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No es cuestión de físico

  • Los tremendos partidos, prórrogas incluídas, ante Madrid y Barça y el nivel mostrado en ellos demuestran que el cansancio no motiva las desconexiones en la Euroliga

39 horas después de acabar un partido intensísimo en Estambul, un viaje desde la ciudad turca a Barcelona y un leve entrenamiento el sábado en la víspera del partido, el Unicaja soltó un memorable encuentro en el que, sin base en los 10 finales, compitió durante 45 minutos a cara de perro con el Barcelona. Hace dos semanas hizo lo propio con el Real Madrid, con la moneda de cara entonces, durante el mismo tiempo. Se comprende aún menos con tamañas prestaciones ante rivales con calado de Final Four las desconexiones en las segunda partes que están costando tantas derrotas en la Euroliga. ¿Es cuestión física? No, no lo parece.

Cuatro encuentros dominados en el tercer cuarto por más de una decena de puntos (Alba Berlín, Limoges, CSKA y Efes), incluso en la veintena en algún momento del duelo, se evaporaron y acabaron con derrotas. Las tres primeras han prescrito porque están en el Top 16, pero la del Efes sí hizo especial pupa. Porque, viendo el rendimiento en el Palau Blaugrana, se entiende aún menos. "Nos ponemos a jugar al balonmano, a atacar a ocho o nueve metros del aro y nos cerramos, no pasamos, no vemos", explicaba el domingo en la sala de prensa del Palau Blaugrana Joan Plaza esos bajones que no tuvo precisamente en el feudo azulgrana, donde no dio tregua a todos los envites del equipo local.

Plaza ha aplaudido en varias ocasiones en público el trabajo que realiza el preparador físico, Enri Salinas, más de una década al frente de esta parcela y considerado una referencia en el sector en España. Más que preparación física sí pareció desarbolado por dureza el Unicaja tanto ante el CSKA como en Estambul. Por el nivel de intensidad y de corazón de los rivales. Y es un campo en el que siempre ha incidido Plaza que no admite la derrota. Sí por talento, pero no por ganas. El hecho de que el Unicaja sea el equipo que mejor rebotea en ataque en la Euroliga (en la ACB sí le supera el Gran Canaria) habla bien de las ganas y del brío con el que se emplea el equipo malagueño. Pero hay que tocar esa tecla para que la intensidad no baje, como se ha conseguido en los duelos ante el Madrid y el Barcelona, superélite del continente.

El doble viaje a Estambul y Barcelona deja las gratas sensaciones de Caleb Green en el Palau, aunque esos dos balones, con posible falta en uno de ellos, que se extraviaran al final hicieran daño. Pero verle competir ante jugadores de este nivel y siendo capaz de producir reconforta. También Markovic dio un paso adelante con la lesión de Granger y batió su récord anotador (17 puntos) con la camiseta verde. Se le reprochó la evitable falta que hizo para caer eliminado. Y Golubovic constató que cuando se mide a pivots de su tamaño y peso da el nivel bastante más que ante contrincantes más bajos y móviles. Le hizo de entrada un hijo a Pleiss.

El equipo descansó ayer y hoy volverá al tajo, ya con sólo una sesión, desde las 12 horas, hasta nueva orden. El calendario y el estado físico de los jugadores hace que Joan Plaza opte por concentrar el trabajo, sin bajar la intensidad, para que sus jugadores descansen física y mentalmente ante el doble ritmo de partidos semanal que se lleva en la actualidad. Se espera que Granger, cuyo problema en el tobillo que le impidió jugar en el Palau no parece grave, regrese al trabajo con el resto de compañeros y esté para el determinante partido del viernes ante el Milano. "Me preocupé de mirarlo y había equipos que han entrado en el Top 8 empezando con un 0-4, pero no podemos caer en eso. La victoria la necesitamos", decía Plaza en el Palau Blaugrana. Urge el triunfo y no será cuestión de físico. Se vio en Barcelona.

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