Málaga

El aeropuerto detuvo anoche los aterrizajes por seguridad por la niebla

  • Las altas temperaturas y el viento suave dejaron ayer una estampa inusual en la capital que complicó el tráfico aéreo hasta el punto de que veinte vuelos tuvieron que desviarse

La densa niebla que ayer cubrió Málaga complicó el tráfico aéreo hasta el punto de que Enaire, el gestor de navegación en España, detuvo los aterrizajes por "seguridad" durante una hora ante la escasa visibilidad reinante en el aeropuerto. Un portavoz de Aena informó ayer a este periódico de que veinte fueron los vuelos que tuvieron que desviarse hasta Granada yu Sevilla. A las 23:00 la situación se normalizó y el gestor dio vía libre a las llegadas. Las salidas, por su parte, no se vieron afectadas y no se registró ninguna incidencia. Lo cierto es que en el aeródromo malagueño no se recordaba una jornada con tantos devíos y cancelaciones por culpa de la niebla. Antes de que Enaire impidiera aterrizar a los aviones, fueron los propios comandantes los que tuvieron que decidir si tomaban tierra en Málaga u optaban por otro destino, pero la noche se fue complicando tanto que Enaire cerró el aeropuerto para las llegadas.

Las elevadas temperaturas -más propias del mes de abril con máximas que incluso han rozado los 25 grados en municipios como Rincón de la Victoria- dejaron ayer un banco de niebla en distintos puntos de la capital que limitó la visibilidad en las horas centrales del día. El fenómeno, propio de finales de la primavera y principios del verano y conocido entre los pescadores como niebla taró, no solo responde a la masa cálida registrada estos últimos días sino también al viento suave que ha soplado, según explicaron ayer a este periódico desde el Centro Meteorológico. Más allá de la estampa inusual que dejó en la capital, al menos nueve vuelos con destino Málaga tuvieron que ser desviados a Granada y Sevilla, según informaron anoche desde Aena. En el apartado de salidas no se produjeron incidencias.

La niebla, que en realidad son nubes bajas, se produce por la unión de varios factores. De una parte, la temperatura del agua del mar no está excesivamente caliente, y la masa de aire que está en la superficie se encuentra a una temperatura superior. Son estos dos elementos los que hacen que la humedad quede confinada. "Fruto de las temperaturas altas que hay en niveles bajos, sobre el mar se crea una tapadera. Con el mar más frio, se acaba formando una niebla, es decir, el nivel de condensación es bajo. Sin viento, la humedad se habría dispersado en capas más amplias", afirmaron desde el Centro Meteorológico.

La formación de la banda se produce, normalmente, de madrugada. Puesto que las nieblas se originan sobre suelos fríos, cuando se dan estas situaciones de diferencia térmica entre la superficie y el aire en altura las nieblas son más frecuentes en verano en las zonas costeras y en invierno en los puntos de interior. Justo lo contrario es lo que ocurre con las tormentas y es que, por esa misma razón, son más habituales en la temporada de invierno en el litoral y en verano en la zona de interior. Las altas temperaturas, que en puntos como el aeropuerto se situaron el sábado en los 20,7 grados de máxima, y en los 22,6 el domingo, se han registrado también en el resto de Andalucía y en buena parte de España, caso de Valencia, donde los termómetros han llegado a marcar 26 grados. La previsión es que, de cara a los próximos días, las temperaturas vayan descendiendo progresivamente.

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