Sevilla

Detenida una mujer por vender fotos y vídeos de sus hijas desnudas

  • La arrestada, vecina de San Jerónimo, cobraba entre 20 y 50 euros por cada envío.

Vendía fotografías y vídeos de sus hijas desnudas por menos de 50 euros. La Policía Nacional ha detenido a una mujer de 41 años, vecina de San Jerónimo, que obligaba a sus hijas, menores de edad, a posar sin ropa para fotografiarlas y grabarlas. Luego vendía los archivos por internet. La mujer explicaba a las pequeñas que necesitaban el dinero para comer y por eso las filmaba.

La detenida utilizaba además a la niña de mayor edad, de 15 años, como cobradora. Para ello concertaba citas con los compradores para recibir el dinero por el material suministrado, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía en un comunicado. Uno de estos clientes ya ha sido localizado y arrestado también como presunto autor de un delito contra la libertad y la indemnidad sexual. La Policía trabaja ahora para tratar de identificar a más compradores del material pedófilo suministrado por esta mujer.

La investigación comenzó en septiembre, a raíz de una denuncia presentada por la ex pareja de la mujer detenida, que se presentó en una comisaría de la Policía Nacional acompañada por la hija mayor de ésta. La menor manifestó a los agentes que, desde hacía cuatro años, su madre había estado fotografiándola a ella y a sus dos hermanas, de 7 y 8 años, y a una sobrina de la ex pareja, también de 8 años, desnudas y en poses de tipo sexual.

Según el relato de la adolescente, la madre les decía en un principio que las fotografías eran para un casting de ropa. Alegaba que tenía que mandar fotos desnudas y en ropa interior para que vieran sus tallas. Tiempo después, la chica se dio cuenta de que su madre enviaba las fotos a hombres que pagaban por ellas, a través de una página web de contactos. La madre les explicó entonces que necesitaban el dinero para comer y que había hombres que pagaban por esas imágenes. La mujer cobraba entre 20 y 50 euros por cada entrega de material pedófilo.

La denunciante entregó en la comisaría un teléfono móvil que contenía imágenes de ella y de sus hermanas desnudas. Las fotos las había hecho la madre. La chica también aportó un ordenador que su madre había golpeado antes de marcharse, y que contenía también fotografías de las menores en las mismas condiciones. La denuncia se derivó al Grupo de Menores y éste abrió una investigación de manera inmediata. La Policía recalca que en todo momento se dio prioridad a la protección de los menores.

El 15 de octubre, los agentes detuvieron a la madre de la denunciante, como presunta autora de sendos delitos contra la libertad e indemnidad sexual y de pornografía infantil. La mujer fue puesta a disposición judicial  y quedó en libertad con cargos. El juez le impuso una medida de alejamiento de sus hijas y de la sobrina de su ex pareja. Las niñas fueron repartidas en distintas casas: la mayor quedó con una vecina que se interesó por la custodia de las niñas cuando detuvieron a la madre, la de 8 años se fue con una hermana mayor de edad, la de 7 con su padre, y la sobrina con su madre biológica.

La Policía se centró en la localización de los compradores de las fotografías. Para ello siguieron los datos facilitados por la menor denunciante. Tras realizar una serie de gestiones por internet, los investigadores dieron con el comprador con el que la chica llegó a quedar varias veces para cobrar el dinero de las fotos y vídeos que su madre le enviaba. El 22 de octubre, los agentes del Grume detuvieron a este hombre, de 49 años, al que se le imputa también un delito contra la libertad e indemnidad sexual. Al igual que hizo con la mujer que le vendió las fotos, el juez le impuso una orden de alejamiento de las menores.

La Policía pudo comprobar después que en ocasiones la madre grababa a su hija de 15 años y compartía las imágenes con hombres a través de videoconferencias. Según declaró la chica, la madre les hacía ponerse un chupete y dos coletas, además de darle una serie de indicaciones sobre las poses que tenían que poner. Tanto ella como sus hermanas eran golpeadas repetidamente con un palo si se negaban a hacerse las fotografías.

La Policía ha constatado que estas agresiones se cometieron en varias ocasiones. La denunciante también contó que la madre la enviaba a cobrar el dinero directamente a los compradores. Éstos no cometieron ningún abuso con ella, pero sí le propusieron mantener encuentros sexuales a cambio de más dinero. Otras formas de pago utilizadas eran transferencias bancarias a la cuenta de la madre. También dejaban el dinero escondido en algún sitio y enviaban fotografías con pistas de dónde estaba.

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