Málaga

Los millones de Europa para curar el Centro

  • Desde 1994 hasta la fecha, el casco antiguo ha disfrutado de casi 100 millones en obras y ayudas, la mayoría procedente de Bruselas

Nada sería igual en el centro histórico de Málaga, y probablemente en el resto de la urbe, sin el gran hermano europeo. La transformación histórica que el casco urbano viene sufriendo desde el año 1994 en adelante es, en buena medida, fruto de la aportación económica realizada por Bruselas en el objetivo de colaborar de manera directa en la regeneración de espacios degradados y en impulsar el tejido social y empresarial.

La última demostración en la capital de la Costa del Sol acaba de conocerse esta misma semana, en la que el Ministerio de Hacienda y Administración Pública comunicó la asignación de 15 millones de euros (de una petición de 20 millones) para que el Ayuntamiento pueda seguir avanzando en este proceso de adecuación urbana en el entorno de los arrabales, al norte de Carretería y Lagunillas, así como en la zona de La Trinidad. Dos escenarios geográficos que, lejos de Larios y sus aledaños, requiere de la colaboración pública.

Los fondos Feder forman parte indisoluble del crecimiento cualitativo del corazón mismo de la ciudad. Buena muestra de ello es que según los datos oficiales manejados por la oficina de Programas Europeos, comandada por Pedro Marín Cots, en las dos últimas décadas los diferentes planes comunitarios han permitido plasmar sobre el terreno 79,86 millones de euros. De ellos, la gran mayoría inyectados por la Unión Europea, con algo más de 59,61 millones, quedando otros 19,97 millones aportados por el Consistorio para cubrir el 20% de las actuaciones. La suma se situará en unos 95 millones, 74 de ellos con el sello comunitario, tras recibir el dinero de la EDUSI.

Los parámetros económicos, siendo importantes, son menores que el simbolismo de algunas de las intervenciones ejecutadas con los fondos. Sirva como referencia que la apuesta municipal por la peatonalización del Centro histórico, dignificando sus espacios y cerrando el espacio físico al vehículo privado, tiene en la colaboración europea su sustento principal. Muestra de ello es la obra de peatonalización de la calle Larios, que supuso el punto de inflexión en favor de la reurbanización de buena parte del barrio.

La amalgama de siglas de cada una de las líneas de intervención es considerable. Desde el Plan Urban, pasando por el Programa Operativo Local (POL), los diferentes Interreg, el Poctefex... El arranque histórico de estas aportaciones hay que encontrarlo en el periodo 1994-1999, en el que el dinero recibido desde Bruselas permitió, por ejemplo, impulsar actuaciones de mejora del medio ambiente urbano, incluyendo nueve proyectos con actuaciones de señalización y embellecimiento de itinerarios turísticos; la recuperación de espacios degradados; medidas de mejora de accesibilidad al centro; la rehabilitación de infraestructuras y fachadas, y la mejora de recovecos urbanos. Entre las obras más significativas, la construcción del Túnel de la Alcazaba que facilitó el acceso peatonal al centro.

Los Interreg están detrás de la rehabilitación de zonas degradadas como el eje Pozos Dulces-Muro de San Julián; la rehabilitación Plaza de las Flores, así como la construcción del Palacio de Ferias y Congresos, así como de proyectos en materia de formación y creación de equipamientos varios. El efecto del POL se extiende más allá del casco antiguo, ya que sus fondos permitieron impulsar la construcción de centros sociales como los de Carranque, Fernández Fermina, Térmica. En el entorno directo del Centro, fue este programa el que contribuyó con 2,3 millones a las actuaciones en Larios-Constitución; con 4,8 millones a las actuaciones en el Palacio de Villalón, hoy sede del Museo Thyssen; 1,6 millones en la rehabilitación del Mercado de Mayoristas, actual sede del Centro de Arte Contemporáneo, y con 1,4 millones en la ampliación del museo de la ciudad.

Especial relevancia tiene en el proceso de transformación más próximo en el tiempo el programa Iniciativa Urbana 2007-2013, en el que se pone de relevancia la preexistencia de un centro en el que "el proceso de marginación y aislamiento" provocó la pérdida de población y el deterioro físico de sus calles y plazas. Según los documentos municipales, sólo entre 2009 y 2013 se impulsaron renovaciones urbanas en calles como Beatas, Madre de Dios, Casapalma, Comedias, el entorno de la Catedral, así como equipamientos como el centro cívico de la Plaza Montaño, la ludoteca de la Plaza del Pericón y la calle de artesanía en la calle Nosquera. El Poctefex, en su primera versión, posibilitó actuaciones como Especerías, la construcción del Centro de Estudios Hispano Marroquí. La segunda, por 7.436.100 euros, está detrás del Soho y de la reurbanización de la Plaza de la Merced.

Todo un puzzle de intervenciones sufragadas por el dinero procedente de Europa, sin que ello rebaje el buen hacer del Ayuntamiento al apostar por estas líneas de intervención. El éxito de estos programas es constatable sobre el terreno, al punto de que en la ejecución de los fondos ha superado en ocasiones el 100% de los mismos, disponiendo de la gracia de los responsables comunitarios en forma de añadidos presupuestarios. Ahora toca rematar esta evolución con los 15 millones de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (a los que sumar otros 3,7 millones municipales) para intervenir en Carretería, Biedma y Lagunillas, recuperar el mercado de Salamanca... Un nuevo capítulo en este idilio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios