Los grafiteros se desplazan a Rincón

Cada quince días la Policía Local de Rincón de la Victoria sorprende a una persona o a un grupo con aerosoles en mano tratando de dejar su huella en el mobiliario o en las fachadas de los establecimientos del municipio. No llegan ni a grafiteros. La mayoría son firmas que sólo consiguen afear el entorno dónde las imprimen. Según explicó el jefe de la Policía Local de Rincón, Pepe Puerta, los agentes tratan de controlarlos, sobre todo por la noche, que es cuando buscan el momento para la fechoría. "Son muchos los botes que incautamos pero es difícil tener una patrulla pendiente de ellos. Cuando los detectamos incautamos los botes y los llevamos al punto limpio donde son destruidos", comentó. Si son menores, este cuerpo de seguridad en connivencia con el área de Vía Pública y los propios padres, deciden como sanción que limpien todas las pintadas que hay en la zona o incluso en otras áreas de la localidad. Esto lleva aparejado un proceso administrativo con la correspondiente multa. Si la zona afectada , continua Puerta, es de adorno público, se convierte en un delito o falta que dependiendo de la edad se le dará traslado a la Fiscalía de Menores o al Juzgado.

De estas firmas a modo de grafiti hay buena muestra en el paseo marítimo de Rincón de la Victoria, en fachadas, en bancos o en el muro de ribera. Las más llamativas, son quizás, las que se encuentran en el centro neurálgico del paseo donde está la antigua biblioteca. Sus paredes están ocupadas por un gran grafiti que obedece a un nombre y a un número. Le rodean, otras tantas, de los que se apuntan a manchar el mobiliario con sus botes. Junto a este edificio, hay un parque infantil, cuyos columpios tampoco han escapado de la tinta.

"No es un mal de Rincón de la Victoria sino de todos los municipios costeros. Tenemos que calificarlos de actos vandálicos porque no entran dentro de esta modalidad artística", comentó la edil de Cultura y Servicios Operativos, Encarnación Anaya (PSOE). Según aseguró, los trabajos de esta área limpian con productos especiales las manchas que dejan a su paso, e incluso pintan las fachadas "siempre que sean propiedad municipal".

En cuanto a los laterales de la Casa Fuerte Bezmiliana, sobre todo el derecho, están llenos de nombres de enamorados que no saben que el edificio más emblemático de Rincón de la Victoria está catalogado como Bien de Interés Cultural. "Vamos a solicitar a la delegación provincial de Cultura que nos permita intervenir y hemos comprado productos especiales para limpiarlo que no afectan a la piedra", contestó el edil responsable de esta sala expositiva, Antonio Sánchez tras denunciar el estado de sus paredes laterales. También aseguró que se iba a incrementar la vigilancia policial durante las noches en los exteriores del inmueble protegido.