El Unicaja ha jugado 11 partidos oficiales en la pista del CSKA y ha perdido 10. El CSKA ha jugado esta temporada 29 partidos y ha ganado los últimos 27. Nadie ha vencido en su pista esta campaña. Su última derrota data de principios de octubre, en su segundo encuentro oficial, ante el Lokomotiv en la VTB. Tres meses largos sin morder el polvo. Con el equipo metido en una dinámica de inaccesibilidad y de un juego tremendamente fluido que le hace acercarse a los 90 puntos de media por partido, ha ganado sus 28 partidos de esta temporada por una media de 17.5 puntos. Sus recursos son infinitos ofensivamente, casi siempre con cuatro jugadores abiertos para crear espacios y dificultar la defensa rival.

¿Qué se puede hacer ante tamaña máquina de jugar al baloncesto? Tras la retahíla que pinta imposible ganar en el Universal Sports Hall vienen las pequeñas luces de esperanza. El equipo malagueño es el que más cerca ha estado de derrotar al CSKA, le forzó una prórroga en el Carpena y acabó cayendo sólo por un punto tras un recital malagueño en la primera mitad que no pudo culminarse porque el cuadro ruso elevó hasta el cielo su intensidad defensiva hasta hacer inoperante al cuadro malagueño, que ha tenido varios de sus momentos más brillantes de juego en la competición europea pero que no lo ha traducido a resultados.

El Unicaja ganó sólo una vez en Moscú. Fue en 2013, tras una serie de siete derrotas consecutivas, con una tremenda exhibición de Marcus Williams. Esta vez la necesidad en la competición continental es alta. No es la pista moscovita la mejor para rehabilitarse, pero tampoco es cuestión de tirar la toalla. El Unicaja ha tenido picos de juego para tumbar a los mejores del continente. Ha bordado el basket en Estambul o ante el CSKA, le ha ganado al Madrid, ha ido a una prórroga forzada de manera inverosímil por el Barcelona y ha ganado muchísimo en la ACB. Poco en la Euroliga, es cierto. Y contra Olympiacos y Armani ha dado la sensación de ir con la lengua fuera, como si cuando se elevara el diapasón por parte del rival no hubiera respuesta.

Con Markovic entre algodones, viajaron a Moscú los 12 jugadores profesionales del equipo. El CSKA tiene entre algodones a Sonny Weems, baja en los dos últimos partidos. Pero el arsenal es casi infinito. La misión no es imposible. Casi, pero no del todo.