Primer concierto de la temporada de abono. Teatro Cervantes. Fecha: 13 de septiembre. Programa: 'Der Ring. Una aventura orquestal', selección de obras de R. Wagner con arreglos de H. de Vlieger. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Nicholas Milton. Aforo: Tres cuartos de entrada.

Hubo un tiempo -cuando cualquier municipio español de más de trescientos habitantes estaba enfrascado en la construcción de un polideportivo con piscina climatizada- en que la idea de una representación completa de El anillo en Málaga parecía una aspiración razonable; pensando, quizás, en hacerla coincidir con el segundo centenario del genio de Leipzig. Eran los últimos años de Ceccato.

Mucho han cambiado las cosas y aquellos proyectos de entonces son hoy quimeras irrealizables. Por ahora -y por mucho tiempo, me temo- habrá que darse por satisfechos con accesos parciales al Opus magnum wagneriano, como el que propició en el primer concierto de abono la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM) con Der Ring, una aventura orquestal (arr. de Henk de Vlieger), una suerte de sinfonía en cuatro movimientos basada en la monumental tetralogía.

Al frente de la OFM, que afronta esta temporada con la dirección artística vacante (aunque sin carecer de un proyecto coherente, a la vista de la programación), estuvo el australiano Nicholas Milton, avalado por el enorme éxito cosechado la temporada pasada y cuyo nombre ha sonado con fuerza como posible titular de la formación malagueña. Los dos primeros movimientos fueron francamente decepcionantes; hubo poca claridad de ideas en una dirección desdibujada y, desde el inicio, la sonoridad estuvo muy alejada de las conquistas tonales y cromáticas wagnerianas.

El movimiento lento, mucho más correcto, supuso un punto de inflexión en un concierto que parecía malograrse. A partir de aquí se pudo ver al mejor Milton, que acabó encandilando al público con los mismos argumentos con que lo hiciera hace unos meses: una perfecta combinación de expresividad, rigor y sensatez que le permite explorar los márgenes sin perder un ápice de musicalidad.