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Esteban y Juanito, los espejos de Isco

  • El de Benalmádena seguirá en Londres la estela de los dos insignes futbolistas malagueños, que formaron parte de la selección que compitió en los Juegos de Montreal en 1976

22 de Julio de 1976, 19:00, Estadio Olímpico de Montreal (Canadá). Esteban Vigo y Juan Gómez Juanito, ante más de 30.000 espectadores, se convierten en los primeros futbolistas malagueños en disputar unos Juegos Olímpicos. Ambos, con 21 años, fueron de la partida en el primer encuentro que el combinado, por entonces semiprofesional, disputó ante Brasil. Ladislao Kubala, por entonces seleccionador nacional, confió en ellos para acompañar a los Arconada o San José. 36 años después, es Luis Milla quien confía en otro malagueño. Isco fue confirmado ayer entre los 18 futbolistas que estarán en Londres, por lo que el futbolista del Málaga será el reflejo del Boquerón y del desaparecido mito de Fuengirola.

Con el 11 y el 7, Esteban Vigo y Juanito, respectivamente, escucharon los acordes del himno nacional en el estadio canadiense. En los mismos Juegos en los que Nadia Comaneci pasó a la historia de la gimnasia, los dos futbolistas malagueños vivieron el sueño olímpico. “Entonces no le dábamos mucha importancia pero ahora recuerdo aquella experiencia con cariño ya que es una competición distinta”, confiesa Esteban Vigo, que por entonces iniciaba su carrera como jugador en el extinto CD Málaga. Por su parte, Juanito ficharía, al término del torneo olímpico, por el Burgos, equipo con el que rompió como futbolista, aunque ya en aquellos Juegos el de Fuengirola dio aviso de lo que acontecería el año siguiente.

España defraudó y ya en el primer partido cayó ante Brasil por 2-1. El tanto español lo anotó Idígoras. Sería el único gol hispano en la competición, ya que el segundo y último partido finalizó con otro revés para los intereses del combinado entrenado por Kubala: 1-0 ante la República Democrática Alemana. “Es cierto que no tuvimos un buen resultado, pero era otra época y el fútbol español estaba por debajo de otros países”, manifiesta el Boquerón Esteban, que ve en esta selección olímpica el polo opuesto de la que él fue parte implicada: “Hoy por hoy nuestro país está arriba en el plano futbolístico y creo que los chicos que van a ir a Londres pueden traerse el oro. Espero lo mejor de ellos”.

Entre ellos estará Isco. No será sencilla la tarea de lograr el oro. De nuevo, como ya les ocurriera a sus dos modelos, Isco puede cruzarse con Brasil en el camino al metal más preciado. La canarinha, con Neymar a la cabeza, es la otra gran favorita para subirse al primer lugar del podio en Wembley.

El benalmadense portará el 15 el próximo 26 de junio en Hampden Park ante Japón. El actual técnico del Xerez tiene puesta muchas esperanzas en el malaguista: “Es un chaval con mucho futuro y si sigue al nivel que ha tenido este año en el Málaga, la selección llegará lejos. Estará entre los mejores del torneo”.

Esteban Vigo vivió con Arconada, el valencianista Enrique Saura, Isidoro San José y, por supuesto, con Juanito vivencias únicas que más de tres décadas después siguen muy vivas. “Cuando nos juntamos, siempre acabamos hablando de aquellos Juegos y de momentos, sobre todo fuera del campo, graciosos”, rememora el veleño, que recuerda una anécdota que demuestra el buen ambiente que se respiraba en aquel combinado: “Estábamos en una zona de la Villa Olímpica bastante alejada de las zonas de cafetería. Cuando teníamos que ir a por yogures, cafés o agua, nos jugábamos a las cartas quién iba hasta allí. Eran situaciones divertidas”.

Cada cuatro años, con la llegada de los Juegos, el fútbol pasa a un lugar secundario. Desde que, curiosamente, en Londres 1908, el balompié fuese considerado como deporte olímpico, éste sufre con cada cita olímpica. “Nuestro deporte está mal visto por los puristas. Poco a poco ha ido mejorando, pero todavía queda mucho para alcanzar al atletismo o al baloncesto”, masculla el que fuera campeón de la Liga en la temporada 1984/85 con el Barcelona.

Juanito y Esteban, dos de los primeros malagueños olímpicos, no podían imaginar en 1976 que un equipo como el que competirá en Londres podría presentar batalla a las potencias internacionales. Tampoco, que un paisano fuese una de las estrellas de esa selección. Isco tratará de hacer bueno el dicho de que el alumno supera al maestro, mirándose en sus dos precedentes.

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