Málaga

La Junta deja en manos de los ayuntamientos la tasa turística

  • Díaz asegura que no impondrá este gravamen en Andalucía pero permitirá que los municipios la apliquen

  • En Málaga hay más voces en contra que a favor

Vía libre a la tasa turística. Sólo una semana ha tardado la presidenta de la Junta de Andalucía en responder a la petición del Ayuntamiento de Sevilla para que el Gobierno andaluz permita establecer este gravamen a quienes visiten la capital hispalense. Susana Díaz no implantará dicho tributo a nivel autonómico, pero sí otorgará libertad a las corporaciones locales que lo deseen cobrar. Así lo hizo saber ayer en unas declaraciones que suponen un cambio de postura del Ejecutivo regional, reacio hasta ahora a aplicar esta tasa que se encuentra muy extendida por las capitales europeas y que en España lleva años aplicándose en Barcelona. No obstante, para que sea una realidad es necesario que cambien dos realidades que a día de hoy tiene en contra: por un lado, la normativa autonómica, que actualmente la prohíbe, y por otro, el sector empresarial de Málaga, que se muestra contrario a este cobro.

La tasa turística, por tanto, no se extenderá por toda Andalucía. Díaz manifestó ayer el compromiso de su gobierno de no instaurarla a nivel autonómico, aunque, eso sí, respetará la "autonomía local y la voluntad de lo que quieran hacer los ayuntamientos". El hecho de que no se convierta en un tributo generalizado en toda la comunidad resulta obvio, pues desde que surgió este debate se ha demostrado que no existe consenso suficiente ni territorialmente ni por sectores. La disparidad de criterios e intereses han marcado las posturas.

En Málaga, tanto el Ayuntamiento como el sector turístico se muestran en contra

En Málaga, por ejemplo, hay más voces en contra que a favor. En un debate organizado por este periódico la pasada semana en tono al tusimo en la capital, Julio Andrade, concejal del ramo en el Ayuntamiento de la capital, se mostró claro asegurando que en Málaga no se ha contemplado, de momento, intaurar ninguna tasa y que, de hacerlo, "sería a las empresas y no a los turistas".

Uno de los argumentos esgrimidos por el representante de Turismo fue asegurar el destino de los supuestos nuevos ingresos. Por ejemplo, el Ayuntamiento granadino elaboró un estudio sobre la posible recaudación que se lograría a través de la tasa. Las cifras resultantes bailaban en tonor a los 3 millones de euros, una cantidad de dinero que se emplearía, defendieron, en la promoción de la ciudad y en mejorar su oferta.

"En otras ciudades que se han creado tasas hemos visto que al primer año todo lo recaudado va a inversiones en la zona y en diez años va a la bolsa común", alegó al respecto el concejal malagueño, quien, en lugar de las tasas y persiguiendo el mismo objetivo, apostó por estudiar cómo lograr que los ingresos repercutan directamente en el entorno. En este sentido, Andrade hizo referencias a los estudios que está llevando a cabo la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que apuntan, en concreto, al IVA o el IBI de las viviendas turísticas.

Esta no es la primera vez que, desde que ayuntamientos como el de Granada o el de Sevilla plantearan la creación de este gravamen, la polémica llega a la capital malagueña. Desde el Ayuntamiento también ya se pronunciaron a finales de 2016 en relación a una medida que desde Málaga no se ve con buenos ojos. En este otro caso, fue el portavoz del gobierno municipal, Carlos Conde, quien se manifestó con aún más contundencia: "No vamos a crear una tasa turística y nunca lo hemos valorado. Nosotros creemos más en la calidad de la oferta y en seguir mejorando", dijo el pasado mes de septiembre.

Estos mismo argumentos han encontrado también cobijo en buena parte del sector turístico de la ciudad, especialmente en los hoteleros, que se han mostrado también contrarios a aplicar esta tasa. Es el caso de Francisco Moro, vicepresidente de la patronal hotelera Aehcos, quien cree que "poner una tasa turística es tirar piedras contra nuestro propio tejado". En el mismo encuentro en el que participó Andrade, Moro defendió que "la palabra tasa en sí ya da miedo al turista" y justificó su implantación en otros países aludiendo a la masificación de estos espacios. "Ponen tasas para que no les entre más gente. Nosotros no tenemos aún ese problema", incidió.

Jesús Sánchez, presidente de la patronal hostelera Mahos, también defendió que, en el caso del que se abriera el debate, la tasa "tendría que ser justa". "Nos beneficia el turista que se queda una semana y no el que solo está un día", subrayó. Todos ellos aludieron también a que la decisión de implantar esta tasa sería competencia de la Junta de Andalucía. Sobre eso, habrá que esperar para ver si en las próximas semanas se anuncia el cambio de la orden.

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