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Un techo fijo para Kevin

  • La madre de un niño de 3 años con una discapacidad del 90% pide una vivienda social cerca del Materno tras haber afrontado cuatro mudanzas

Cristina vive una doble pesadilla: la enfermedad crónica que padece su hijo Kevin, de 3 años, que con una discapacidad del 90% sobrevive gracias a dos tanques de oxígeno, y la grave situación económica a la que se enfrenta desde que el pequeño nació. "No puedo ir de vivienda en vivienda. Ya llevo cuatro mudanzas. Tengo otra hija, de 7, que ha visto a su hermano medio muerto y ha tenido que cambiar tres veces de colegio", apostilla con la angustia propia de una madre que busca a la desesperada un piso de alquiler social cerca del Hospital Materno Infantil, donde el menor tiene que ser tratado con frecuencia. La familia ha lanzado a través de las redes sociales un llamamiento para difundir la "insoportable" situación por la que atraviesan y, de esta forma, que las administraciones les ofrezcan un inmueble estable, con capacidad suficiente para las ocho máquinas que precisa Kevin.

La madre del pequeño percibe cada mes una prestación económica de la Junta de Andalucía que no llega a los 390 euros y que destina casi en su totalidad a los gastos del niño, principalmente en material sanitario. En su día a día se hacen imprescindibles dos tanques de oxígeno, uno que tiene instalado en su casa, con el que recarga las bombonas, y otro que utiliza cuando sale a la calle. La afección pulmonar que sufre le obliga a llevar dos respiradores. "Se le cierran por las infecciones que coge y le entra muy poco aire. Tiene una cuerda vocal paralizada", explica Cristina, que durante el embarazo de su hijo contrajo la varicela, lo que causó graves secuelas al feto. Con templanza, describe las limitaciones del menor. "Tiene la columna desviada y me han dicho que de momento no se puede corregir. Para dormir utiliza una cama especial y un aparato que le permite que las caderas no se le abran. Lleva además un andador que usa a ratos por los problemas respiratorios y un aspirador para los mocos. Es cardiaco y muy nervioso", cuenta la madre.

La Fundación Infantil Ronald McDonald, que se ocupa de dar cobijo a enfermos con un tratamiento temporal, le ofreció a la familia un hogar durante un año y medio. La situación de Kevin, sin embargo, no es transitoria. Su enfermedad se antoja crónica. La Fundación Luis Olivares asumió el coste del alquiler de una vivienda situada cerca del Materno, pero Cristina se niega a seguir "dependiendo" de nadie, aunque agradece el apoyo que continúan brindándole. Para comer, acude a Cáritas y paga en dos veces a la fundación el pago de la luz, de entre y 400 euros al mes. "Podría asumir una vivienda social que no superara los 250 euros al mes. Ya son cuatro mudanzas las que llevo con mis niños. He acudido a todas partes y solo me dicen que espere, pero llevo cuatro años haciéndolo", relata la progenitora en el vídeo que ha difundido, en el que también pide que la administración "acelere el trámite" que le permita acceder a una vivienda social. "Tengo que procurar la recuperación de mi hijo y que mi niña se críe en la mejor infancia posible. Mi familia vive en Gerona", asevera. Desde que hizo público su caso, Cristina ha recibido el apoyo de numerosas personas, que han aportado su granito de arena. "Un hombre se ofreció a pagarle al niño el fisiorespirador uno o dos meses. Con las donaciones he podido comprarle un reanimador", explica. Un fisioterapia de atención temprana acude tres veces por semana a casa de Kevin, que también recibe clases de una profesora al no poder acudir al colegio.

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