Inversión de 200.000 euros en el Gil Muñiz

La Junta de Andalucía aprobó en marzo la construcción de un nuevo colegio y ahora anuncia una partida para reformas

El culebrón del colegio Gil Muñiz de Marbella continúa. Si el pasado mes de marzo el parlamento andaluz aprobaba construir un nuevo edificio para sustituir al actual, ayer el consejero de Cultura, Luciano Alonso, anunciaba inversiones, pero para reformas. Según explicó el responsable autonómico se invertirán 200.000 euros "en la modernización y mejora del colegio público".

Entre los trabajos a realizar se incluye el cerramiento de las galerías mediante ventanales acristalados, la mejora de la cubierta de uno de los edificios para evitar humedades y la reparación de los bajantes para acabar con las fugas de agua. El proyecto, también recoge la modernización de las instalación eléctrica mediante la sustitución de luminarias y cuadros eléctricos. El parlamentario andaluz y concejal del PP en Marbella, José Eduardo Díaz, reprochó al consejero que la Junta, desde marzo, no haya avanzado en la construcción del nuevo edificio en los terrenos que ocupa el Albergue África a pesar de que la comunidad educativa lleva siete años reivindicando estas obras y el pasado mes de marzo se anunció que los fondos destinados en este curso para la reforma del actual inmueble se invertirían en "impulsar el inicio del proyecto del nuevo colegio".

El colegio en cuestión tiene más de 50 años de antigüedad y su sustitución es uno de los proyectos que el Ayuntamiento pretende que la Junta ejecute con el dinero que el Consistorio está pagando al gobierno autonómico en concepto de devolución del anticipo reintegrable concedido tras la disolución del Ayuntamiento. Desde el equipo gobierno insisten en que se han puesto varios suelos a disposición de la Junta para construir un nuevo inmueble sin que hasta hoy se haya hecho nada al respecto. El Gobierno autonómico llegó a sacar el proyecto a licitación, pero quedó desierto. La fórmula propuesta para la financiación de las obras pasaba por la colaboración público-privada, es decir, la empresa que ejecutara los trabajos podría explotar un aparcamiento subterráneo para residentes y así obtener beneficio, sin embargo esta fórmula no convenció a los licitadores por lo que el concurso quedó desierto.

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