Cultura

La Malagueña Sinfónica: una historia de amor

  • Constituida como la primera orquesta de su género no profesional en Málaga, la formación tiene previsto dar su concierto de presentación en noviembre

  • Mientras, busca músicos para sus filas

Miriam Carrera y Nahum Canoura (cántabro él, de Ponferrada ella) coincidieron en Londres hace unos años en el seno de una orquesta. Pero ninguno de los dos es músico profesional: ambos forman parte de esa legión de instrumentistas que por las más diversas razones abandonaron sus estudios en el Conservatorio antes de completar el plan de formación, aunque ya habían adquirido la técnica suficiente para interpretar los repertorios habituales. Carrera y Canoura, violinistas, descubrieron en la capital británica el fenómeno de las orquestas sinfónicas no profesionales, una experiencia que cuenta en España con escasos ejemplos pero que en el Reino Unido se encuentra ampliamente divulgado: "Actualmente hay más de treinta orquestas de este tipo sólo en Londres", apunta Canoura, quien explica el quid de la cuestión: "Todas están formadas por músicos no profesionales, gente que en su día abandonó el Conservatorio o estudiantes que aún no han terminado sus estudios pero quieren tocar en una orquesta. Allí constituyen un fenómeno cultural muy potente, trabajan en barrios, con sedes propias y con públicos muy fieles. Suelen contar con directores de prestigio interesados en llevar la música clásica más allá de los teatros al uso. E interpretan cualquier repertorio". Miriam Carrera recuerda al respecto su participación en una maratón que consistió en la interpretación íntegra de las nueve sinfonías de Beethoven, lo que no es precisamente moco de pavo: "Fue una experiencia única, tocar estas obras ante tanta gente. La oportunidad que se nos brindó como músicos que de otra manera nunca habrían podido interpretar algo así en una orquesta fue única". Poco después, el destino laboral condujo a Carrera y Canoura a Málaga, donde residen. Apenas puesto el pie en tierra, la pregunta se formuló sin repartos: "¿Por qué no hacemos aquí lo mismo?" Dicho y hecho: encontraron el aliado perfecto en un director musical, Alejandro Santiago, que culminó en 2008 sus estudios de clarinete en el Conservatorio Superior de Málaga, ejerce la docencia musical en Vélez-Málaga y estudia dirección orquestal en la Associatted Board of the Royal Schools of Music, dispuesto a incorporarse a la aventura. Así nació La Malagueña Sinfónica. Nada menos.

Hace ahora cosa de un año comenzó la búsqueda primordial: la de músicos no profesionales de los que nutrir una orquesta sinfónica. La pegada de carteles y el trabajo en redes sociales comenzaron a surtir efecto mientras la agrupación encontraba una sede estable en el local de la Asociación de Vecinos El Perchel, donde desde entonces realiza sus actividades y ensayos. Hoy, la Malagueña Sinfónica es una orquesta con más de treinta miembros, constituida como asociación sin ánimo de lucro, con sus propios estatutos y regida por un comité directivo. El pasado junio ofreció su primer concierto, aún a modo de tentativa, con obras de Mozart y Bizet en el mismo local de la Asociación. La incipiente puesta de largo dio mucho que hablar, pero el objetivo esencial sigue siendo la incorporación de efectivos: "En la orquesta hay músicos de entre 15 y 70 años. Algunos dejaron el Conservatorio y llevaban algún tiempo sin tocar, otros han seguido tocando por su cuenta y otros estudian en el Conservatorio y quieren tener la experiencia de tocar en una orquesta. Todos son bienvenidos", señala Canoura. Con vistas a los posibles interesados, Carrera apunta que uno de los aspectos en los que más inciden es la ausencia absoluta de audiciones y pruebas de selección: "Las audiciones son siempre un mal trago, y no queremos hacerlo pasar a nadie. No seguimos los criterios de una orquesta profesional, nuestra intención es pasarlo bien tocando con gente, en un vínculo más amistoso que profesional. Si alguien se muestra interesado en unirse a la orquesta, le enviamos las partituras en las que estamos trabajando y nuestra agenda de ensayos y ya cada persona, en función de su capacidad, sabe si será capaz de seguirlo o no. Hemos tenido a músicos que han comenzado a tocar pero que lo han dejado porque se sentían rezagados, pero no pasa nada. Mantenemos el contacto de cualquier forma". En cuanto a un número ideal de miembros, Alejandro Santiago explica que no se trata tanto de llegar a una determinada cantidad "sino de conseguir consolidar una formación equilibrada entre las distintas familias de cuerdas y vientos. Es decir, evitar que tengamos, por ejemplo, muchos flautistas y pocos violinistas". Precisamente, es en los instrumentos de cuerda donde más músicos necesita la Malagueña Sinfónica, "así que seguiremos buscando, con carteles, en las redes sociales y donde sea. Queremos presentar el proyecto en los conservatorios de Málaga, porque nos parece una oportunidad muy interesante para los alumnos", explica Canoura, quien detalla el modus operandi de la agrupación: "Somos una orquesta democrática y orgánica en la que todo el mundo tiene voz y voto. Aquí no se trata a nadie con la punta del pie, al contrario que en no pocas orquestas profesionales".

