bartolomé ruiz. director del conjunto arqueológico de los dólmenes de antequera

"La armonía política ha sido fundamental para todo el proceso"

  • El responsable del yacimiento revisa las claves de la candidatura y su evolución, el largo camino emprendido con sus protagonistas y las consecuencias que se derivarían de la resolución positiva

-La candidatura de los dólmenes para ser Patrimonio Mundial llega a su final y parece que a la segunda se conseguirá el objetivo. ¿Cómo nació todo?

-Efectivamente, el primer intento fue en el año 1986, nada más recibir las transferencias en materia de Patrimonio Histórico por parte del Gobierno de España. En aquella ocasión tuvimos la visita del director general de la Unesco que fue el que nos animó a presentar la candidatura del Sitio de los Dólmenes, pero aquello por diferentes motivos no tuvo un final feliz. Posteriormente, en 2010, un alto cargo de Unesco, la doctora en Prehistoria Nuria Sanz, visitó el complejo y nos animó a llenar el hueco de la Europa continental, que está vacío, no tiene ninguna representación en cuanto a cultura megalítica. A partir de ese año convocamos de la mano de Unesco, Gobierno de España y la propia Junta de Andalucía un seminario internacional que definió claramente el perfil de nuestra candidatura al presentar el Sitio de los Dólmenes como un bien cultural en serie, con tres monumentos naturales y sus relaciones con elementos terrestres. El dolmen de Menga con la Peña de los Enamorados, con la llamada barbilla de la peña en la que se ubican una serie de pinturas esquemáticas rojas de época neolítica; y el Tholo del Romeral, que se ubica en el propio eje de Viera, Menga y la Peña de los Enamorados, pero que dirige su mirada de manera totalmente anómala, sin que tengan precedente en Europa y África, hacia el Sur y el paisaje mágico de la Sierra del Torcal.

-¿Esas cualidades especiales son las que le hacen merecedores de este reconocimiento?

-La orientación solar ya está reconocida en la lista del Patrimonio Mundial mediante el gran túmulo irlandés de Newgrange, que dirige su mirada hacia la salida del sol en el solsticio de invierno. Por tanto, ese no sería valor suficiente para reconocerlo. Sin embargo, ha sido la investigación mantenida durante doce años por el profesor de Historia de la Ciencia de la Universidad de Cambridge Michael Hoskin la que nos dio la clave para la fundamentación de los diferentes criterios a la hora de promover nuestra candidatura. En concreto, tras su recorrido por toda Europa y África, investigando las orientaciones de 3.000 monumentos megalíticos, llegó a la conclusión de que el 99,99% de los investigados dirigen la mirada hacia la salida del sol, bien en los solsticios, bien en los equinoccios. Mientras tanto, muy pocos tienen otra mirada a otro objeto celeste o a elementos terrestres y, concretamente, en la necrópolis de Antequera de tres monumentos, dos de ellos dirigen la mirada hacia esos elementos terrestres que hemos descrito, la Peña de los Enamorados y el Torcal.

-Por tanto, la figura de Michael Hoskin ha resultado determinante en todo el proceso.

-Determinante. Clave. Tanto, que le recibimos en 2005 y ya en 2006 planteamos dentro del proyecto de musealización una plaza para mostrarle al visitante todo lo relacionado con la arqueoastronomía y le dimos el nombre de Centro Solar Michael Hoskin.

-Los dólmenes están a un paso de su reconocimiento mundial ¿Es el reconocimiento oficial que merecen y que no tenían hasta ahora?

-Yo creo que sí. La arquitectura neolítica antequerana ha estado siempre en la memoria del patrimonio mundial, aunque no ha tenido el reconocimiento formal que va a tener ahora. Tanto las arquitecturas neolíticas como la posterior, la del Tholo del Romeral, que es calcolítica, tienen méritos suficientes para representar a la Europa continental. Va a ser el primero en la Europa continental, porque todos los reconocidos hasta el momento son insulares.

-Aunque la candidatura se fundamenta en estudios científicos, ¿qué papel juega la política?

-Creo que ha sido fundamental que la armonía haya primado en todo el proceso. La armonía entre el Gobierno de España gobernado por el Partido Popular, el Ayuntamiento de Antequera también gobernado por el PP y la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE, han ido de la mano de forma permanente y han trabajado de forma coordinada y sumando esfuerzos.

-¿Ha sido complicado?

-Sí, como todo (risas).

-¿Cree que Antequera y la propia provincia de Málaga son conscientes de lo que supondrá la declaración como Patrimonio Mundial de los Dólmenes?

-Creo que poco a poco la provincia de Málaga se va dando cuenta de la importancia que tiene este Comité de Patrimonio en Estambul, porque tenemos que decir que el territorio de la provincia de Málaga no está representado en la lista del Patrimonio Mundial. De las ocho provincias andaluzas sólo Cádiz y Málaga no tienen representación.

-¿Qué va a suponer para el Sitio de los Dólmenes y su entorno esta declaración?

