Se abre el telón y se ve a un bailaor, una banda de rock, se escucha un cajón flamenco y el yunque de una fragua. Para mayor extrañeza, mediante un bucle magnético las vibraciones del sonido llegan a los odios de discapacitados auditivos. Aunque pueda parecerlo no se trata de un chiste fácil ni de una ocurrencia disparatada. La ecuación responde a una innovadora propuesta gestada por un malagueño inquieto. FundaMETALmente Flamenco es el debut como compañía de Gero Domínguez, y la actuación del próximo 26 de abril la primera en su Málaga natal. El metal en toda su extensión es el hilo conductor de este espectáculo que "huye de los tópicos" y del concepto de fusión, "que más bien lleva a la confusión", aclara su artífice.

"Me he criado escuchando tanto a Lole y Manuel como a los Rolling Stones", sentencia Gero (Málaga, 1985) como tarjeta de presentación. De ahí que hace un año decidiera ponerse manos a la obra para convertir su afición musical en realidad profesional aunando ambas géneros en su mayor reto en solitario. "Me siento tan flamenco como rockero", continúa, y su declaración de intenciones enseguida cobra forma cuando explica el leiv motiv de FundaMETALmente. "Los diferentes timbres del flamenco se miden en metales. Se le suele decir a un cantaor qué buen metal de voztiene. Además, antiguamente en la fragua se cantaba mucho flamenco", añade el bailaor malagueño, formado en el Conservatorio de Danza de Sevilla y forjado sobre las tablas en Madrid durante cuatro años.

El espectáculo, "audioescrito y subtitulado" es pionero en su apertura para personas con discapacidad auditiva, gracias al Servicio de Apoyo a la Accesibilidad en la Comunicación (SAC). Una novedad que responde, a una intención explícita del artista. "Si el flamenco ha sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, es un arte universal y se exporta por todo el mundo no tiene sentido que las personas con este tipo de problemas no lo puedan escuchar", proclama Gero. Así, la misma tecnología que se aplica ya en los mítines se extiende ahora a la escena, de forma que desde la mesa de sonido salen las vibraciones "que llegan en calidad radio" a los discapacitados auditivos.

El espectáculo se presenta como un recorrido por la historia del flamenco desde lo más primigenio hasta lo más actual, con el matiz del rock y el heavy metal. Una forma de demostrar que ambos géneros "pueden convivir en armonía. No hay que fusionar nada", subraya su autor.

Sobre el escenario, el bailaor se deja acompañar en el compás de su contemporaneidad por Ramón Arias (guitarra eléctrica del grupo Parachokes), el cantaor David El Gayi, Daniel Jurado (guitarra flamenca), Chechu Sierra (bajo eléctrico), Rafael Arregui (teclado) y Paco Vega (percusión), entre otros.

Curtido en la escuela de Israel Galván y Andrés Marín, no es de extrañar que el baile de Gero Domínguez no encuentre etiquetas. "Yo he estudiado el baile ortodoxo y clásico. Conozco lo que nos precede. Pero Galván y Marín han abierto una nueva perspectiva. Me siento más identificado con ellos", sostiene. Se da la casualidad que tan solo dos días después de que el malagueño actúe en el Cánovas, Israel Galván hará lo propio sobre el mismo escenario.

En 2007 Gero Domínguez entra en la Ballet Flamenco de Madrid y participa en el espectáculo Carmen de Bizet. En 2008 trabaja como bailaor principal de la compañía residente del Teatro Arenal (Madrid) y un año más tarde presenta su trabajo como coreógrafo y bailarín en París, compartiendo cartel con La Farruca. Además se convierte en el bailarín solista de la ópera Carmen de Calixto Bieito.

En 2010 y 2011 lleva a cabo una exitosa gira por Estonia como artista invitado del espectáculo Flamenco amor, imparte masterclass de baile en Polonia y Berlín, realiza una gira en Polonia con el trabajo Gero&Amigos y lleva al Instituto Cervantes de Manchester, su ópera prima, FundaMETALmente Flamenco. Málaga será testigo ahora de las razones de esta heterodoxia.