Una circunvalación en estado de hibernación
La obra de la carretera de la localidad de Arriate se mantiene paralizada por la crisis económica


Llamada a ser la columna vertebradora entre la sierra norte de Cádiz y la comarca de Ronda, lo que se denomina como comarca natural rondeña, la conocida circunvalación de Arriate languidece en el tiempo entre anuncios de posibles recuperaciones de sus trabajos. De momento, esta cicatriz abierta en la piel del terreno sigue empeorando cada día su estado, a la espera de que vuelvan las excavadoras, ausentes desde el inicio de la crisis económica, bajo el argumento empleado por la Junta de Andalucía de que era necesario recortar en la partida destinada a inversiones.
Con todo su trazado entre el puente de la Ventilla y el puerto de El Monte en ejecución, la plataforma de lo que será en algún momento esta vía de tráfico está construida casi en su totalidad. Eso sí, todavía quedan pendientes trabajos de desmonte en los puntos más complejos o la finalización de algunas de las estructuras de hormigón.
Mientras tanto, los vecinos tienen que soportar cada día la incremento del deterioro de la plataforma terriza, que ahora ha venido a sustituir al carril que discurría por esta cañada real, que no es que estuviese en mejores condiciones, explican algunos de ellos. Ahora les han dejado con la miel en los labios tras décadas de espera y de reclamaciones para la construcción de esta carretera.
Para esta conexión, la Diputación provincial llegó a anunciar un proyecto con un presupuesto de 500 millones de pesetas, siendo descartado porque discurría por una vía pecuaria, para retomarse años después por la Junta de Andalucía con unas características similares en su trazado.
La paralización de las obras sigue ocasionando problemas, debido a que la estrecha travesía de Arriate complica el paso de camiones pesados, que en ocasiones tienen que optar por trasladarse a su punto de destino mediante la estrecha carretera que une Cuevas del Becerro (Málaga) con Setenil o Alcalá del Valle (Cádiz).
La carretera de tierra, utilizada por los vecinos y que se ha convertido en un camino habitual para los que practican ciclismo con bicicletas de montaña, es un punto de vertidos incontrolados de escombros, hasta el punto de existir una importante concentración de los mismos en algunas partes de la obra, en especial, en un punto próximo a La Parchite. Mientras la obra permanece a la espera de que algunas de las promesas y anuncios de retomar sus trabajos sean ciertas, la maleza es cada día más patente en esta infraestructura.
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