Leopoldo cagigal gonzález. especialista en cirugía plástica, reparadora y estética

"Málaga necesita moderación urbanística y tejido industrial"

  • El cirujano plástico cree que "es un error" someterse a una operación de estética para gustar a los demás y dice que los pacientes no frivolizan con estas intervenciones, ya que son muy sopesadas

El cirujano en su clínica de Paseo de Reding.

El cirujano en su clínica de Paseo de Reding. / fotografías: javier albiñana

Leopoldo Cagigal González llegó a Málaga en 2001 para formarse como especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Aunque tras acabar la residencia en el Hospital Regional este médico volvió a su Santander natal, finalmente se estableció en nuestra ciudad donde dice que "es fácil ser feliz".

-¿Es necesaria la cirugía estética?

-Es necesaria en el momento en que la sociedad nos lleva a una forma de vida en la que la salud mental también es muy importante, no sólo la física. La estética juega un papel importante en la sociedad, no sólo en los ámbitos personales, también últimamente en los laborales. Es un bien y la gente sabe apreciar que hemos mejorado mucho en nuestro resultados y nuestros márgenes de seguridad.

-Se ven en televisión mujeres superoperadas. ¿No hay una frivolización de esta cirugía?

-La cirugía estética es un campo bastante desconocido aún para la mayor parte de la gente. Los tópicos siguen arraigados entre la población, pero la inmensa mayoría de los pacientes que tratamos lo que realmente buscan es un confort psicológico y una mejor calidad de vida; no buscan frivolizar con su físico ni tener ventaja sobre sus competidores en materia laboral o personal. Uno de los secretos de esto es que no se note que hay una cirugía de por medio. Mucha gente sabe apreciar ese principio básico. Hay personas que no tendrán problema en que se note e incluso que lo busquen, pero la mayoría de las personas buscan resultados naturales y que nadie lo perciba como fuera de lo normal.

-Qué esté bonito sin que se note que es cirugía...

-Correcto.

-¿Y por qué la gente no se acepta como es?

-Mucha gente se acepta como es. La gente que busca una solución quirúrgica a su malestar es gente que no ve otra salida, que ha probado todo tipo de soluciones y no se acepta en la condición en la que está. A estas personas no podemos mandarlas a terapia psicológica. Los problemas de autoestima y de incomodidad mental con la situación no se solucionan solamente con terapia. Es importante aceptarse; la inmensa mayoría de la gente que se opera, se acepta, pero no acaba de sentirse bien, por eso se opera.

-¿Cuántas personas de las que se operan realmente lo necesitan?

-Es algo muy subjetivo. Nosotros vemos a personas con grandes alteraciones en su anatomía y que son felices. Y también vemos otras con pequeñas alteraciones que sufren mucho con su condición. Por lo tanto, es una respuesta difícil. A una de cada cinco o seis personas que vemos en consulta, le proponemos que reflexione sobre la necesidad del procedimiento que está consultando.

-¿Aunque vaya en contra de vuestros intereses?

-Mi interés es que todas las cirugías sean exitosas. No hay ningún beneficio en operar a una persona a la que no vas a dejar contenta. Por lo tanto a las personas que detectamos que a pesar de la posible intervención no van a quedar satisfechas con los resultados, lo mejor es aconsejarles que desistan y no seguir adelante.

-¿La demanda sigue siendo mayoritariamente femenina?

-En mi entorno, más del 80%, incluso del 90%, siguen siendo pacientes femeninos.

-¿No hay una excesiva esclavitud de la estética en la mujer?

-En mi ámbito no lo veo así. La gente cuando toma el camino de la cirugía, lo toma con mucho pesar y como última opción. La cirugía le sigue costando a muchos pacientes.

-¿No se toma a la ligera?

-No. En la inmensa mayoría de los pacientes, sin duda no. Es emocionante ver gente que por fin consigue operarse y solucionar un problema que lleva décadas rondándole la cabeza y no han podido hacerlo por problemas familiares o laborales.

-Insisto, ¿no es algo frívolo?

-Hay muchos tópicos. Que al andaluz no le gusta trabajar, que el catalán es tacaño con los dineros y que la cirugía estética es para gente que quiere destacar sobre el resto y que se note que ha hecho alguna modificación en su cuerpo. Sin embargo, alrededor nuestro hay mucha gente que está operada y los resultados son muy naturales y precisamente eso es lo que buscan.

-La mayoría de las pacientes son mujeres. ¿Vienen sus parejas?

-Sí, en muchos casos. Pero lo importante es dar el protagonismo total a la paciente y cumplir sus deseos. Hay que intentar que la paciente no se vea influenciada por los gustos de su marido, de los padres, de las hermanas o las amigas. Lo tiene que hacer por ella y no porque se sienta coaccionada, porque hablamos de una cosa muy seria. Es un error operarse para gustar a otras personas. Se debe uno operar para gustarse a sí mismo.

-¿Los hombres se incorporan a la cirugía estética?

-Los hombres, aunque es una opinión muy personal, cada vez cuidan más su estética; la hidratación cutánea, del bello corporal... El género masculino sin duda se está apuntando cada vez más agradarse a sí mismo y a agradar a los demás. Sin embargo, la cirugía siempre es el último paso. En ese aspecto no ha habido tanta progresión últimamente. Las cirugías siguen siendo en esencia las mismas que hace pocos años. Hace tiempo hubo un cambio drástico, pero ya se ha estabilizado.

