orlando jacinto garcía. compositor

"Salvo que asistas a un concierto clásico, toda la música ya es electrónica"

  • El músico estadounidense de origen cubano graba estos días su nuevo álbum en Málaga con la OFM

  • El anterior proyecto compartido cosechó una nominación para los Grammy

Orlando Jacinto García, ayer, en la sala de ensayos de la Orquesta Filarmónica de Málaga.

Orlando Jacinto García, ayer, en la sala de ensayos de la Orquesta Filarmónica de Málaga. / javier albiñana

El maestro recibe a Málaga Hoy en la sala de ensayos de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), en Carranque. A esta hora, supuestamente, debía estar aún en el tajo, pero el ritmo de trabajo es tan intenso y los resultados tan satisfactorios que ha decidido acortar los horarios y conceder a los músicos más tiempo para almorzar. Nacido en Cuba en 1954, residente en Miami desde 1961, nacionalizado estadounidense y profesor en la Universidad Internacional de Florida, Orlando Jacinto García es una referencia imprescindible de la música contemporánea que heredó la tradición minimalista forjada en EEUU a mediados del pasado siglo y que, desde esta premisa, comenzó a surcar otros ríos, con especial empeño en la combinación de formatos clásicos y electroacústicos. Desde el pasado lunes, García trabaja con la OFM en la grabación de su nuevo disco, que llevará por título Wind, sea and light y por cuya edición ya se han interesado diversos sellos. El álbum incluirá una obra para violín y orquesta de cuerdas (con la neoyorquina Jennifer Choi como solista), otra para piano y orquesta de cámara (con la pianista residente de la Universidad de Washington Cristina Valdés), otra más para clarinete y orquesta de cuerdas (con el mexicano Fernando Domínguez como solista) y una cuarta, que da título al disco y que García compuso recientemente, para orquesta de cámara. Precisamente, el compositor y director ofrece algunas claves de este trabajo mientras se prepara para añadir un ingrediente harto delicado: copas de vino que hará sonar con la afinación adecuada (y con precisión microtonal) y cortinas metálicas que incluirá en las obras para orquesta de cuerdas y solista.

"En realidad, lo de las copas vino de una sugerencia del clarinetista: la obra para clarinete lo era originalmente para orquesta completa, pero él me apuntó que sería interesante hacer una versión para orquesta sólo de cuerdas. Me pareció buena idea, pero buscando con qué completar los huecos que dejaban los vientos y la percusión reparé en la posibilidad de añadir las copas. Y la verdad es que queda muy bien. Las cortinas metálicas añaden también timbres muy reveladores", explica Orlando Jacinto García al respecto. Wind, sea and light es el segundo trabajo que graba con la OFM después del alumbrado para Toccata Classics en 2014, un trabajo que incluía la pieza Auschwitz (They will never be forgotten), estrenada en la Catedral de San Juan El Divino de Nueva York junto a la Filarmónica de Brooklyn y nominada a un Grammy. Y la impresión de García respecto a la evolución de la orquesta malagueña en estos tres años es tajante: "Cuando vine aquí a grabar por primera vez encontré una orquesta muy buena, pero la que he encontrado ahora es mucho mejor. Hay intérpretes muy sólidos. Mi música puede no sonar muy difícil, pero sí es muy difícil de interpretar. No hay nada tapado, está todo desnudo, no hay manera de esconderse. Hay una notable influencia del minimalismo y todo se oye. Si no entra todo junto, esa descompensación se percibe claramente. Pero estos músicos son estupendos".

