Málaga

Una escombrera ilegal provoca un vertido en el río Guadalhorce

  • El colector estaba roto y las aguas residuales que recogía en la zona, como un líquido de color azul procedente del taller de Renfe, fueron localizadas en cauce público

El misterio del líquido azul aparecido hace varias semanas cerca de la desembocadura del río Guadalhorce ya ha sido resuelto. La Empresa Municipal de Agua de Málaga (Emasa) ha descubierto que el colector de aguas residuales que pasa por el polígono industrial del Guadalhorce se había atorado por la enorme cantidad de escombros y basura que se depositan en la zona de forma irregular procedente de las naves de los alrededores, lo que provocó una rotura de la conducción a la altura donde las instalaciones de Renfe para el mantenimiento de sus trenes vierten a la red de saneamiento.

Los operarios de Emasa han necesitado casi una semana para localizar con éxito el origen del problema que al final resultó estar en uno de los pozos de registro del colector, que había resultado seriamente dañado por el peso que soportaba. La rotura de la canalización es lo que provocó que las aguas residuales que recogía este colector se hayan estado vertiendo al cauce público, aunque ya ha sido reparada una vez que fueron retiradas las toneladas de escombros que había encima. La aparición del vertido de este líquido de color azul intenso, que resultó ser el producto desinfectante que se usa en los baños de los trenes, provocó que Emasa, la Delegación Provincial de Medio Ambiente y hasta la Guardia Civil iniciaran una investigación para tratar de esclarecer un hecho que no era la primera vez que ocurría.

La aparición de este vertido en el río Guadalhorce fue denunciada por la Policía Local de Málaga en agosto de 2009 cuando se detectó que procedía de las instalaciones que Renfe tiene en la zona de Los Prados. El asunto llegó incluso al juzgado de instrucción número 11 en junio del año pasado después de que la Fiscalía abriera diligencias por un presunto delito contra el medio ambiente por este hecho. También la Agencia Andaluza del Agua abrió un expediente sancionador a Renfe por este motivo por haber sido localizado el vertido en cauce público sin autorización para ello y cerca del paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce.

Renfe negó que en esta ocasión la responsabilidad fuera suya porque tras la denuncia de la Policía Local modificó el punto de vertido inicial al colector de aguas residuales de la red municipal, una obra que ejecutó la empresa Aguafrish y que costó algo más de 56.000 euros. Las muestras realizadas comprobaron que a pesar de lo llamativo del color del líquido se trataba de un producto inocuo que no tenía riesgo para el entorno.

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