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El enoturismo enamora en Ronda

  • La Ruta del Vino de Ronda, una de las 27 que están certificadas en España, registró el pasado año casi 39.000 visitantes, siendo la segunda en crecimiento en los últimos tres años

Visita de una pareja a una de las bodegas rondeñas que forman parte de la Ruta del Vino.

Visita de una pareja a una de las bodegas rondeñas que forman parte de la Ruta del Vino. / javier flores

Hhel enoturismo sigue tomando impulso en la Serranía de Ronda, que cuenta con una de las rutas que están certificadas por el Gobierno central y que forma parte de las incluidas en Rutas del Vino de España. Aunque la recuperación de la viticultura es relativamente reciente en la comarca rondeña, el crecimiento de sus bodegas se sigue manteniendo, contando ya con más de cien referencias. Una cantidad que hace que se produzcan vinos para todos los gustos y que algunos restaurantes y bares rondeños ofrezcan ya exclusivamente vinos locales. Además, en gran parte de los locales de la zona ya es posible copear los vinos rondeños, algo casi impensable al inicio de la recuperación del sector.

Ahora, consolidados su vinos, las visitas a las bodegas en las que se elaboran sigue creciendo, hasta el punto de que en los últimos tres años el incremento ha sido porcentualmente el segundo más importante entre todas las rutas certificadas, con un 79,95% de crecimiento. Con casi 39.000 visitantes durante el pasado año, según los datos oficiales, la ruta de las bodegas rondeñas se sitúa en tan solo en tres años en la mitad del ranking de las 27 rutas que están certificadas en España y que están encabezada por Marco de Jerez con más de medio millón de visitantes. Una cifras que ya la sitúan por encima de otras zonas productores con mucha más conocidas en este sector como es el caso de Rueda. Unas cifras que también le colocan delante de otras rutas como Jumilla o Montilla Moriles, con una historia reciente mucho superior al caso rondeño.

En la parte alta de la tabla de visitantes, además del Marco de Jerez, se encuentran regiones tan conocidas el Penedés, Rioja Alta, Rioja Alavesa o Ribera de Duero, que son algunas de las zonas productoras cuyas marcas cuentan con un gran conocimiento en España y concentran gran parte de la producción nacional. Otro de los aspectos que hace destacar a la oferta del enoturismo rondeño es que representa un mayor número de visitantes de origen extranjero que nacionales, algo que también se relaciona con su cercanía a un destino tan potente como la Costa del Sol y el atractivo de la propia Ronda dentro del turismo internacional.

Los datos reflejan en la actualidad que el pasado año 12.660 de los turistas que fueron a una bodega rondeña eran nacionales, mientras la cifra de extranjeros alcanzó los 26.026, lo que viene a reflejar una importante diferencia con respecto a otras rutas, ya que en el global de visitantes de todas las rutas los extranjeros solo representan un 26%. Profesionales del enoturismo rondeño destacan la importancia de este crecimiento, al tratarse de una zona de producción muy pequeña, que tan solo posee 300 hectáreas de videños, lo que consideran que viene a "ratificar" el "buen trabajo" que consideran que se está realizando en este ámbito

En la actualidad buena parte de las bodegas rondeñas ofrecen la posibilidad de visitarlas y conocer el proceso de elaboración de sus vinos y poder degustar algunos de ellos, en función del paquete que pueda contratarse, ya que existen diferentes opciones disponibles. Aunque los precios varían en función del paquete, por 25 euros por persona se puede contratar una visita en la que se ofrece un recorrido por la bodega para conocer el modo de cultivo, las variedades plantadas o la forma de elaborar los vinos, cata de vinos y una pequeña degustación de productos de la zona, como chacinas y queso.

No obstante, en la actualidad es posible hacer prácticamente cualquier tipo de visita a una bodega, desde aquellas que se ofrecen por diez euros con la cata de un par de vinos o aquellas que son prácticamente personalizadas y de forma individual, como es el caso de las que organizan desde Milamores, en la que solo se atienden por cada visita a las personas que formen parejas, sean un mismo grupo de amigos o conocidos que lo soliciten de forma conjunta.

En este sentido, según el informe anual que se elabora, el coste medio para visitar alguna de las bodegas rondeñas se encuentra en los 20,25 euros, mientras en gasto medio por cada persona se encuentra en los 18,69 euros "Se trata de explicar el concepto de los vinos rondeños", indica una de las guías que hace este tipo de visitas, que insiste en la necesidad de contar al visitante que son vinos que cuentan con un método tradicional de elaboración, que la uva se corta a mano y que se recoge en cajas con un peso reducido para no dañar la uva. Además, también la utilización de elementos químicos para el control de plagas se encuentra limitado. Un proceso tradicional que hace que el producto final sea diferente.

El enoturismo también se está convirtiendo en una forma de dar a conocer los vinos rondeños entre potenciales consumidores y una vía de ventas para las bodegas. Y es que algunas de ellas reconocen que entre sus visitantes se encuentra una parte importante de los vinos que producen. En algunos casos se apuntaba recientemente que las ventas a visitantes podrían representar hasta un 50% de las ventas totales. Además, muchas de ellas cuentan con un sistema de envío directo a casa, por lo que, el turista no tiene la necesidad de ir cargando con las cajas y las recibe directamente en su residencia, un sistema que resulta especialmente cómodo para aquellos que tienen que regresar en avión a sus lugares de residencia.

De este modo los bodegueros han logrado diversificar su oferta y el sector turístico rondeño suma una oferta para ampliar las actividades que se pueden realizar en la zona, además de la visita a la propia Ronda.

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