Málaga

GVA entra en Alemania y reforzará su apuesta en Latinoamérica en cinco años

  • El bufete de abogados malagueño prevé facturar este año seis millones de euros, un 28% más

El bufete de abogados malagueño GVA (Gómez-Villares & Atencia) sigue apostando por la internacionalización. La firma ya cuenta con varias oficinas propias en España, Colombia y Honduras y despachos asociados con personal propio en Londres, Liverpool, Casablanca u Oslo al que acaban de sumar su entrada en la ciudad alemana de Dortmund. En su plan estratégico para los próximos cinco años contemplan, además, ampliar la red de oficinas propias en Latinoamérica con sedes en Perú, Panamá, Argentina o Brasil, entre otros países. Así lo explica Santiago Gómez-Villares Pérez-Muñoz, uno de los doce socios que dirigen la compañía, quien destaca el crecimiento del bufete, que el pasado año facturó 4,7 millones de euros y que en 2016 espera alcanzar un ingreso de seis millones de euros, un 28% más.

GVA nació en 2011 tras la fusión entre dos despachos tradicionales en Málaga como Gómez Villares -fundado por el letrado Ramón Gomez-Villares en 1972- y el creado por Manuel Atencia. "Teníamos en común valores fundamentales del ejercicio de la profesión y decidimos que sería estratégico unirse", señala Santiago Gómez-Villares, quien apunta que gracias a este pacto ya plenamente consolidado consiguieron aumentar el tamaño del bufete, su número de empleados y su cartera de clientes. En estos momentos, GVA posee unos 60 trabajadores y su intención es elevar la plantilla "conforme lo vayamos necesitando". Este socio indica que han sido uno de los despachos en España con mayor crecimiento porcentual de trabajadores en los últimos años y subrayó que "queremos un crecimiento orgánico, desde dentro hacia fuera". Cuentan con dos abogados del estado, catedráticos, profesores de la Universidad de Málaga y socios con más de 40 años de experiencia y tienen un convenio de colaboración con la UMA a través del cual cada año se incorporan a hacer prácticas entre cuatro y cinco personas. "Son abogados que ya han terminado la carrera, les formamos durante seis meses y vemos cómo van, aunque se suelen quedar la mayoría de ellos a trabajar aquí", recalca.

Sus previsiones son positivas y eso está provocando que su actual sede central, de 900 metros cuadrados en el centro histórico de Málaga, se les esté quedando pequeña. "Es posible que ampliemos en breve nuestras instalaciones y estamos mirando sitios", comenta el letrado.

GVA posee oficinas propias en Málaga, Madrid, Marbella, Torre del Mar, Colombia (en Bogotá y Medellín) y Honduras (Tegucigalpa), además de los pactos en Europa ya comentados previamente y que denominan best friends (mejores amigos). Su salida al exterior se debió, según Santiago Gómez-Villares, a que encontraron un nicho de mercado asesorando a pequeñas y medianas empresas que querían exportar o implantarse en otros países por la fuerte crisis económica en España. Eso les llevó a crear un departamento especializado en comercio exterior y dar un servicio integral, aunque realmente no tiene un gran peso en sus ingresos. El socio de este despacho afirma que el negocio exterior "puede significar en torno a un 5% del beneficio antes de impuestos". En cualquier caso, sí es representativo porque diversifican más su cartera. El diario Expansión publica cada año un ranking de despachos de abogados en España y GVA alcanzó en 2015 el puesto 34 por volumen global de negocio.

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