Hay españoles que celebran la fiesta nacional insultando al presidente del gobierno de la nación. Lo reivindican como un ejercicio de libertad y desde luego lo es si crees que ésta consiste en insultar a quien te dé la gana. Lo contradictorio es que estos amantes de la libertad sean a la vez nostálgicos de la dictadura. Que puedan considerar ilegítimo un gobierno democráticamente elegido, a la vez que defienden la legitimidad del golpe de Estado franquista del 36. No pretendo dar más importancia de la que tiene la gamberrada del desfile, que es un desahogo como el de los ultras de un equipo de fútbol cualquier domingo por la tarde.

Hablando sobre lo sucedido oí al periodista J. Ramoneda afirmar que a ese ambiente de crispación y de odio también contribuye F. González y otros antiguos dirigentes socialistas con sus críticas al presidente. Me parece una grosera falta de objetividad situar en las filas de los ultras que insultan al presidente en los desfiles a antiguos dirigentes socialistas por criticar, exponiendo sus razones, al secretario general de su partido por tomar decisiones que cuando menos resultan discutibles. Opiniones envenenadas como esas son propias de una izquierda que odia al expresidente socialista tan encarnizadamente como la derecha a Pedro Sánchez. Como si ignorasen que Felipe González fue, en su día, el objetivo de esos mismos insultos. Dice Sergio del Molino en su libro sobre F.G. “que la refutación de la transición es un cliché tan poderoso y extendido entre la gente de mi edad que siento que reivindicarse como hijo de la democracia (en lugar de nieto de la guerra civil) es hoy imperativo para quien valora el suelo que pisa y no quiere que lo infesten los chacales”. No se me ocurre mejor respuesta al sectarismo periodístico de Ramoneda.

Libertad es poder gritar al presidente del gobierno si no estás de acuerdo con él o tomar cañas en Madrid donde quieras. Pero la verdadera libertad es que una mujer pueda interrumpir un embarazo no deseado en los términos que establece la ley. Libertad es poder decidir morir dignamente. Libertad es el derecho a casarte con la persona que amas siendo de tu mismo sexo o abrazarla sin recibir insultos homófobos. Falta de libertad es no tener un empleo y sueldo digno, ser víctima de la xenofobia si eres inmigrante, etc. etc. En definitiva, libertades son esas cosas que la derecha ha prometido derogar cuando llegue al gobierno.

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