Málaga

Soñar un colegio en colores

  • Stroke Art, asociación de graduados en Bellas Artes, realiza una docena de murales de contenido pedagógico en el CEIP Ciudad de Mobile

Seguir soñando. Disponer del futuro como un lienzo en blanco para poder pintar en él lo que cada uno se proponga. Incluir, respetar, amar el aprendizaje y llamar a la educación por su nombre, la herramienta más poderosa para cambiar el mundo. De eso hablan los muros del colegio público Ciudad de Mobile, en la barriada de La Roca. Las paredes del patio, del gimnasio, del comedor se han llenado de color gracias a la asociación Stroke Art, formada por jóvenes graduados en Bellas Artes. El 26 de septiembre comenzaron a pintar los 12 murales que componen el proyecto, puesto en marcha hace dos años gracias al impulso de la profesora Noelia Acosta. El próximo martes estarán terminados para la inauguración oficial, con flashmob incluido.

Una quincena de artistas han participado en el proyecto que explica Jonatan Sánchez, vicepresidente de la asociación Stroke Art. "Querían hacer unos 'muros vivos' dentro del programa Escuela Espacio de Paz, plasmar en murales distintas competencias educativas como la no violencia", dice Sánchez. Por eso, el primer mural que se ve y uno de los más grandes, de unos diez por seis metros ocupando una de las dos fachadas norte, está protagonizado por Picasso, su paloma de la paz y la frase "Make Art, Not War" (Haz el arte y no la guerra). "Para nosotros supone también una reflexión sobre el arte urbano, es una reinterpretación del mural de Obey, hacemos el mismo juego aunque más nuestro", considera el vicepresidente del colectivo.

Con una plataforma elevadora pudieron también pintar la otra fachada, dedicada en este caso a los monstruos infantiles, "al poder de la imaginación de los niños para evadirse de los problemas reales de sus vidas", señala Jonatan Sánchez. Este tema también se ha trabajado en clase y los escolares han participado en un concurso con el que han conseguido libros de ilustraciones infantiles donados por editores malagueños para engrosar la lista de títulos de su biblioteca.

En los muros del patio, Carlos Casado les ha pintado a los alumnos una portería. Junto a los palos, una explosión de color parece estallar cuando se mete un gol. Y María José Grimaldo propone con letra bien clara que "Sigamos soñando". Alejandro Villalobos ha creado un universo en el que los niños piensan en profesiones poco peculiares, desde entomólogo o equilibrista, a biólogo, pescador o paleontólogo. En una pizarra, los menores podrán escribir sus sueños y junto a ellos podrán leer y pensar sobre las frases de Teresa de Calcuta y Nelson Mandela.

El patio de Infantil se ha convertido en un mundo submarino lleno de azules y corales y en una parte del gimnasio viven los hombrecillos del mundo digital de Miguel Javier Saura. En el comedor, las verduras y frutas, los huevos, los espaguetis, los pescados y las galletas cobran vida, aunque sus nombres suenan en inglés. Gonzalo y María Vera han sido los encargados de animar este pequeño espacio en el que cada día almuerzan los pequeños de este centro hermanado con la ciudad estadounidense de Mobile, de ahí su nombre.

"Cada uno ha tomado la decisión de plasmar esa competencia educativa que los profesores nos han pedido, hemos presentado los diseños y fueron aprobados por el claustro y el consejo escolar", apunta Jonatan Sánchez. "Pero aquí no entendemos el yo sino el nosotros, hemos trabajado codo con codo con la comunidad educativa, tanto en la idea como en el diseño", agrega el vicepresidente de Stroke Art. Además, dentro de la docena de murales, tres están siendo pintados con la colaboración de docentes y alumnos, una rayuela, un mural sobre discapacidad y otros sobre la naturaleza.

Unos 4.000 euros ha costado esta iniciativa financiada por cuatro entidades públicas (la Universidad de Málaga, el Consejo Social de la UMA, el Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía) y cuatro empresas privadas (Unicaja, Montana Colors, Grupo Lozano y Copicentro). Dos alumnas del IES Politécnico Jesús Marín han grabado cada día la evolución de los murales y el makingoff lo quieren presentar al Festival de Málaga. Una vez terminado este proyecto, que ha necesitado unos dos años de gestación pero tan sólo dos semanas para su realización, quieren presentarlo a organismos y certámenes "para poder seguir líneas similares en otros centros".

Por el momento, llenar de color el Ciudad de Mobile ha sido una aventura de la que todos se han sentido partícipes y orgullosos de sus resultados.

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