La orquesta cuenta actualmente con una treintena de músicos de entre 15 y 70 años

Precisamente, la búsqueda de músicos se refuerza estos días con vistas a la nueva temporada. Y parece que la iniciativa avanza: casi todos los días reciben solicitudes de músicos interesados. Los planes de La Malagueña Sinfónica pasan por un concierto de presentación (ya sí, con carácter oficial) en la Sala María Cristina en torno a la festividad de Santa Cecilia (el 22 de noviembre), un concierto (o varios) navideño en Vialia y otras citas más adelante. En cuanto al repertorio, el director musical señala que siempre se escogerán "las obras que permitan un mayor lucimiento de la orquesta. Es un proceso en el que todos tenemos que ir aprendiendo, y lo haremos, de la mano del público. Pero no querríamos limitarnos al gran repertorio conocido, también nos gustaría mucho interpretar obras de compositores malagueños que por lo general encuentran cerradas las puertas de las demás orquestas para estrenar sus partituras. Es una línea en la que nos interesa indagar especialmente". A partir de aquí, según Nahum Canoura, el proyecto a medio plazo pasa por ganar aliados: "Queremos servir de plataforma a solistas que quieran tocar con una orquesta. Hace unos días hablamos con la soprano malagueña Claudia Teruel y está muy interesada en interpretar piezas líricas con nosotros. Tampoco descartamos contar con músicos profesionales para participaciones puntuales ni colaborar con las otras orquestas sinfónicas no profesionales de España: en Andalucía somos la primera. En Londres trabajamos con directores como Nicholas Jenkins y podríamos traerlos para que actuaran con nosotros". Miriam Carrera, por su parte, subraya que no existe ánimo alguno de competencia respecto a otras orquestas: "Muy al contrario, lo que nos gustaría es que hubiera en Málaga más orquestas como la nuestra. Una en cada barrio, como sucede en Londres. Así podríamos organizar festivales, compartir músicos, poner en marcha experiencias comunes. Las orquestas no profesionales suelen ser muy dinámicas y contribuyen a hacer de la música algo mucho más natural y cotidiano entre la gente". Todo desde la más feroz independencia y con un único requeremiento a quienes quieran contar con la orquesta: "Ninguno de nosotros hacemos esto por dinero, pero siempre pediremos una instalación suficientemente digna para una orquesta sinfónica".

"Somos una orquesta amateur, pero en el sentido original del término. Somos amadores. Amamos la música. Y tocar con gente", añade Canoura. Otra manera de hacer música sinfónica es posible al fin en Málaga. ¿Y si el éxito de La Malagueña Sinfónica, y de otras futuras orquestas similares, permitiera que la música clásica sea una cuestión de todos en esta ciudad que tanto apela, ay, a la cultura?

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