Málaga

Celebración de la diversidad

El de ayer fue un día destinado a celebrar la diversidad, a compartir costumbres y conocer las diferentes culturas que componen la comunidad educativa. La Delegación de Educación, apoyada por la Liga Malagueña de la Educación, había programado la Fiesta de la Convivencia de la Diversidad en Europa y unas 800 personas se reunieron en el IES Nº1 Universidad Laboral para vivir una jornada lúdica. Hijos y padres participaron en talleres, asistieron a los distintos espectáculos y compartieron una enorme paella en un ambiente de lo más heterogéneo. Si en la grada, presenciando la coreografía de un grupo de baile flamenco, había un grupo con banderas de brasil, junto a la mesa de dibujo unas madres marroquíes observaban a sus hijos coloreando en cuadernos. Y hasta una niña vestida de primera comunión participaba del evento poco después del mediodía.

Nuria, que estudia 4º de Primaria en el colegio Los Morales del Puerto de la Torre, no pudo bailar con su grupo. Con su largo vestido blanco tuvo que ver desde la grada cómo bailaban su madre y su hermana Ylenia. "Nos habían invitado a participar y la profesora nos insistió mucho, así que después de la misa hemos venido para acá", comentó Ana María Reina, la madre de Nuria, que forma parte del grupo de María del Carmen Cánovas. Su marido, con la cámara de vídeo, no se perdía detalle.

En otro de los extremos de la grada, Susana Fadi y su madre Habiba charlaban con un grupo de amigas marroquíes que viven Fuengirola. Hace ya una década que se trasladaron a España y aseguran que se sienten "bien integrados". Los niños estudian en el colegio Sohail y en el Nº 1 de Fuengirola, donde coinciden con otros alumnos nacidos de padres que hace años eligieron la provincia para trabajar y vivir. Los más jóvenes no tienen problemas con el español, pero para que tampoco olviden sus raíces en casa se sigue hablando árabe. "También para que puedan hablar con la familia de Marruecos cuando vamos allí en vacaciones", explicaba Habiba.

Un poco retirado del escenario, una humareda señalaba el camino del festín gastronómico. La Asociación de Vecinos Puerto de la Torre preparaba una gigantesca paella para 800 personas. Antonio Castillo era uno de los voluntarios que, desinteresadamente, cocinaba para la multitud. Un total de 80 kilos de arroz, 80 kilos de carne de pollo, 30 kilos de pimientos rojos y verdes, 20 litros de aceite de oliva, 10 kilos de guisantes y otros 10 de alcachofas. Y un remo para dar vueltas el delicioso sofrito que a las 13:30 ya hacía la boca agua.

El delegado de Educación, Antonio Escámez, participó también de estas jornadas que es la primera vez que se abren a las familias. Seis asociaciones que trabajan con la mediación intercultural y la Fdapa colaboraron en el acto. La Liga Malagueña de la Educación organizó los autobuses, los talleres y las actuaciones. "Queremos mostrar una Europa abierta, amplia, en la que todos tienen cabida y en la que el diálogo ha de ser la máxima sobre la que tenemos que trabajar en el ámbito educativo", dijo Escámez y el crisol que formaban los asistentes al evento corroboraban sus palabras. Los niños en sus juegos no entendían de diferencias.

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