Una puesta a punto de peso

El Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico se ha encargado de la restauración de medio millar de obras, algunas tan voluminosas como el 'Nacimiento de Venus'

Isabel Vargas Málaga

11 de diciembre 2016 - 09:28

Ana Bouzas Abad, especialista del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), responde al teléfono de forma amable, con una entereza digna de su trayectoria profesional. Por sus manos han pasado obras tan imponentes como la Amazona Herida de Écija o el Giraldillo, sobrenombre popular de la escultura que corona la Giralda de Sevilla. Ahora, su currículum engrosa otro título de peso: el de haber reparado algunas de las piezas más interesantes de la colección arqueológica del Museo de Málaga. La aventura comienza hace dos años cuando la Conserjería de Educación, Cultura y Deporte encomienda al IAPH la restauración de 442 bienes muebles de la recién abierta pinacoteca, de los cuales 348 pertenecen a los fondos arqueológicos.

De todas ellos, al que más tiempo le ha dedicado Bouzas -unos nueve meses aproximadamente- ha sido al Nacimiento de Venus, un impresionante mosaico romano de seis metros de largo por cuatro de ancho. El conjunto hallado en la calle González Marín de Cártama en 1956 precisaba de una intervención integral "porque sus piezas habían sido tratadas en los años 50 y 60", argumenta la restauradora. El tratamiento tuvo como principales objetivos resolver el problema del soporte de cemento basto, restaurar el mosaico y ejecutar un nuevo montaje de la obra. "El esfuerzo físico no es el mismo que con una pieza de cerámica de 500 gramos. El emblema octogonal de la parte central del mosaico, donde está la Venus tumbada y los dos delfines, pesa unos 260 kilos. Manejar eso es complicado", reconoce entre risas. A partir de hoy, cualquiera puede acercarse a ver este descomunal mosaico en un estado de conservación "mucho más adecuado", remata la especialista.

Otra de las obras más singulares, en palabras de Bouzas, es el Hipogeo fenicio de calle Mármoles (siglo VI - II a.C.). "Esta pieza apareció en una excavación de urgencia. Es única. Su restauración ha sido complicada porque está hecha simplemente con arena apelmazada. Es difícil mantener una estabilidad en esos materiales", señala. Su singularidad radica en su posible tipología en forma de piel de toro y en tratarse de un enterramiento colectivo de una de las necrópolis de la ciudad púnica de Malaka. Pero sin duda, el protagonismo de esta colección se lo lleva la tumba fenicia -y su ajuar- hallada en un solar de calle Jinete en 2012. "Ha sido muy interesante rescatar el casco de un guerrero griego, una pieza bastante peculiar, porque en Grecia se han encontrado miles, pero en España no tantos. Además, la tumba se ha desmontado pieza a pieza -hablamos de sillares de piedra- para ser expuesta en una de las salas", desvela la restauradora.

El proyecto "de gran complejidad a nivel conceptual" ha contado con un equipo interdisciplinar formado por restauradores -unos 14 aproximadamente-, historiadores y técnicos de imagen y químico. Todos ellos han pasado por la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, entre los meses de febrero y julio de 2014, con el objetivo de restaurar 348 piezas arqueológicas y por la sede de colecciones del Museo, en Málaga, donde se han intervenido 94 obras de la colección de Bellas Artes (La meta sudante de José Moreno Carbonero y La última ola de Emilio Ocón y Rivas, entre otras. Sin embargo, más allá de números, de cifras -el presupuesto dedicado a la intervención ronda los 500.000 euros-, Bouzas escupe una espléndida reflexión sobre el "estimulante y bonito" proyecto: "El trabajo puede ser muy parecido en el desarrollo mecánico -la limpieza de las piezas, por ejemplo-, pero cada obra te dice una cosa diferente. Curioseas, lees y de repente te ves recorriendo siglos de historia".

Por otra parte, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte ha llevado a cabo y financiado la restauración de la Colección Loringiana, formada por un total de 94 obras, la mayoría de gran formato. El germen del Museo Arqueológico Provincial, y en última instancia el del Museo de Málaga, posee en exclusividad la colección de matronas en mármol más grandes de España. La intervención, programada por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha tenido un presupuesto de 359.445,63 euros y ha contado con la dirección de Elena García Martínez, del Departamento de Conservación Preventiva del Área de Investigación del IPCE. La pinacoteca también exhibe obras cedidas y restauradas en el Museo del Prado como Anatomía del corazón de Enrique Simonet, la joya de la corona de la colección de bellas artes, o La bendición de los campos de Salvador Viniegra. Una puesta a punto de peso que, tras 20 años de espera, ha merecido la pena.

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