Málaga

Del Hospital Clínico a Chauen

  • El complejo sanitario malagueño dona material médico para un centro infantil en la ciudad marroquí

Un principio físico dice que nada se pierde, que todo se transforma. Una ONG hace realidad ese axioma, pero en el plano humanitario. Cunas, uniformes, aparatos de rehabilitación y ordenadores en desuso del Hospital Clínico son reciclados para diversos proyectos que la fundación El Buen Samaritano tiene en la localidad marroquí de Chauen.

La ONG nació en Ceuta, pero ahora ha trasladado su sede a Málaga. Desde ambas ciudades trabaja por los niños marroquíes. Su principal proyecto es un orfanato para bebés de menos de un año en la ciudad del norte de Marruecos. El hospital de Chauen le cedió un ala del edificio a la organización y allí, con ayuda española, se dan cuidados a los niños abandonados hasta su adopción. Aunque el número es variable, suele haber una media de ocho a diez bebés, que generalmente son adoptados antes de que cumplan el año.

Luis Solís, presidente de la fundación y médico en un hospital de Ceuta, explica que además del orfanato, la organización realiza otros programas de desarrollo, pero siempre enfocados al ámbito sanitario. Por ejemplo, llevan a cabo iniciativas para promover la educación para la salud o para garantizar la asistencia dental de los menores.

La fundación comenzó su labor en 1995 en Ceuta. Tiene algunos proyectos de cooperación en Latinoamérica, pero por proximidad -como reconoce Solís- centra su actividad en Marruecos. Los programas se acometen casi todos gracias a la labor altruista de los voluntarios. Algunos son españoles que se desplazan a ese país africano y otros, marroquíes.

Remedios Bernal es una de ellos. Trabaja en el Clínico y es voluntaria de la fundación desde hace tres años. No se cansa de agradecer el apoyo de su hospital, que dona material que aquí está amortizado, pero que en Marruecos se reutiliza. "A nosotros nos hacen unos reyes y al Clínico le quitamos cosas que tienen almacenadas ya sin ninguna utilidad".

Los niños reciben educación sanitaria, pero seguro que ellos nos darían más de una lección de reciclaje.

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