Málaga

El antiguo origen de los Baños del Carmen

  • La zona antes conocida como la Torre de San Telmo albergaba un asentamiento pesquero prehistórico dada la cercanía al mar

El origen de la zona conocida como Torre de San Telmo o los actuales Baños del Carmen se remonta a la época prehistórica. En estas elevaciones que llegan hasta el mar existió un poblamiento hace miles de años, si bien el yacimiento arqueológico que lo atestiguaba fue destruido no hace mucho tiempo. Se trata de un asentamiento de la Edad del Cobre, aunque algunos restos apuntan a una ocupación más antigua incluso del Neolítico. Su situación, en una colina sobre el mar, le proporcionaba acceso a la pesca y al interior. El efecto de la erosión y, sobre todo, los grandes movimientos de tierra y rocas que se han realizado desde finales del siglo XIX prácticamente han eliminado los vestigios de uno de los primeros poblados del área de Málaga.

Fue, según explicó el historiador Víctor Heredia, una torre defensiva medieval que se emplazó en esta zona la que le dio nombre. La Torre de San Telmo fue uno de los hitos del camino de Vélez, aunque tuvo que quedar cortado en las últimas décadas del siglo XIX cuando en este sitio se abrió una cantera para extraer rocas con destino a las obras de construcción del puerto.

El proyecto de ampliación del puerto de Málaga contemplaba la extracción de piedra de la cantera de la Torre de San Telmo, aunque más tarde se vio que los materiales obtenidos eran de menor tamaño del previsto por lo que se adquirió otra cantera en Almellones, más alejada hacia el este, aseguró. En San Telmo se construyó un pequeño puerto para cargar los materiales, y luego se tendió una línea de ferrocarril desde Almellones hasta allí. En 1889 se completó el ferrocarril hasta el mismo puerto, por lo que dejó de utilizarse este puerto que acabó convirtiéndose en una laguna.

La imagen refleja el caserío de la Torre de San Telmo, y más allá un barrio de Pedregalejo apenas urbanizado, en el que se distinguen algunas lujosas villas rodeadas de jardines, y pequeñas casitas de pescadores en la misma playa, salpicada de jábegas y barcas de pesca.

Ya existía el bosque de eucaliptos que aún se mantiene delante de los Baños del Carmen. Fue en 1918 cuando se inauguró el balneario, por iniciativa de Enrique García de Toledo, que contemplaba un uso separado de la playa con zonas diferenciadas para hombres y mujeres. "Constituyeron toda una innovación en la época" según el experto, ya que frente a los antiguos balnearios cerrados "representaban la modernidad y un nuevo concepto de los baños de mar y de sol, al estilo de San Sebastián, como se decía entonces".

Los Baños del Carmen contaban con servicio de tranvía y poco a poco fueron ampliando su oferta con restaurante, parque de atracciones, quioscos, pistas de baile, campos de fútbol y tenis, embarcadero, e incluso un cine y una fuente de la que manaba vino. Desde los años 20 hasta los 60 del siglo XX fue uno de los lugares con más encanto de la ciudad, puesto que fue un continuo escenario de verbenas, fiestas, competiciones deportivas (hasta 1941 fue el campo del equipo de fútbol de la ciudad) y otras muchas actividades lúdicas.

Más tarde una parte de los terrenos de la concesión administrativa fueron transformados en camping y los Baños fueron cayendo en decadencia, hasta que la playa dejó de tener uso privado. El abandono ha ido consumiendo lentamente este singular espacio, en el que apenas permanece el bosque de eucaliptos y el restaurante que diseñó Daniel Rubio en los años 30, envuelto en una atmósfera decadente que le otorga un especial encanto, pero al mismo tiempo lo convierte en una zona cada vez más marginal.

l el proyecto de rehabilitación eterno. Casi 20 años después de que oficialmente se iniciase el camino para regenerar uno de los espacios más emblemáticos de Málaga capital, los Baños del Carmen, la intervención sigue en dique seco y sin desarrollarse. La larga tramitación de este proyecto se remonta a 1993 cuando el Ayuntamiento aprobó de forma definitiva el plan especial de este espacio con el informe favorable de la Demarcación de Costas. A partir de entonces se sucedieron una serie de retrasos por parte del Ministerio de Medio Ambiente y el propio Consistorio que se han prolongado hasta la actualidad sin que hasta la fecha se haya empezado la obra. El principal escollo ahora es rescatar las dos concesiones administrativas existentes en la zona, la del restaurante y la de Astilleros Nereo, y que están inmersas en un complejo litigio por la expropiación de estos terrenos.

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