Málaga

Un verano sin rastro de las medusas

  • Los expertos achacan el fenómeno a las lluvias de la pasada primavera y a la ausencia de alimento

Todo estaba preparado al inicio del verano para recibir al aluvión de medusas que en los últimos años han provocado la alarma entre los bañistas. Pero a punto de que la temporada de playas termine, este año apenas si ha habido rastro de esta temida especie en la provincia de Málaga.

Los expertos no se ponen de acuerdo y nadie se atreve a dar una única causa que explique este fenómeno, aunque parece ser que las lluvias de la pasada primavera y el hecho de que las temperaturas no fueran extremadamente cálidas durante esos meses han contribuido a que las medusas este año no hayan hecho acto de presencia en las playas malagueñas.

Curiosamente el pasado fin de semana, a punto de concluir el verano, fue cuando se detectaron varios enjambres de medusas en algunos puntos del litoral.

Pero excepto en esa ocasión y otra durante el mes de junio, la temida pelagia noctiluca no se ha dejado ver más. La falta de alimento ha sido clave, según el director del Aula del Mar de Málaga, Juan Jesús Martín, ya que las condiciones meteorológicas de los meses previos al verano "no fueron favorables para la proliferación del plancton y al no tener alimento las poblaciones que llegan a la costa también disminuyen".

Otras teorías apuntan a que las lluvias caídas durante la primavera, aunque no fueron muy abundantes, formaron una barrera natural de agua dulce que ha contribuido a reducir el nivel de salinidad del mar.

Sin embargo, que las medusas no hayan llegado a las playas este año no significa que no haya habido. El director del Centro Oceanográfico de Málaga, Jorge Baro, asegura que hay constancia de que se han registrado concentraciones de medusas muy abundantes en otros puntos del Mediterráneo.

El hecho de que en el litoral malagueño no hayan aparecido se debe "en gran medida" al régimen de viento que ha predominado durante el verano, señaló. A diferencia de otros años, el número de días en los que ha soplado el poniente ha superado a los que lo hizo el levante y "eso hace que las corrientes no arrastren a las medusas desde el litoral mediterráneo que es donde proliferan".

Los expertos coinciden en que probablemente haya sido una suma de todas estas causas lo que ha propiciado que los bañistas se libren este año de las molestas picaduras de las medusas.

Tanto es así, que el dispositivo especial previsto por la Demarcación de Costas para limpiar las playas de medusas en caso de que aparecieran sólo se ha puesto en marcha parcialmente. Según Ángel González, jefe del organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente en Málaga, las cantidades recogidas por los dos barcos que durante el verano han estado vigilando las playas han sido "mínimas y muy inferiores a las del año pasado".

Ni siquiera hubo que recurrir a las otras dos embarcaciones especiales previstas en caso de una proliferación masiva como ya ha ocurrido otros años. ¿Por qué este año no? Es un misterio.

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