En tránsito
Eduardo Jordá
¿Por qué?
FUI de los primeros en apoyar públicamente la apuesta del gobierno andaluz y de la exconsejera de salud ,Montero, la idea que se centralizaran las compras de suministros sanitarios para ahorrar costes que redundaran en un ahorro para mantener lo menos mermada posible la sanidad pública. Eso me permite hacer una crítica sobre mi apoyo a este asunto.
En el camino que viene desarrollando la plataforma o central logística de compras, se puede comprobar que una gestión mediocre por parte de su responsable ha hecho fracasar la finalidad de la plataforma.
Son los responsables de elaborar los pliegos de condiciones de los concursos públicos que demandan nuestros centros asistenciales de la provincia, también de valorar la pérdida en la calidad de los productos contratados desde su puesta en marcha. En la actualidad, solo se ocupan de reducir costes, sin preocuparse en la calidad de los útiles o servicios. No escuchan las quejas de los trabajadores cuando deben usar un nuevo producto, más barato que el que se usaba pero mucho peor para la calidad asistencial del paciente y de los ciudadanos.
Quejas continuas del profesional de enfermería sobre las agujas y jeringas por su baja calidad y la poca ergonomía para un trabajo que tienen que hacer con menos personal y mayor número de pacientes; esa era la tónica habitual hasta que se ha instalado el pesimismo en los trabajadores y ya invitan a los usuarios a que manifiesten sus protestas a los responsables jerárquicos. Las asociaciones de pacientes diabéticos reclaman unas agujas menos dolorosas para inyectarse sus dosis de insulina, quieren volver a las que se usaban anteriormente.
Los concursos públicos de limpieza y de seguridad son un ejemplo más de su acentuada mirada sobre el coste aunque sea disminuyendo la calidad del servicio. Rebajan tanto las cuantías del concurso que hace imposible que se vuelvan a presentar empresas que hasta ahora prestaban un servicio con calidad.
En los concursos hosteleros pasa igual, en los anteriores concursos se subrogaban a los trabajadores con nombres y apellidos, ahora no se nombran, lo que facilita que las empresas adjudicatarias puedan despedirlos y empleen a quienes ellos quieran arbitrariamente.
La pasividad de la plataforma provincial de contratación y suministros en el control de las adjudicaciones es tal que no fiscalizan que se cumpla el contrato en su totalidad, ni su calidad, ni sus condiciones. La labor de usura que realizan cuando elaboran los pliegos de los concursos está permitiendo que se empeoren las condiciones laborales de los trabajadores que vienen realizando el trabajo a costa de que los pocos empresarios que se presenten a los concursos no rebajen su beneficio empresarial.
Al final los perjudicados son los usuarios del sistema sanitario público de Andalucía, quienes ven como cada día la limpieza y desinfección sanitaria de los centros se deterioran cada día al existir menos personal, con menos horas y con los productos de limpieza de peor calidad; que la vigilancia es más escasa y la protección de las instalaciones y del personal del SAS se ve reducida en los tiempos en los que ha aumentado la conflictividad social y la delincuencia; que el servicio que se presta en las labores de control y productos de calidad para la alimentación de los pacientes se reduce y que pueden perjudicar a su estado de salud , incidiendo un una mayor estancia hospitalaria y por tanto un aumento del coste final.
Un tema de mayor interés sanitario es el control de las adjudicaciones por libre concurrencia a licitaciones para procesos de pruebas diagnósticas e intervenciones quirúrgicas a los centros homologados para tal fin. Este no se ejerce con rectitud pues cada vez son más las denuncias de los trabajadores sanitarios de estos centros sobre el impago de sus nóminas, aunque se suponga que el SAS les ha abonado los trabajos realizados.
La gestión y control de los concursos nadie la asume, si existe un incumplimiento del concurso en un centro y lo denuncias al gestor del centro te invitan a que traslades las quejas a la plataforma y una vez que le diriges la queja o bien no te contestan o te vuelven a dirigir al centro donde se produce el incumplimiento para no resolver nada.
La plataforma debe de seguir pero con la utilidad de ahorrar costes no con la finalidad de ahorrar por encima de todo. Para ello, hace falta que su máximo representante provincial sea conocedor de los temas, escuche a los que usan el material o trabajen con las empresas adjudicatarias y gestionen con principios de defensa de los intereses de los usuarios por encima de los formalmente cicateros de la gestión económica. En Málaga se hace necesario un director que reúna este perfil de forma urgente para que los malagueños no suframos también en esta faceta el estar en un segundo nivel de la ciudadanía andaluza.
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