-¿Qué es lo más demandado?

-En mujeres, la reconstrucción mamaria por falta de desarrollo o por degradación debido a cambios de peso y a la maternidad, así como un sinfín de deformidades del desarrollo que pocas veces están bien diagnosticadas y que a veces los propios pacientes ni siquiera saben que tienen solución. La cirugía mamaria sin duda es el pilar y la esencia. Desde el punto de vista de los varones, la cirugía más frecuente es la otoplastia [de las orejas] porque las deformidades de las orejas son más fáciles de ocultar cuando alguien lleva el pelo largo.

-¿Durante la crisis se ha resentido la cirugía estética?

-Sí se ha resentido en cierto modo, pero mucho menos de lo esperado. Como todas las crisis, tiene una parte positiva y ha hecho que los profesionales se vuelvan mejores y más competitivos, ofrezcan más calidad a precios más competitivos. En el sector en conjunto no tengo datos objetivos.

-¿Es cierto que la cirugía estética empezó por razones bélicas, para que no se vieran los efectos de la guerra?

-Eso es una verdad que hay que matizar. Se refiere a la Cirugía Plástica. La Cirugía Estética no deja de ser una superespecialidad de la Cirugía Plástica y Reparadora, que es la matriz. La Cirugía Plástica fundamentalmente tuvo una gran evolución durante la Primera Guerra Mundial a consecuencia de los avances de la anestesia y de la cantidad de pacientes mutilados por la guerra. La Cirugía Plástica se remonta a la época de los griegos y los egipcios, pero con técnicas muy rudimentarias y sin material. Durante la Primera Guerra se desarrolló material quirúrgico, técnicas anestésicas mejores y la Cirugía Plástica despegó.

-¿Qué reivindicaría para su especialidad?

-Me gustaría que hubiera más formación y que se tuvieran que reeditar los conocimientos. En Estados Unidos y algunos países europeos, los médicos tienen que certificar que están actualizados en sus habilidades y conocimientos. Una actualización de este tipo es buena para los pacientes porque les da seguridad y para los médicos porque pueden demostrar que están al día. Sería una medida polémica y de difícil aplicación.

-Aquí cuando alguien tiene su título...

-Nadie sabe si en 40 años lo estás haciendo bien o no. Pero no sólo para mi especialidad.

-¿Plantea un reciclaje permanente para los médicos?

-Sí, igual que lo tiene un piloto. Pero si volvemos a la Cirugía Plástica, creo que hoy por hoy es una macroespecialidad y debería dividirse en certificaciones por subespecialidad; es decir cirujanos de mano, reconstructivo facial, reconstructivo de la mama... Es que la Cirugía Plástica es enorme. Es como ser traumatólogo. Porque ya un traumatólogo de todo no existe; se subespecializa en muñeca, hombro, rodilla...

-Es de Santander. Se especializó en Málaga, volvió a su ciudad natal y acabó en Málaga. ¿Por qué regresó a esta ciudad?

-¿Quién no quiere volver a Málaga? Porque Málaga siempre me trató muy bien. En esta ciudad es fácil ser feliz.

-Hay médicos que tuvieron que emigrar para tener trabajo. ¿En su especialidad eso no se ha dado?

-No creo que en la época actual sea necesario emigrar del país, pero sí es necesario cambiar de ciudad. La Cirugía Plástica es una especialidad en crecimiento. En algunos sitios hay exceso de profesionales y en otros falta de profesionales. La migración es necesaria, como en otras profesiones.

-¿Qué cirugía le haría a la estética de Málaga?

-Falta afianzar el pilar básico de Málaga que son los Baños del Carmen. Ese es el elemento a solucionar conjuntamente con los vecinos para dar una solución a ese espacio que es privilegiado entre las costas de este país.

-¿Hace falta un nuevo hospital?

-Sin duda. Es una asignatura pendiente. Hace falta más unión entre las instalaciones y mejor coordinación. Hay que centralizar el Hospital Carlos Haya en vez de tenerlo dividido en subsecciones. Es molesto que esté repartido entre el Hospital Carlos Haya y el Civil; hay que estar moviendo a los pacientes o a los profesionales. La idea de hacer un gran hospital reunificado sigue siendo un objetivo importante para los malagueños; bien comunicado y moderno. Por otra parte, la fusión con el Clínico fue algo artificial porque no existe unión.

-¿Cómo ve las infraestructuras de la provincia?

-Creo que no estamos nada mal. Tenemos un grandísimo aeropuerto, un buen puerto y un buen tren. Insistiría en la moderación urbanística. Creo que el asfalto en las carreteras es mejorable. Y me parece que habría que centrar las inversiones en generar tejido industrial. Hace falta mano de obra permanente, que no sea temporal y cualificada en la manufacturación. Mejorar el tejido industrial es el reto.

-¿Lo mejor de Málaga?

-La luz y el cielo. El sol se refleja en el mar y Málaga es como un anfiteatro. A ese cielo azul, sin nubes, se le suma ese brillo. Realmente es una ciudad encantadora.

-Cantabria es muy bonita también...

-Santander es impoluta, pero allí llueve mucho... Cantabria es un paraíso, pero pronto será descubierto y colonizado por las infraestructuras turísticas. Cantabria es un paraíso natural. No podemos presumir de luz, pero sí de verde y de montaña.

-¿Lo peor de Málaga?

-No lo sé. Si acaso, los ciudadanos debemos cuidar más el mobiliario y la limpieza urbana.

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