 40 ó más años lleguen al paritorio. Unas por embarazo natural y otras gracias a técnicas de reproducción asistida. Es una realidad social reflejada en las estadísticas y en los centros sanitarios:la incorporación femenina a la vida laboral y la mayor esperanza de vida han traído aparejado un progresivo retraso de la maternidad.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 1976 las mujeres tenían a su primer hijo con 28,5 años. En 2013, con 32,3. Los datos del INE recogen que el 5,1% del total de bebés nacidos corresponden ya a mujeres que han sido madres por primera vez con 40 ó más años.

“Es una realidad social que se nota en la reproducción asistida, porque a mayor edad, menor posibilidad de embarazo natural”, indica Carmen Segura, embrióloga del Centro Gutenberg.

Esta clínica atiende a unas mil pacientes al año. De esa cifra, 240 tienen 40 años o más. Segura sostiene que si hubieran intentado su embarazo a una edad más temprana, la mayoría seguramente no habría tenido problemas para conseguirlo de forma natural. El retraso de la maternidad se refleja en la edad media de las pacientes del Centro Gutenberg. En 2005 era de 36 años. Diez años después, se había elevado a 38,6.

Frente a los cambios sociales, la bióloga advierte:“Las técnicas de reproducción asistida están para solucionar los problemas, pero cuanto más retrase la maternidad una mujer, se va a complicar más. Y es más probable que tenga que recurrir a óvulos donados para ser madre, salvo que previamente haya preservado [congelado] los propios”.

La razón de que a más edad, menos probabilidad de lograr un embarazo es que la mujer tiene un número limitado de óvulos. A medida que cumple años le quedan menos y más envejecidos.

Una mujer que se somete a reproducción asistida con ovocitos propios a los 35 años –según los datos de la clínica– consigue el embarazo en un 66% de los casos. Desde esa edad hasta los 39, el porcentaje de éxito baja al 56% y cae estrepitosamente al 23% a partir de los 40. A más edad, baja la posibilidad de embarazo y sube la probabilidad de aborto. Así, abortan el 12% de las menores de 35 años, el 22% de las mujeres de  35 a 39 y el 56% de las de más de 40. Los datos se refieren a las pacientes que se han sometido a tratamiento en la clínica con óvulos propios.

La reproducción asistida ha avanzado para dar respuestas a las nuevas demandas sociales, pero al mismo tiempo las mejoras en estas técnicas han dado lugar a cambios en la sociedad. Así, en la actualidad muchas mujeres pueden ser madres gracias a que recurren a óvulos donados. Y según los datos del Centro Gutenberg, dos de cada tres mujeres que necesitan de esta donación (el 67%) tienen 40 años o más.

La razón es que aunque hoy en día una mujer de cuarenta y tantos años esté bien, sana y activa, su envejecimiento ovárico es implacable. La reproducción asistida con óvulos donados es la solución para mujeres de este tramo de edad porque aunque ellas ya sean maduras, el ovocito con el que se consigue el embarazo es joven. De alguna manera, es como parar el tiempo. Según la Ley de Reproducción Asistida, el tope de la donación de óvulos son los 35 años. El Centro Gutenberg recurre a donantes de menos de 30. El coste de estas técnicas oscila entre 3.500 y 5.500 euros la fecundación in vitro con óvulos propios y 5.500 y 8.000 con ovocitos de donante.

Eso fue lo que se ahorraron Juana y Susana. Ambas tuvieron hijos a los 42, pero de forma natural. Juana tenía dos niños cuando se quedó viuda. Años después formó una segunda pareja y, sin buscarlo, llegó la niña. Este fin de semana, la pequeña cumple nueve años. “No me ha costado ningún trabajo. Al contrario, me da más energía. La estoy disfrutando más que a los otros dos porque ha llegado en una etapa en la que ya tengo más estabilidad. Tengo el trajín de los deberes y los cumpleaños, pero estoy super feliz”, relata.

Susana –su cuñada– también fue madre a los 42.  Cuenta que ella era la menor de cinco hermanas, así que siempre ejerció de tita y no tenía muchas ganas de tener niños. “Me gustaba ser libre”, admite. Pero conoció a un hombre, se casó y sintió –ya con treinta y tantos– la necesidad de ser madre. Tuvo el primero con 36. Y con 41 decidió que era mejor darle un hermano. “Pensé que a mí me encantaba tener hermanas y que era mejor no dejarlo solo”, dice. A los 42 nació su segundo hijo, que ahora tiene dos años.  Asegura que no le pesa la maternidad con cuarenta y tantos:“Lo que cuesta es que ahora son dos y  que el pequeño es un terremoto”.

Congelar los óvulos para parar su envejecimiento, una nueva opción

Vitrificación. Así se llama el proceso por el que se congelan óvulos. La técnica nació para dar respuesta a mujeres por un tratamiento o una intervención podían perder su capacidad reproductiva. Por ejemplo, antes de someterse a una quimioterapia criopreservaban sus ovocitos y así en el futuro podían tener hijos. Pero una posibilidad que se inició para causas clínicas ha empezado a usarse también por razones sociales. Ya hay mujeres que por motivos laborales o porque no tienen una pareja estable deciden aplazar su maternidad y congelan sus óvulos cuando todavía son jóvenes para poder usarlos más adelante. Así paran su envejecimiento y las consecuencias negativas que merman las posibilidades de un embarazo. Todavía no muchas mujeres vitrifican sus ovocitos por razones sociales, pero es una opción que los especialistas aconsejan. Incluso recomiendan que se haga antes de los 35 años.

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