Málaga

El hotel de lujo, un proyecto gestado de espaldas a la ciudadanía

  • Colectivos y profesionales reclaman un "debate" sobre el uso futuro de los suelos del dique de Levante El sector empresarial defiende que incentivará la economía y creará empleo

El debate sobre el hotel de lujo proyectado en los suelos del dique de Levante se abre de par en par. Y lo hace sobre la premisa de que la propuesta impulsada por el fondo de inversión Al Bidda Group se exhibe y presenta en sociedad tras haber sido avalado de espaldas a la ciudad. De acuerdo con el procedimiento elegido por el Puerto para adjudicar la concesión de esta iniciativa, los colectivos sociales y vecinales no podrán pronunciarse sobre la apuesta de este establecimiento hasta dentro de unos meses, cuando ya se da por asumida la materialización de un edificio de 135 metros de altura, con capacidad para 352 habitaciones.

La ausencia de un proceso de participación previa a la formulación de la propuesta empresarial, con el consentimiento del Puerto y del Ayuntamiento de la ciudad, fue cuestionada ayer de manera abierta por varias entidades profesionales y sociales. Por el contrario, en el ámbito empresarial y económico, la apuesta hotelera a la que pone su firma el arquitecto José Seguí, respalda sin paliativos una intervención que, según los números de los privados, supondrá una inversión próxima a los 120 millones de euros y podrá generar unos 1.300 empleos durante su construcción.

"Las cosas se pueden haber hecho conforme a la formalidad legal pero un proyecto de esta naturaleza tendría que haber sido mucho más debatido y abierto; desde luego tendría que haberse hecho un concurso internacional de ideas porque la ocasión lo merece", expone José Manuel Cabra de Luna, presidente de la Academia de Bellas Artes de Málaga, que meses atrás ya pidió públicamente la paralización de la iniciativa. Cabra de Luna pone el acento en que lo que se levante en ese espacio será "irreversible, por lo menos en muchos siglos y eso hay que pensarlo mucho". "Ese hito arquitectónico cambia la visión de la ciudad desde muchos puntos de vista; la estampa de la ciudad será otra a partir de ese edificio", incidió.

Lejos de la pretensión de Cabra de Luna, el único periodo de información pública, en el que los ciudadanos podrán presentar sus alegaciones a la propuesta de uso hotelero defendida para los suelos del dique de Levante, se abrirá una vez sea aprobada inicialmente la enésima modificación de elementos del Plan Especial del Puerto, actualmente en trámite. La actual adhesión de la Gerencia de Urbanismo a esta variación del planeamiento contrasta con la posición que mantuvo hace ahora nueve años, cuando ante la propuesta del entonces presidente del Puerto Enrique Linde descartó la idea de plantear un hotel de cierta envergadura en ese espacio.

"Deberá eliminarse la propuesta de una gran edificación de carácter terciario turístico, comercial en la plataforma", precisaba de manera textual el informe emitido en diciembre de 2007 por Urbanismo, en el se agregaba la necesidad de que ese suelo quedase "sin edificabilidad y limitado" a usos como áreas libres, viario peatonal, aparcamiento en superficie. El planteamiento varía de manera radical a la apuesta ahora de permitir una edificabilidad máxima de 45.000 metros cuadrados.

El decano del Colegio de Arquitectos, Francisco Sarabia, se suma a quienes exigen un mayor debate en un proyecto de esta envergadura. "Se ha precipitado todo muy rápidamente, la ciudad ha tenido poca opción de opinar y ofrecer sus alternativas", señaló, al tiempo que destacó que lo que se traslada "es la idea de que solo queda esperar a terminar la tramitación, sin posibilidad de que la propuesta sea alterada en base a la opinión de la ciudadanía". "La única alternativa es decir sí o no", denunció. Sarabia mostró su preocupación en que finalmente el edificio de 135 metros pueda convertirse en un icono "identificativo no aceptado o asumido por los malagueños como propio".

Para el arquitecto José María Romero, el proyecto del grupo catarí permite comprender "cómo se desarrolla el urbanismo actualmente", dado que la decisión final "sobre la idoneidad o no del proyecto corresponderá al Consejo de Ministros, una entidad bastante alejada de Málaga". "La cuestión no es si el rascacielos es arquitectónica y urbanísticamente adecuado o inadecuado en el puerto, si no quiénes decidirán a partir de ahora el curso futuro de la ciudad, ¿una ciudadanía malagueña plural o alguien de fuera?", se cuestionó.