La Filarmónica de Málaga que he encontrado ahora es mucho mejor que la que conocí por primera vez"

García recuerda, sin embargo, que su relación con la OFM viene de mucho más atrás: "Nuestra historia en común empezó hace veinte años, en el 97. El Festival de Música Contemporánea de Alicante me encargó una obra y la interpretó en el estreno la OFM, con Odón Alonso en la tarima. El estreno fue un éxito y se grabó para RNE. Después, pedí los permisos para incluir esta grabación en un disco y así lo hice, en un álbum monográfico de mis obras para New World Records. Mantuve el contacto con Odón Alonso hasta que falleció. Después recuperé el contacto con la OFM a través del director uruguayo José Serebrier. Cuando estrenamos Auschwitz en Nueva York se quedó muy impresionado y fue él, dado que acababa de grabar con la OFM, quien me recomendó que volviera a hacerlo con esta orquesta. El compositor español Tomás Marco, amigo común de ambos, también insistió en la misma dirección. Así que me puse en contacto con el gerente, Juan Carlos Ramírez, para ver la posibilidad de volver a colaborar y acordamos los plazos. La orquesta también estaba muy interesada porque guardaba un recuerdo muy bueno de la anterior grabación, la de Auschwitz. En un principio José Serebrier iba a dirigir estas nuevas obras para la grabación, estaba de hecho muy interesado, pero finalmente le fue imposible desplazarse a Málaga y decidí dirigir yo mismo. Yo, la verdad, no dirijo mucho, y rara vez lo hago fuera de mis obras, excepto cuando trabajo con mi grupo de música de cámara contemporánea".

Con una discografía que alcanza los 150 registros, Orlando Jacinto García es precisamente un compositor pionero a la hora de abrir puertas en la investigación y exploración del sonido que permite la combinación de formas acústicas y electroacústicas. Compositores como Krzysztof Penderecki han reivindicado recientemente esta vía como la ideal a seguir en lo que al futuro de la música se refiere, en lugar de un proceso ceñido exclusivamente a lo electrónico en cuanto a composición, producción y reproducción. Y García explica su punto de vista sobre el asunto: "En realidad casi toda la música es ya electrónica, porque está grabada. La única opción para salir de esto es asistir a un concierto de música clásica. En cuanto a la creación de música con dispositivos y formatos electrónicos, es algo que hago habitualmente, pero siempre con un intérprete. Es decir, escribo composiciones mixtas. Para mí, tener un intérprete al menos en el escenario es muy importante. Por eso he compuesto muchas obras para violín y electroacústica, por ejemplo, o con saxofón, o con piano, o con prácticamente cualquier instrumento de la orquesta. En mis obras, la parte electrónica que escuchas es un sampleado del instrumento realizado en directo. A veces estos sampleados están ligeramente procesados, pero siempre entraña un contrapunto entre el intérprete que está en la sala y los sonidos que el mismo intérprete genera". Y continúa: "Mi mentor, Morton Feldman, con quien tuve la suerte de trabajar cuando era joven, y con quien compartí mucho tiempo en su casa de Buffalo durante sus últimos años de vida, tenía una obra llamada Three voices. Y aunque se titulaba así se trataba de una pieza compuesta para una sola soprano, que grababa en directo dos partes más con su misma voz. Procedimientos así nos permiten trabajar con aspectos como los elementos microscópicos del sonido de manera muy eficaz. Esta obra de Feldman tuvo mucho impacto en la electroacústica. El vínculo entre el intérprete, el sonido y la grabación ligeramente modificada me interesa muchísimo. Eso sí, también hago obras electroacústicas con vídeo. Para esto necesito encontrar artistas visuales que además de ser buenos tengan una sensibilidad muy precisa respecto a la música. Y los hay".

Si algo interesa (aún más) a García es la percepción del público, de ahí que los títulos de sus obras sean por lo general abiertos y evocadores de un modo amplio: "Me gusta mucho que quienes asisten a mis conciertos compartan conmigo sus impresiones, lo que creen que han escuchado. Un título como Wind, sea and light [Viento, mar y luz] deja mucho espacio para una interpretación personal, y para mí es importante descubrir lo que puede llegar a sugerir la música a partir de aquí. Cuando terminé Auschwitz le puse primero un título mucho menos evidente, y claro, a nadie se le ocurrió que aquella música tenía que ver con aquel horror. Pero las apreciones fueron para mí igual de válidas". Así se divierten las musas.

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