Cultura

La música a otra parte

  • Pat Discos echa el cierre tras cuatro décadas como templo de los amantes de la música, mientras Candilejas lleva tres años sin cubrir gastos · El diagnóstico es el mismo: no hay relevo generacional en el consumo

Quien haya pasado frente al Mercado de Atarazanas en las últimas semanas habrá encontrado el local de Pat Discos cerrado a cal y canto y con el escaparate cubierto de bolsas blancas. Los síntomas ya no son de enfermedad, sino de extinción: la tienda de discos más antigua de Málaga cerró sus puertas el pasado mes de febrero tras casi cuatro décadas de funcionamiento a modo de templo para los amantes de la música, lo que no deja de ser traumático para una ciudad en la que, todavía, quienes comparten aficiones suelen coincidir con asiduidad en los mismos rincones. Pat Discos abrió sus puertas en 1975, aunque su primera responsable decidió traspasar el negocio dos años después a quien desde entonces ha sido su propietario, Enrique Salinas. En los últimos ocho años, en los que el estallido de las plataformas digitales y el cambio radical en los hábitos en el consumo de música han llevado a la quiebra a otros muchos establecimientos similares, ha sido sin embargo Francisco Macías quien ha estado al pie del cañón detrás del mostrador para satisfacer las demandas más exigentes. Esta última década ha coincidido también con un sensible cambio de orientación en la oferta de Pat Discos, con una mayor especialización en el rock progresivo, y aunque la decisión dio buenos resultados al principio merced a una clientela fija que parecía inquebrantable, finalmente las cosas han caído por su propio peso.

Así lo explica el mismo Francisco Macías, quien afirmó que esa misma clientela fija se fue reduciendo "hasta que resultó insuficiente para mantener esto. Nos ha pasado lo que a todo el mundo dentro de este negocio, no se han incorporado nuevos compradores, y eso lo convierte en inviable". Lo cierto es que con la desaparición de Pat Discos la memoria sentimental de muchos malagueños que compraron aquí sus CD y sus vinilos quedará notablemente mermada. Macías, que insufló aires nuevos a la tienda con proyectos como la puesta en marcha de la página web y hasta la fundación de una productora discográfica, seguirá atendiendo a la resistente clientela fija a través de internet pero ya a título personal. "Es una pena que una tienda como Pat Discos desaparezca. Pero es lo que hay", concluye, resignado.

Sin Pat, Candilejas, con su emblemática sede en la calle Santa Lucía, se convierte en la única tienda de discos de Málaga fuera de las grandes cadenas comerciales. Su encargado, Pepe Castañeda, desmintió ayer los rumores que apuntaban a un cierre del establecimiento este mismo año, pero apuntó que la situación es ya mucho más que delicada: en los últimos tres años el negocio no ha logrado cubrir gastos, mientras que la clientela fija, mermada, también ha dejado de ser una garantía. "El problema es un cambio de actitud de la gente más joven hacia la música. Antes escuchabas a un grupo, te hacías fan y procurabas hacerte con sus discos. Pero eso ya no existe. No se ha dado un relevo generacional en cuanto al consumo, y los mayores que vienen a hacer sus encargos ya no son suficientes", explica. No obstante, Castañeda se niega a fijar una fecha para el cierre de Candilejas, que el próximo mes de junio celebrará sus 34 años de historia (el local de Santa Lucía funciona desde 1987, cuando se produjo un traslado desde el emplazamiento inicial en la calle Mariblanca), y asegura: "Seguiremos en esto hasta que podamos. Nos gusta".

Mientras tanto, Castañeda y el resto de trabajadores continúan adoptando medidas para prolongar la existencia del negocios. La última, puesta en marcha el pasado febrero, consistió en prolongar los horarios y abrir ininterrumpidamente, también durante el mediodía. La propuesta ha contado con una aceptación positiva "especialmente entre los turistas, que cuando se pasean por el centro a la hora de almorzar se sorprenden al verlo todo cerrado y terminan entrando a las pocas tiendas que ven abiertas". Y aunque aún es pronto para extraer conclusiones, parece que la jornada intensiva reforzará las cuentas de Candilejas.

A la misma memoria sentimental le quedan las estampas de Ruiz Cueto en una calle Larios abierta al tráfico (también en una Alameda sin tantos autobuses) y la de Electro Radio en competencia con Candilejas en los Mártires. Sólo falta que los discos sean delito. Lástima.

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