Cultura

El arte que viene del frío

  • La sede del Museo Estatal de Arte Ruso abrirá sus puertas en Tabacalera en marzo con una colección de un centenar de obras, dos muestras temporales cada año y su vocación de servir de puente entre Rusia y Europa

Si el mes pasado el Ayuntamiento vistió de largo el proyecto del Centro Pompidou con la presencia del presidente del museo madre parisino, Alain Seban, ayer correspondía hacer lo mismo con la sede malagueña del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo, con similares formas y cierta sensación de déjà vu: el alcalde, Francisco de la Torre, compareció ante los medios con el director general de la gran pinacoteca rusa, Vladimir Gusev; el director de la Fundación Picasso Casa Natal e impulsor del nuevo proyecto, José María Luna; y una delegación de responsables del museo petersburgués, además de varios periodistas rusos (y una eficaz traductora que se atrevió a marcar los tiempos a un alcalde especialmente locuaz). En realidad, novedades no hubo precisamente muchas: el Museo Ruso abrirá sus puertas en marzo (según De la Torre, las instalaciones de Tabacalera estarán listas para empezar a recibir las obras ya a finales de febrero) en virtud del acuerdo firmado en mayo del año pasado, con un plazo de diez años prorrogable a otros diez. En sus 2.300 metros cuadrados de superficie expositiva (el área reservada en Tabacalera para el museo se extiende hasta un total de 7.500 metros cuadrados) podrá verse una exposición de carácter anual, Arte Ruso de los siglos XV-XX, con un centenar de obras que abarca desde los iconos tardomedievales hasta el realismo soviético, de artistas como Venetsianov, Brulov, Ivanov, Levitan, Rosanova, Chagall, Rodchenko, Filonov, Malevitch y Kandinsky. Además, cada año se celebrarán dos muestras temporales. La primera de 2015, que podrá verse hasta septiembre y de la que el mismo Ayuntamiento había dado cuenta recientemente, se titulará Arte ruso de la época de Diaghilev y presentará 69 obras relacionadas con el empresario musical ruso, amigo de Picasso y responsable de la gran época de esplendor de los ballets rusos en el siglo XX (De la Torre recordó ayer que Diaghilev estuvo en el Teatro Cervantes de Málaga en 1917 con uno de sus ballets y que en el elenco figuraba Olga Koklova, quien se casó con Picasso al año siguiente). La segunda exposición temporal estará dedicada a Pável Filonov, un artista de vanguardia poco conocido en España (la de Málaga será la primera muestra dedicada al artista más abajo de los Pirineos) pero cuyo magisterio defendió ayer Vladimir Gusev con vehemencia: "A menudo se piensa que la vanguardia es sólo Chagall y Kandinsky, pero Filonov es un artista excepcional, a la misma altura". El Ayuntamiento invertirá 400.000 euros en la organización de estas tres exposiciones, si bien el gasto en seguros y transportes ascenderá a otros 900.000.

De la Torre señaló ayer que el Museo Estatal de San Petersburgo contiene "la colección de arte ruso más importante del mundo", y que para las muestras temporales de 2016 ya se barajan nombres como Chagall, Kandinsky y Malevich. Igualmente, recordó la cláusula de exclusividad por la que, mientras el Museo Ruso siga instalado en Tabacalera, no se expondrán otras obras de la pinacoteca en el resto de España, y apuntó dos circunstancias interesantes: la primera procede de las "buenas relaciones que el Museo Ruso de San Petersburgo mantiene con otros museos del mundo, lo que podría tener un reflejo positivo en Málaga"; y la segunda es el programa de actividades culturales que, más allá de las exposiciones, "complementará la visión de la vida cultural rusa desde Málaga". El alcalde subrayó además, con tono estadista, que la sede del Museo Ruso en Tabacalera "pretende servir de puente cultural entre Rusia y la Unión Europea, lo que hoy resulta muy interesante. Málaga no dudará en colaborar en la conexión de estos dos ámbitos geopolíticos".

Por su parte, Vladimir Gusev glosó la estrategia de expansión del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo por el mundo, con hitos como el reciente programa expositivo dedicado a Kandinsky en Brasil (aún en curso), que sólo en Brasilia recibió unas 385.000 visitas en un mes. Respecto a Málaga, el director del museo admitió que no entraba en sus planes abrir sedes en otros países, pero la propuesta malagueña le convenció sin reservas: "Hace un mes vine por primera vez y pude comprobar que la riqueza que tiene esta ciudad es enorme. Cualquier capital del mundo puede sentir envidia de una ciudad con tantas propuestas culturales. Entendemos que nuestra presencia aquí va a crear más competitividad, pero creemos que eso será positivo". Gusev indicó que la eficacia del equipo implicado en el proyecto y el hecho de que la reforma a realizar en Tabacalera no fuese muy aparatosa "nos ha permitido actuar muy rápido, cuando la organización de cualquier exposición fuera de Rusia nos suele llevar como mínimo un año". Como gran novedad apuntó posibles colaboraciones con el Centro Pompidou, con Diaghilev como primera y evidente diana.

Con una previsión anual de 150.000 habitantes (el Picasso recibe ya 400.000, y para el Pompidou se esperan 250.000) y un gasto total de 3'6 millones de euros el primer año, habrá que ver si el Museo Ruso termina cumpliendo objetivos tan elevados. De la Torre dejó claro, por si acaso, que el "centro de gravedad" de Málaga ya no está en el centro, sino en la zona Oeste, donde, advirtió, "habrá Auditorio". Parece, sin embargo, que todo apunta al Norte.

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