Los socios del Ejecutivo andaluz (PSOE e IU) mostraron su indignación y el PP-A matizó que era un diagnóstico de la gestión socialista en la comunidad autónoma. Fueron dos maneras distintas de interpretar las palabras pronunciadas ayer por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. En un rifirrafe con la candidata del PSOE a las elecciones europeas, Elena Valenciano, Gallardón le reprochó que utilice el aborto en la campaña y además le echó en cara que su partido quiera para Europa el modelo de Andalucía, es decir, "una tasa de paro del 35%, el fracaso escolar más alto de España y un sistema de ERE falsos como el que define y caracteriza a Andalucía", a juicio del titular de Justicia.

No fue, según los compañeros de Gallardón en la comunidad, una definición de Andalucía ni de los andaluces. El PP-A se apresuró, a través de su vicesecretaria general, Virginia Pérez, a aclarar que el ministro no se refirió a toda la comunidad sino a "una determinada forma de gobernar y gestionar Andalucía, la del PSOE-A en los últimos 30 años". Pérez advirtió que "quien quiera sacar esto de contexto o intentar descontextualizar estas palabras" está llevando a cabo, "francamente, un intento vano de confundir a la sociedad".

La aclaración, y la advertencia, de Pérez, cayeron en saco roto en las filas socialistas y de IU. También en el Palacio de San Telmo. El portavoz del Gobierno de Susana Díaz, Miguel Ángel Vázquez, arremetió contra el ministro, cuyas palabras tachó de "impresentables" porque "insultan a Andalucía" en lo que constituye "una gran agresión a esta tierra". Vázquez, para el que la frase de Gallardón busca "tirar por tierra la imagen de Andalucía", emplazó al presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, a que "demuestre que es autónomo y no agache la cabeza poniéndose del lado de Andalucía. Tiene una gran oportunidad de demostrar que puede hacer política sin los hilos de marioneta manejados desde la calle Génova".

"Jamás este Gobierno andaluz dirá que España está manchada por la Gürtel, en todo caso diría que el PP es el que está manchado por Gürtel", indicó el portavoz de la Junta, que lamentó estar "acostumbrado" a la "dinámica de la derecha española de insultar y manchar al Andalucía; así demuestra una y otra vez que no respeta ni valora a esta tierra".

Por su parte, PSOE e IU expresaron su "hartazgo" por el "desprecio histórico" de la derecha hacia Andalucía. En declaraciones en los pasillos del Parlamento, el portavoz del PSOE, Mario Jiménez, denunció que el Gobierno de la nación ha desplegado una "ofensiva en toda regla" contra Andalucía, en alusión al anuncio de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, de que no habrá un plan extraordinario de empleo para esta región, y a las manifestaciones de Ruiz-Gallardón en la sesión de control del Congreso.

"Como anunció su padre, Alberto Ruiz-Gallardón se ha convertido en un ministro de la ultraderecha capaz de atacar la autonomía y de calificar a Andalucía en función de ese caso que se dirime en los tribunales", lamentó el parlamentario socialista, que añadió: "Nosotros no vamos a definir a España por la corrupción del PP, no lo vamos a hacer jamás. El PP puede atacar al PSOE y al Gobierno andaluz en lo que quiera, pero no atacar de esta manera descarnada a Andalucía".

El portavoz de IU en el Parlamento, José Antonio Castro, señaló que las manifestaciones de Gallardón "puede que le den votos al PP de Despeñaperros para arriba, pero aquí no". "Es un hartazgo el desprecio con que la derecha ha tratado siempre a Andalucía, ese desprecio secular", lamentó Castro, que llamó también la atención sobre el hecho de que el nuevo presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, dijera que "perdía calidad de vida al venir a Andalucía".