Málaga

"La Junta enarbola la bandera de las demoliciones para justificar su discurso"

  • El edil de Urbanismo cree que gestionar el 20% del nuevo PGOU sería "todo un éxito" y pide a los promotores que eviten los juicios con el Ayuntamiento: "Si todos cedemos, todos saldremos ganando"

Su designación como concejal de Urbanismo de Marbella fue toda una sorpresa, incluso para él mismo. Pablo Moro, miembro del núcleo duro del equipo de gobierno del Partido Popular y hombre de confianza de la alcaldesa Ángeles Muñoz, recuerda que "hemos cogido una ciudad absolutamente abandonada, con muy pocos recursos, y se han logrado muchísimas cosas. Se han puesto los cimientos para que Marbella, en pocos años, esté donde debe estar". Su elección la basa en el hecho de que la gestión del plan "se augura complicada". Por la necesidad de negociación que hace falta en este aspecto, cree que la alcaldesa ha confiado en él. ¿Sus puntos fuertes? "Tengo capacidad de trabajo, capacidad para organizar y para dirigir equipos humanos. Y, sobre todo, sentido común. Si tienes sentido común, es suficiente".

-¿Dónde queda su papel si de la gestión técnica se encargan los técnicos, con Juan Carlos Fernández Rañada al frente?

-Rañada es un técnico de alto nivel, una pieza que tengo a mi servicio. Yo soy el político: tengo que hacer de engranaje entre lo que la ciudad necesita, lo que los ciudadanos y todos los agentes demandan. Tengo que ser ese punto de intermediación entre la parte técnica y la política, que a fin de cuentas es lo que piden los ciudadanos. Rañada lleva más la gerencia, y yo más la intermediación política.

-Algunos técnicos están imputados en causas urbanísticas. Federico Guardabrazos (implicado en un caso de fraude inmobiliario en Estepona) o Francisco Merino (procesado en el caso Saqueo 2).

-Hasta que no sea juzgado todo el mundo, la presunción de inocencia es un derecho constitucional. Hasta que un juez dictamine lo contrario, todos son inocentes. Y las piezas con las que cuentas son con las que tienes que trabajar. El Ayuntamiento tampoco está como para desaprovechar recursos, y yo, desde luego, estoy dispuesto a utilizar todos los medios que tenga.

-¿Cuáles serán los puntos más difíciles de gestionar?

-Todos los PGOU son muy difíciles de gestionar. Algún experto apuntaba que el porcentaje de ejecución de los planes está al 30% como máximo. Marbella será incluso más complicada que la media, por las circunstancias que rodean en los últimos tiempos a la ciudad, y en las que se ha elaborado este planeamiento. Si aquí se llega a gestionar el 20% es todo un éxito. Lógicamente, me preocupan las viviendas ocupadas que se quedan fuera de ordenación: los más de 500 inmuebles adquiridos por terceros de buena fe.

-¿Han tenido la oportunidad de reunirse ellos?

-La alcaldesa está muy pendiente. Hay una postura bastante inflexible por parte del equipo redactor y por parte de la Junta de Andalucía, que además no se entiende bien desde el Ayuntamiento. Creo que es una bandera que se enarbola para sustentar determinados discursos que se han dado hasta ahora: para justificarlos, alguien debe de pagar el pato. No tiene sentido, para mí, que se regularicen todas y ésas no. Me parece más un empeño personal, por haber defendido la teoría de los derribos desde un principio y ahora hay que dar la cara. Vamos a intentar hasta el final encontrar una solución.

-De momento, no se sabe cómo pueden quedar.

-Ahora lo que sí sabemos es que la postura es bastante inflexible.

-Sin embargo, la voluntad de la Junta es aprobarlo cuanto antes.

-El compromiso del consejero -de Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Espadas- es aprobarlo en octubre. Nos hubiésemos podido empeñar en incluir la regularización de estas viviendas, pero no tiene sentido incorporar cambios que sabemos que no tendrán el visto bueno.

-Una de las quejas de oposición y colectivos sociales es que no ha habido participación.

-No debemos perder de vista que este plan se empezó a elaborar en 2005 y estamos en 2009. Hacía falta un plan cuanto antes. Llevamos muchos años dándole vueltas todos los colectivos. Ha habido muchas ocasiones, incluso antes de la entrada del PP. El hecho de que haya habido dos exposiciones públicas, 8.600 alegaciones en la primera y 8.524 en la segunda... La participación ciudadana es implícita.

-¿Qué significará el plan?

-Va a dar seguridad jurídica. Hay muchísima inversión, tanto pública como privada, esperando a que se apruebe definitivamente el plan. Cuando esto suceda, habrá inversión y se generará riqueza, y empleo, y crecimiento en la ciudad. No hay otra forma de tirar para adelante. Hay inversores que ante la disyuntiva de invertir en Croacia, en Túnez, en Marruecos o en Europa del Este o en Marbella, hay quienes se han ido, y quienes están esperando a que se den las condiciones para invertir aquí.

-Cuando los promotores empiecen a demandar al Ayuntamiento, ¿cómo se defenderán?

-Es tarea del Consistorio evitar que eso ocurra, e iniciar procesos de negociación con los promotores para evitar llegar a juicio. Soy de la opinión de que "más vale un mal acuerdo que un buen pleito". Entiendo que promotores y Ayuntamiento estaremos por la labor de no perder más. La situación hay que desbloquearla. Si todos cedemos, todos saldremos ganando.

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