Cultura

Un recuerdo a la maternidad desde Händel

Ciclo Voces. Sala María Cristina. Fecha: 23 de diciembre de 2009. Programa: 'Sonata en sol mayor op. 5 nº 4, HWV 399', 'Cantata HWV 234' y la 'Cantata HWV 233' de G. F. Händel. Intérpretes: Vie sul Mare. Solista: Xenia Meijer (mezzosoprano). Aforo: medio.

En estas festividades siempre viene bien el recuerdo a la maternidad, y por ende, volcar nuestra memoria a la figura de María. En esta dirección, el programa propuesto se convirtió desde el principio en interesante por la doble rememoración mariana y händeliana (por el 250 aniversario de su muerte), y por la inclusión de un repertorio poco conocido y alejado de las consabidas piezas.

Comenzó el concierto en clave instrumental con la Sonata en sol mayor para dos violines, viola y continuo op. 5 nº 4, HWV 399 de nuestro autor alemán, en la interpretación del grupo Viel sul Mare. Una formación constituida por nombres importantes dentro del ámbito de la música antigua y que se tradujo con un notable éxito. Su permanente comunicación entre ellos junto a un sonido basado en la calidad y el excelente empaste sonoro, contando además con un riguroso tempo muy certeramente encajado en los aires de danza, se tradujeron en los primeros aplausos de la noche.

Posteriormente, una breve presentación del repertorio preludió la ejecución de las dos cantatas previstas. Siempre se agradecen las aportaciones en forma de comentarios didácticos a los programas, y que vienen a complementar las excelsas notas al concierto. Para la ocasión, Ventura Rico nos aproximó a la interpretación de las piezas que se mostraron y este gesto debe resaltarse.

La primera cantata, la HWV 234, y de dudosa atribución al alemán, se mostró de forma fluida y siempre preservando una líneas melódicas muy cuidadas. En este sentido, la mezzosoprano Xenia Meijer destacó por su bella tímbrica de interesantes registros medios. Pese a unos bajos algo ajustados y de potencia reducida, ciertamente oscurecidos por la plantilla instrumental en la Cavatina, su Andante mosso dio muestras de su técnica solvente.

La cantata HWV 233 fue la más sobresaliente, volviéndose a destacar el gran trabajo de los instrumentistas. En el apartado vocal hubo momentos colosales como el Allegro, pero algo le restó el dramatismo que se podría haber conseguido: el permanente apego al libreto de partituras por parte de la solista.

Finalizó el concierto con bis händeliano (y mariano) y numerosas ovaciones. Y por mi parte, con una Feliz Navidad para todos.

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