-Supone el desarrollo de una serie de compromisos adquiridos por España a partir de las propuestas elaboradas por el Ayuntamiento de la ciudad de Antequera y por la Junta de Andalucía. Compromisos como la reforma en profundidad del edificio del museo de sitios para adaptarlo conforme a los requerimientos realizados por el panel de expertos de Icomos. Ello conlleva una apuesta por parte de la Consejería de medios presupuestarios, personal, materiales y humanos. En cuanto al Ayuntamiento, conlleva el desarrollo de las medidas presentadas al panel de expertos que se formalizarán mediante un plan especial de protección de la llamada zona de amortiguamiento del Sitio de los Dólmenes de Antequera. Es una plan a medio y largo plazo, que será clave para que en 2019 la Unesco, a través de los expertos del consejo internacional de los sitios, gire la visita ya anunciada en el propio informe favorable, que supondrá la llegada a Antequera de los expertos para comprobar el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento de la ciudad y la Junta de Andalucía.

-¿No es un reconocimiento para siempre?

-Si cumples los compromisos sí, pero si incumples, la Unesco, igual que ha tenido la capacidad de incorporarte a la lista, tiene también la capacidad de sacarte. De hecho, hay lugares que estuvieron en la lista y que ahora están fuera. La ciudad alemana de Dresde no es Patrimonio Mundial, y lo fue. Y salió por un problema urbanístico, porque proyectaron un puente que no contó con el visto bueno del comité de expertos de la Unesco.

-¿Qué papel ha tenido la evaluadora de Icomos, Margaret Gowen, en la candidatura?

-Ha sido fundamental, porque se trata de una persona muy inteligente, experta prehistoriadora, elegida por el Consejo de los Monumentos y de los Sitios conforme al perfil del sitio que tenía que evaluar. Por eso fue clave la decisión tomada en 2011 en el congreso sobre megalitismo mundial para centrar nuestra candidatura como Bien Cultural en Serie. Abandonamos la vía paisajística, la del paisaje megalítico, y mantuvimos los bienes culturales y sus relaciones. Eso ha sido determinante para que Icomos se plantease la elección de la experta según su perfil de prehistoriadora, que supiese valorar suficientemente las estructuras y las relaciones que tienen con el paisaje. Evidentemente, de haber planteado una candidatura del paisaje megalítico, nos podríamos haber encontrado que hubiesen nombrado a un paisajista o un urbanista, con lo cual hubiésemos tenido más problemas.

-¿Han temido en algún momento que peligraba la candidatura?

-No, solo en un momento inicial con una cierta disparidad de criterios con el Ayuntamiento, que defendía la candidatura de la ciudad frente a la del Sitio de los Dólmenes, pero que se superaron fácilmente con el diálogo y la buena relación entre las administraciones. Fue fundamental que el Ayuntamiento se sumase al fomento de la candidatura con esa campaña de apoyo que ha funcionado maravillosamente. Me gustaría hacer un reconocimiento al diseñador del logo, que tuvo el acierto de encontrar la palabra dolmen en el lenguaje de signos, lo que sirvió para construir un signo de apoyo, que funciona en cualquier parte del mundo.

-¿Qué repercusión tendrá sobre el propio sitio y la ciudad de Antequera este reconocimiento?

-Espero que todas las administraciones que tienen que ver con el Sitio de los Dólmenes, desde el punto de vista patrimonial, desarrollen todos los planes previstos sobre el mismo. El Gobierno de España nos debe incorporar en sus previsiones presupuestarias con acciones de conservación, por ejemplo, con el dolmen de Menga. Nosotros tenemos sobre la mesa un proyecto de actuación para la consolidación del dolmen de unos 500.000 euros, que está sin financiación, y que será lo primero que le planteemos al Ministerio. También le pediremos al Gobierno de España que transforme la vía del tren del siglo XIX en una vía verde de comunicación de la ciudad con los dólmenes de Menga y Viera, con el museo, con el Tholo del Romeral y con la Peña. Con respecto a la Junta de Andalucía, es importante que mantenga el compromiso de desarrollar la terminación del museo de Sitio, iniciado en los años 93 y 94, cumpliendo la exigencia de Icomos de reducir el impacto paisajístico del mismo y llenándolo de contenido. En cuanto a la Diputación, que hasta ahora no ha tenido mucha vinculación con la candidatura ni con el Sitio, tiene un papel fundamental: fue la administración impulsora del polígono industrial de Antequera en 1973, así que debe ser consecuente con esa medida errónea e inadecuada desde el punto de vista urbanístico. Ahora ha anunciado un plan de reforestación del polígono industrial para crear pantallas vegetales, esperemos que lo lleve a cabo. Finalmente, el Ayuntamiento aportó un aspecto fundamental: el afecto y cariño de los antequeranos mediante la campaña de apoyo. Realmente, los dólmenes no contaban con el aprecio y la valorización de la ciudad, ensimismada con sus tesoros barrocos y renacentistas. Y el Ayuntamiento ha hecho mucho para que Antequera se acordara de sus dólmenes. No obstante, hay que exigirle mucho más, empezando por la puesta en marcha de plan especial de protección.

-¿Turísticamente también será un paso importante?

-Ya se nota, desde que comenzamos hasta hoy. Tuvimos una primera cresta en el número de visitas tras el descubrimiento del pozo hidráulico de Menga. También se notó especialmente cuando la Junta de Andalucía presentó la candidatura. Y, en 2015 por primera vez en la historia, hemos superado la barrera de los 100.000 visitantes. Por eso necesitamos un museo del sitio, para gestionar esta afluencia.

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