Los galgos son una pieza clave para el éxito de una cacería. Pero cuando no sale bien la mayoría lo pagan con la muerte. Cada año miles de perros son asesinados o abandonados por sus dueños durante la temporada de caza. Las asociaciones en defensa de los animales aseguran que se han convertido en una herramienta de usar y tirar y apuntan a la cría indiscriminada de esta raza como la causa de esta barbarie.

Muchos son ahorcados en un árbol tras una cacería, otros son arrojados al interior de un pozo o heridos por un disparo como castigo si la cacería no ha dado buenos resultados, y sólo en el mejor de los casos son abandonados en el campo. En la provincia de Málaga, el problema se concentra especialmente en la comarca de Antequera, donde existe una mayor tradición cinegética.

Y es en esta época, en plena temporada de caza, cuando la situación se agrava aún más si cabe. "Toda su desgracia les viene dada por ser usados como herramienta de caza", según la presidenta de Galgos Sin Fronteras, Cristina García, que además asegura que "en cuanto hacen algo mal se le considera un perro sucio y ya no vale". La cría de esta raza de perros no tiene ningún tipo de control. Los criadores de galgos sólo tienen en cuenta la audacia y validez del perro a la hora de cazar. Lo normal es que de cien crías sólo una llegue a la edad adulta. El resto son abandonados o asesinados.

Pero los que logran sobrevivir no corren mejor suerte. Según la responsable de este colectivo, "nos estamos encontrando muchos casos de galgos que viven en zulos en condiciones insalubres y sufriendo malos tratos cada vez que hacen algo mal durante la cacería".

Durante la temporada de caza, que va desde septiembre hasta finales de febrero, las cifras de mortalidad de estos perros se disparan. Pero también suele darse un gran número de casos una vez que termina el periodo de cacería porque la mayoría no servirán para el próximo año.

Iván Salvia, director del Refugio del Burrito ubicado en Fuente de Piedra, puso en marcha el año pasado una iniciativa pionera para tratar de lograr sensibilizar a los cazadores y recaudar fondos para las asociaciones que se hacen cargo de los galgos que son abandonados. Hoy se celebra la segunda edición de la Fiesta de los Galgos en las instalaciones de este centro que espera contar con la presencia de varias asociaciones de defensa de los animales de todo el país.

"Queremos incentivar la adopción de estos perros y fomentar su esterilización para que disminuya el número de muertes", señaló.

Y es que las cifras asustan. Según Galgos sin Fronteras, se calcula que existen medio millón de perros cazadores en España y alrededor de 50.000 son eliminados cada año.

El caso de la muerte indiscriminada de estos animales ha llegado incluso a Bruselas, ya que España es el único país de la Unión Europea donde no está prohibido el uso de los galgos como arma de caza.