Los polígonos critican su parálisis por el efecto de la inundabilidad
Apoma advierte de que varias operaciones de venta están afectadas de lleno por la "incertidumbre" de si se les dará licencia
El estado de "incertidumbre" en el que viven los polígonos industriales de Málaga capital afectados por la huella de inundabilidad del río Guadalhorce se prolonga en el tiempo. Y se acrecienta ante la dificultad para llevar a cabo actuaciones de reforma o ampliación en las naves asentadas sobre suelos urbanos consolidados. Así lo señala el presidente de la Asociación de Polígonos de Málaga (Apoma), Sergio Cuberos, que habla de la existencia de varios casos en las que empresas interesadas en invertir en la compra de instalaciones paran las operaciones porque no tienen garantías de que el Ayuntamiento vaya a otorgar los permisos de obra necesarios.
Sobre ello, el concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, admitió la preocupación del sector por no saber la afección de las medidas que pueda reclamar la Consejería de Medio Ambiente en los casos en que sea obligatorio su informe. "Tienen la duda de qué va a pedir Aguas; nosotros no podemos dar esa información", dijo, al tiempo que demandó a la Junta que se reactive la mesa de trabajo entre ambas administraciones. Aludió a la posibilidad de fijar modelos que permitan a los empresarios prever qué tipo de intervenciones habrán de materializar si quieren desarrollar un suelo.
"Estamos en un momento dulce, en el que los empresarios quieren prepararse pero no pueden hacerlo", señaló Cuberos, quien, junto a representantes de todos los polígonos afectados, mantuvo días atrás un encuentro con Pomares y técnicos del área. Incluso, informó de que pidió al Ayuntamiento que haga un informe que incluya las licencias concedidas en estos espacios desde que el decreto de inundabilidad entró en vigor.
A modo de ejemplo, aludió a la existencia de una compañía que ha querido comprar una nave de distribución para reconvertirla en una planta de envasado de aceite. "Pero no puede hacerla porque Medio Ambiente no le va a dar licencia", expuso el representante empresarial. Cuberos insistió en que hay operaciones paradas porque "Urbanismo no aclara si va a dar licencia; es verdad que los responsables del ente pueden tener toda la voluntad de dar los permisos necesarios, pero también es verdad que los técnicos y el equipo jurídico dicen que no pueden otorgarlas en determinadas zonas".
"Si la licencia que me pides es para hacer una pequeña reforma y no vas a tocar espacio, la puedo dar; pero si me dices que vas a cambiar una actividad, por ejemplo, de industrial a reciclaje de cartón y tienes que hacer una reforma, a lo mejor tienes problemas", aclaró.
Desveló el caso de una nave en la calle Valle Niza, en el polígono Santa Teresa, con 6.700 metros cuadrados de superficie. "A la propiedad le viene una empresa de reciclado y le dice que quiere hacer un contrato por veinte años para una planta de reciclaje; registró el 18 de julio una petición para saber si puede o no realizar una reforma y aún no le han contestado desde Urbanismo", expuso, para concluir: "la actividad está parada".
Para Apoma, el único modo de que se reactive la situación pasa o por anular el decreto o por aplicar una moratoria "de cuatro o cinco años" hasta que se ejecuten las infraestructuras necesarias para levantar la amenaza de inundabilidad, entre las que se encuentra la ampliación del puente de la antigua N-340 sobre el río, con el fin de que tenga capacidad para absorber 4.000 metros cúbicos por segundo.
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