'Deconstruyendo' a las pymes
economía
Un estudio indica que la mayoría son familiares, fieles a su banco y destacan la calidad de sus productos y el bajo absentismo laboral como ventaja competitiva
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) representan el 99% de las compañías, el 80% del empleo y el 65% del Producto Interior Bruto (PIB) en España. Son, por tanto, básicas en el funcionamiento del país y de cada provincia, pero no es habitual que se radiografíe su situación actual, sus entrañas, para analizar qué se está haciendo bien, qué se puede mejorar para poder ser más competitivos en un mundo global y pedirle tanto a los empresarios como a las Administraciones que se pongan las pilas en determinados aspectos. Economistas de la Universidad de Málaga y de la Universidad Politécnica de Cartagena presentaron ayer el informe La competitividad de la pyme: Innovación, Financiación y Profesionalización en la Confederación de Empresarios de Málaga, un documento que deconstruye cada bloque que forman las empresas, permitiendo así conocer mejor su realidad.
Para empezar ese perfil, lo primero que hay que saber es que el 64% de las pymes son familiares, con lo que ello implica de positivo y negativo en la gestión. El 90% están dirigidas por algún miembro de la familia y en más de la mitad las riendas ya las ha tomado la segunda generación. El gerente suele ser varón, tiene estudios universitarios o de posgrado y una edad media de 50 años.
El tamaño medio de las pymes es de 15 trabajadores y, según explica Julio Diéguez, economista de la UMA y autor del informe, "están contentas con el grado de satisfacción de sus clientes y la calidad de sus productos, pero no tanto con el rendimiento que obtienen ni con el crecimiento de su cifra de negocios". En este sentido, entienden que sus ventajas competitivas son que ofrecen productos de calidad, la satisfacción de los clientes y el bajo absentismo laboral. En el polo opuesto, las pymes consultadas en este informe (310 en España) consideran que sus desventajas competitivas son una menor rentabilidad y una ralentización en el crecimiento de las ventas.
Son optimistas de cara al futuro y eso se traduce en una buena previsión de generación de empleo. Según este estudio, el 24,8% de las empresas estiman que aumentarán el empleo, mientras que un 64,8% afirman que mantendrán el que tienen y solo un 6,8% cree que podrá disminuirlo. El porcentaje del descenso es bajo teniendo en cuenta, por ejemplo, que en los ocho años de crisis se han perdido 54.000 pymes y autónomos en Andalucía y se han destruido 300.000 empleos.
En materia de financiación, las pymes no acaban de dar el salto o de confiar en fuentes alternativas a la tradicional bancaria. Diéguez destacó que las pequeñas y medianas empresas mantienen una auténtica "jerarquía financiera" hasta el punto que, a la hora de hacer inversiones, primero optan por autofinanciarse y, si no tienen recursos suficientes, prefieren endeudarse antes que ampliar capital, permitir la entrada de nuevos socios y perder poder en la compañía. Las pymes suelen trabajar, de media, con tres bancos cada una, aunque siempre hay uno de cabecera en el que suelen agrupar el 35% de su deuda.
Durante los años de crisis los empresarios se han quejado habitualmente de la falta de crédito por parte de las entidades financieras. La situación está cambiando y ahora, según la encuesta realizada, consideran que la evolución está siendo favorable tanto en volumen de financiación, como en tiempo de negociación y plazo para la devolución. No obstante, sí critican el alto coste de la financiación, principalmente en lo relacionado a comisiones, garantías y avales.
Los directores financieros son cada vez más valorados y hay mayor control presupuestario, aunque las pymes aún adolecen de auditorías internas.
La patronal pide una mayor profesionalización
El presidente de la Confederación de Empresarios de Málaga y Andalucía, Javier González de Lara, aseguró ayer que la profesionalización "es el mayor handicap" de las pymes andaluzas y "aunque se ha mejorado mucho en el análisis de coste y financiero, nos falta un punto más, una profesionalización trasversal que pueda entrar en todos los ámbitos, en la gestión de procesos y en una mayor y mejor cualificación de los que tienen responsabilidades gerenciales". González de Lara subrayó que "hay que reconocer que muchas empresas familiares necesitan cualificar debidamente al que va a ser el director o directora" y recordó que los retos actuales, en un mundo globalizado, "son radicalmente distintos" a los de hace décadas cuando el fundador creó la empresa.
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