La ciudad y los días

Carlos Colón

Especuladores de la desesperación

ME fío más de los gobiernos democráticos que de Assange y los ciberpiratas, wikiespías o hackers. Me fío más de la salvaguarda de los derechos humanos en el Reino Unido y Suecia que en Ecuador. El esperpéntico circo montado por Assange y sus abogados, entre los que no podía faltar la law star Garzón, tiene varios matices preocupantes. El más grave de los cuales es el descrédito de los políticos y de las democracias parlamentarias.

Este hartazgo, que no carece de causas, podría llevar a ese desencanto democrático que es siempre tierra abonada para aventureros, demagogos, totalitarios, oportunistas y cuantos especuladores de la desesperación se presentan en los momentos de crisis social, ahogo económico y desconfianza política, ofreciendo el peligroso trueque de la democracia existente por una más perfecta "democracia real" que siempre resulta resolverse en una dictadura o un régimen aún más corrupto.

Hace pocos días Ignacio Camacho advertía en Abc que "Conde, Sánchez Gordillo o Garzón pueden ser los caudillos del desencanto". Berlusconi lo fue a lo grande y Gil a lo chico. A ellos se podría sumar Assange. Su caso, en el fondo, es parecido al de Marcial Maciel: acusados de delitos sexuales que se escudan en una "santa causa" -la defensa de la pureza cristiana o de la libertad de expresión y la transparencia- mientras los suyos argumentan que las acusaciones son conjuras de los enemigos de Dios (Maciel) o de la libertad (Assange) para acabar con su obra redentora o liberadora. El Demonio en persona o los demonios de los corruptos, capitalistas y neocolonialistas gobiernos falsamente democráticos estarían en ambos casos tras las acusaciones contra ellos.

Pero resulta que contra Maciel estaba el Papa y contra Assange están algunas de las democracias más antiguas, consolidadas y avanzadas. Entre ellas, como acusadora de los delitos sexuales, Suecia, una de las democracias más admiradas del mundo. Y no creo que el Papa sea servidor del Diablo o que Suecia sea un país totalitario y corrupto en el que no se respeten los derechos humanos y un acusado no tenga todas las garantías procesales.

Los conspiranoicos podrán fabular que los servicios secretos americanos manipulan como una marioneta a Suecia para que Assange sea extraditado a los Estados Unidos y allí sea condenado a muerte por un tribunal manipulado. Lo he leído y lo he oído. También he leído y oído que Hitler estaba escondido en el Polo Norte y que Elvis vive. Lo malo es que hay quien se lo cree. Y quienes confían más en las redes que en los parlamentos y en los aventureros oportunistas que en los políticos democráticamente elegidos.

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