Euroliga

El martirio ruso (101-74)

  • El Unicaja encadena su octava derrota seguida, la peor racha en su periplo en la Euroliga, en un partido sin historia en Moscú. Altísimo nivel del CSKA, con De Colo y Teodosic tremendos.

Los dos tiranos del grupo F del Top 16, el CSKA y el Olympiacos, tienen dos estilos contrapuestos, pero igual de efectivos para demoler a los rivales. El Unicaja los ha experimentado en sus carnes en este negro enero en versión europea. Si el equipo griego hace jugar mal a su contrario hasta desesperarle, los rusos despliegan su potencial con un tanto de soberbia, la que le permite el catálogo de cracks que reúne. Algo así como "soy mejor que tú y te voy a meter muchos puntos. Si puedes, haz lo mismo, pero encima te voy a defender a muerte".

Dimitris Itoudis, el aprendiz predilecto de Obradovic, ha liberado de los grilletes de Messina el talento que atesoraba el cuadro moscovita, reforzado por el delicioso De Colo, quien ofreció una exhibición de puntería (28 tantos sin fallo en el lanzamiento). Y ahora es una deleite verle jugar, el cable que Djordjevic le arregló a Teodosic este verano sigue en su sitio y el mago serbio reparttió 14 asistencias dividiendo una y otra vez a la defensa. Habrá que ver si le vale para ganar la Euroliga, su leit motiv, pero a mes de enero es el principal favorito. Delicia para el seguidor ruso y para el neutral, un martirio para los oponentes, como el que sufrió ayer el Unicaja, que tiró la toalla en el tercer cuarto ante la lluvia de juego primoroso que recibía.

La sensación ante el CSKA es de angustia constante, de estar ante un gigante con infinitas armas a su disposición. Puede ganar por defensa o por ataque, por exteriores o interiores. La sensación de optimización de recursos que desprende es desbordante y el Unicaja, bien y por momentos notable en el primer tiempo, se tuvo que poner de rodillas ya en el tercer cuarto. Se abandonó en demasía después, no casa con la filosofía del equipo. No hay más historia, no es esta derrota por la que el equipo de Joan Plaza no jugará el Top 8 aunque doliera la tunda recibida, con diferencia la más alta de la temporada. No es la imagen de equipo rugoso e incómodo para cualquier rival del continente que ha ofrecido con constancia. El partido se le hizo eterno, le sobró un tiempo. Nada que ver con los tres enfrentamientos anteriores, en los que el Unicaja le miró a los ojos al CSKA, como en la previa anunciaba Plaza que se haría ayer también. Desde el paso por los vestuarios se bajó la mirada, sin remisión.

Es posible aún avanzar al soñado Top 8, pero el margen de error se reduce prácticamente a dos fallos, a lo sumo tres, en 10 partidos más. Y mejor no mirar el calendario. Enero se ha convertido en un martirio en Europa, donde se convive con los días de vino y rosas que se atraviesan en la Liga Endesa. El Top 16 puede ser un calvario y es lo peor que se desprende de la derrota de ayer, que la Euroliga se le hace difícil de digerir en estas instancias. Es la peor racha de su historia en la competición, con ocho derrotas consecutivas. Hay que remontarse al 21 de noviembre para encontrar la última victoria ante el Cedevita. Desde entonces, derrotas ante Limoges, Alba, CSKA, Maccabi, Olympiacos, Efes, Armani y, otra vez, CSKA. Las cuatro primeras prescribieron con el acceso a la siguiente instancia, pero ahí están. Y estas cuatro condicionan el futuro inmediato. Jugar dos meses sólo por la honrilla sería un castigo severísimo del que habría que ver qué consecuencias se desprenden.

A lomos de Vasileiadis (ocho puntos en seis minutos) el Unicaja comenzó a buena velocidad, pero el encuentro se metió en una dinámica que engulliría al equipo que tuviera un porcentaje menor de acierto. Cuando se ganó en 2013 en el Universal Sports Hall fue en una secuencia así, con Marcus Williams desbocado. También se supo sostener ese caudal de puntos en el Palau Blaugrana hace un par de semanas. Pero ayer no fue posible, la tijera se fue abriendo. La sensación al descanso es que se había jugado bien y se perdía por 13 puntos (54-41).

La segunda parte fue un castigo, reglazos en las yemas de los dedos. El CSKA se gustó y el público le pidió un último esfuerzo para llegar a 100 puntos, logro conseguido con un triple de Markoishvili desde la esquina a 20 segundos del final. Le pidieron sangre y el CSKA la consiguió entre un enfervorizado auditorio. El Unicaja tuvo que agachar la cabeza. Le habían dado una tunda tremenda.

FICHA TÉCNICA:

CSKA MOSCÚ: Jackson (4), De Colo (28), Fridzon (3), Vorontsevich (9) y Kaun (13) --cinco inicial--; Teodosic (13), Nichols (13), Markoishvili (3), Korobkov (-), Zozulin (6) y Hines (9).

UNICAJA MÁLAGA: Granger (4), Vasileiadis (10), Kuzminskas (11), Green (8) y Golubovic (3) --cinco inicial--; Vázquez (10), Nguirane (2), Markovic (4), Toolson (7), Suárez (-), Stefansson (4) y Thomas (11).

PARCIALES: 31-26, 23-15, 21-11, 26-22.

ÁRBITROS: Belosevic (SER), Zamojski (POL) y Romano (ISR). Sin eliminados.

PABELLÓN: USH CSKA. 4.690 espectadores. 

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