Rafael Martín Delgado, autor junto a Isabel Cámara, de la rehabilitación del Museo Picasso, fue contundente. Recordó que en el mismo emplazamiento ahora propuesto para el hotel ya se "desechó" la construcción del auditorio de música, "por inconvenientes que para el hotel parece que ya no existen". En este punto, defendió "un mejor emblema para la ciudad", como hubiese sido el auditorio a la entrada del puerto. "En su lugar se propone un hotel: un símbolo meramente turístico en vez de uno cultural cuando Málaga se está cimentando como ciudad de museos", apuntó.

Sobre la altura del edificio de Seguí, Martín Delgado recuerda que tiene "la misma que el monte de Gibralfaro", incidiendo en que el actual PGOU de la ciudad ya prevé grandes torres en el Paseo Marítimo de Poniente, donde tendría "igualmente vistas al mar". "En Málaga el impacto será tan fuerte que acaparará la imagen de la ciudad, haciendo desvanecer la Catedral o la Alcazaba. ¿Esta es la imagen que se quiere?", añadió. Y en la línea de otros profesionales, defendió la necesidad de "una mayor reflexión y debate, no solo político" sobre un proyecto de este tipo.

"Es un proyecto que nos lo han dado hecho; no nace de abajo", criticó Antonio Fuentes, presidente de la Federación de Vecinos Cívilis. Si bien admite que se trata de una iniciativa empresarial que puede generar un "revulsivo" en la economía local, quiso incidir en que se trata de "un proyecto económico", remarcando que lo adecuado hubiese sido propiciar el debate previo. Para Ramón Carlos Morales, de Unidad, es importante conocer "lo que opinan los vecinos" sobre lo que ha de hacerse en ese espacio.

El catedrático del departamento de Geografía de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, es especialmente crítico con el planteamiento ya conocido. "Es un espacio adecuado para poner algo que sea diferente, pero en esta ciudad siempre que se piensa en algo diferente pensamos en un mamotreto", sentenció. Por ello, demandó "pensar antes de tomar una decisión, de decidir de manera inmediata que tiene que ser un hotel". Asimismo, destacó el efecto que a su juicio tendrá sobre el skyline "histórico" de la ciudad y visible en la entrada por el mar, con la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro y la Catedral.

Las opiniones son favorables al hotel entre los representantes del sector empresarial. "Todo lo que sea una apuesta por Málaga y la generación de empleo, un dinamizador de la actividad económica, tiene que acogerse bien", manifestó Natalia Sánchez, vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). La iniciativa prevé unos 1.300 empleos durante la construcción y 350 una vez abra sus puertas. A su juicio, se trata de un edificio que puede ser "emblemático para los ciudadanos, que cambia la fisonomía de Málaga y orientado a un perfil de cliente diferente", por lo que pidió "facilitar que se pueda desarrollar en los plazos marcados".

El vicepresidente de la Asociación de los Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Francisco Moro, el establecimiento puede convertirse en "una atracción y un referente turístico", pudiendo llegar a ser "una imagen típica de Málaga". José Simón, hosteleros, valoró el proyecto, al considerar que la capital "necesita un salto de calidad".

Antonio Herrera, responsable provincial de CCOO, lamentó la escasa "osadía y atrevimiento" de los empresarios locales y que "tengan que venir fondos de inversión extranjeros". "Nuestro tejido empresarial está más por la subvención", denunció, al tiempo que defendió la iniciativa como "enormemente atractiva e importante para el empleo". La secretaria general de UGT, Auxiliadora Jiménez, apostó por un modelo "de crecimiento sostenible y que genere un impacto visual no excesivo", señalando que lo visto "sí genera impacto". "Es evidente que la hostelería y el turismo generan riqueza pero hay que compaginarlo con el futuro de la provincia", añadió.

Entre las voces igualmente favorables está de la Ángel García Vidal, representante del Colegio de Ingenieros en Málaga, quien defendió "todo lo que sea un proyecto que aporte valor a Málaga y a un espacio fantástico para un proyecto de estas características; va a ser un icono en Málaga y Andalucía y aportará valor añadido, empleo, categoría".

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