Málaga

¿Dónde están las máquinas?

  • Las grandes obras siguen paralizadas y con una presencia testimonial de obreros · Los constructores dicen que las empresas siguen esperando una decisión de Fomento.

Silencio. El eco del rugir de motores y los gañidos de obreros son ahora una muestra de la memoria, un destello del bullicio al que meses atrás estaban sometidas algunas de las grandes infraestructuras de Málaga. Pero la estampa de decenas de camiones deambulando por entre los carriles de tierra y de cientos de operarios afanados en dar forma a proyectos como la hiperronda, el acceso sur al aeropuerto o el tercer carril de la ronda este se han transformado en un escenario sin vida.

Llegada a su fin la fiesta inversora del Ministerio de Fomento, la realidad. Este periódico pudo comprobar ayer cómo el desarrollo de las grandes soluciones a los problemas de tráfico del entorno de la capital de la Costa del Sol están bloqueados. Las imágenes contradicen a aquellos que en los últimos tiempos han tratado de dibujar un cuadro barnizado de optimismo y plasman fielmente el estado de unas obras en punto muerto, a la espera de que las empresas adjudicatarias tengan garantizados los pagos necesarios para reactivar la maquinaria.

Porque ésa es la gran pregunta que el espectador se hace cuando observa  a pie de campo el estado de estas infraestructuras: ¿Dónde están las máquinas? ¿Dónde están los trabajadores que deben avanzar en la culminación de unas carreteras que ya acumulan meses de retraso? En el tajo, no. La instantánea abunda en la idea de que los motores están apagados y que habrán de pasar aún meses antes de que los malagueños puedan disfrutar de algunas de estas obras. Un hecho constatado además por las previsiones inversoras de Fomento para el próximo año, puesto que contempla cuantías económicas inferiores a las necesarias para poder cerrar su construcción.

El caso más sintomático es el de la segunda ronda de circunvalación de Málaga, cuyos orígenes se remontan al año 2004, aunque la obra no se inició hasta mayo de 2007. Por aquel entonces el compromiso de la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez era abrirla a la circulación a finales de 2009. Pero ese compromiso quedó en agua de borrajas y hoy nadie es capaz de confirmar el momento en que entrará en servicio.

Y es complejo vaticinar plazos cuando se observa el estado de la obra. Dos de los cuatro tajos están en un avanzado estado de ejecución, en especial el más próximo a Virreinas, donde la calzada luce como si estuviese abierta al tráfico. Pero no lo está. Imagen bien distinta es la que se observa cuando la mirada se fija en el último de los tramos, el que enlaza con Torremolinos. En este extremo de la autovía apenas se divisan, a cierta distancia, dos máquinas que deambulan por la zona.

"Ahora puede haber entre 20 y 30 obreros". Pero no siempre fue así. "En junio había hasta 200 trabajadores y máquinas a punta pala". Lo explica uno de los operarios que trabaja en el tramo, adjudicado en su día a Ferrovial. El obrero es claro al apuntar las dificultades por las que atraviesa el proyecto. "Yo llevo sin cobrar desde junio", apostilla. "Un día estamos ocho horas, otro diez horas y otro no sabemos si nos van a mandar a casa a mediodía", añade, al tiempo que ironiza al comentar las tareas que realizan: "Lo que hacemos es quitar unas tonterías por aquí y por allá, pero esto está parado". A esta altura del recorrido, la plataforma sobre la que en un futuro circularán los coches está incompleta. Aún le quedan algunas capas de rodadura, el pintado, la señalización, la terminación de los desvíos y la finalización de los trabajos del túnel que pasa por Churriana.

Cuando nos adentramos por los carriles paralelos a la nueva autovía, coincidimos con un trabajador de la Empresa Malagueña de Aguas (Emasa) que, asegura, suele ir a ver cómo está la obra. "Esto no avanza", dice de forma lacónica cuando se le pregunta, misma contundencia muestra al apuntar que fue hace cuatro o cinco meses cuando "estaban asfaltando la carretera y ahí se quedaron". Y tiene tiempo incluso para reflexionar sobre el tráfico y el retraso con el que se suelen plantear las infraestructuras. "Al final todas las carreteras se acaban llenando", y dice como una alternativa no poco curiosa: "A ver si viene algún jeque y pone dinero".

Decía recientemente el diputado nacional del PSOE Miguel Ángel Heredia que los presupuestos estatales diseñados por el Gobierno para la provincia garantizaban el avance de las obras ya en marcha, un mensaje corroborado por el propio Ministerio de Fomento. Cierto, pero el transcurrir de la obra de la hiperronda se antoja escaso, más aún cuando fue el propio responsable del departamento, José Blanco, quien a principios de año anunció su intención de inaugurar dos de los tramos, los más avanzados, a mediados de 2010. La fecha pasó. El siguiente peldaño se dio cuando se dejó caer que esta apertura se atrasaría a finales de ejercicio. Pero es su propio ministerio el que aplazaba a 2011 la puesta en servicio de la hiperronda, aunque no precisaba si por trozos o de forma íntegra.

En ese comunicado tampoco se aclaraba el futuro del tercer carril de la ronda este y del acceso sur al aeropuerto. Pero la situación en la que se encuentran las obras no permite ser excesivamente optimistas. Esta carretera, que dotará de una alternativa adecuada a los miles de usuarios que se desplazan hacia el aeródromo, muestra cierto movimiento en la parte más próxima al espacio aeroportuario. Aunque se antoja un espejismo cuando se le pregunta a un trabajador de Adif, testigo directo de los trabajos. "Parece que hay movimiento", se le dice, a lo que contesta: "La verdad es que cada vez lo veo más parado".

Cuando el trayecto nos lleva hasta el futuro enlace con la A-7, a la altura de Guadalmar, lo que el espectador observa es una carretera elevada a medio terminar y con apenas dos, tres máquinas actuando. Los operarios, como ocurriera en la hiperronda, escasean.

Algo más de luz parece asomarse en el futuro del tercer carril de la ronda este. Si bien la actividad a día de hoy es más que limitada, fuentes próximas a la obra informaron de que la previsión es que a lo largo del próximo mes de noviembre los trabajadores puedan empezar "a poner vigas", con el fin de extender el tercer carril en los viaductos que hay en la zona. No obstante, las mismas fuentes fueron claras al afirmar que con el presupuesto que existe en este momento "no podremos terminar la obra".

En el caso del soterramiento de San Pedro Alcántara, la primera obra que se vio afectada por el parón, parece que las tareas continúan. En la superficie ya se ven avances, como la conexión por la zona norte desde Guadalmina hasta Peones Camineros. No obstante, el Ayuntamiento no se confía y cree que la obra, que se prevé podría estar lista en febrero de 2011, pueda cumplir ese plazo.

La gerente de la Asociación de Constructores y Promotores (ACP), Violeta Aragón, explica que en los últimos días ha mantenido contacto con las adjudicatarias de estas obras. "Les han comentado desde el ministerio que podría haber una ampliación de las cantidades económicas, pero no han recibido nada por escrito", comenta. Aún así, todo apunta a que ninguna de las grandes obras tendrá fondos suficientes para culminar en 2011. "Todo está un poco en el aire".

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