'Revolución'

Frente al recurso demagógico de ricos y pobres, el éxito de Moreno es que Andalucía esté en el centro del debate político

El presidente andaluz, Juanma Moreno, durante su intervención en el Foro Joly.

El presidente andaluz, Juanma Moreno, durante su intervención en el Foro Joly. / Antonio Pizarro

EL pasado lunes, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, aprovechó la oportunidad que le brindaba el estreno del Foro Joly Madrid para exponer una de las apuestas políticas que le han permitido tener una mayoría absoluta en el Parlamento autonómico, con un apoyo que ya creíamos imposible de revalidar.

No era la primera vez que Moreno tenía ocasión de explicar su política en Madrid, pero esta vez lo hacía en la tribuna creada por un grupo andaluz de comunicación, un matiz relevante.

El propio presidente decidió que ese formato era el idóneo para detallar su propuesta fiscal para este inicio de la duodécima Legislatura.

Y desde el pasado lunes no hacemos más que hablar de lo que él mismo llama “revolución”, en este caso, en materia impositiva.

Las dos principales medidas, aprobadas en apenas 24 horas por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, es la deflactación de los tres primeros tramos autonómicos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y la práctica supresión del Impuesto sobre el Patrimonio de las Personas Físicas (IP).

La primera busca aliviar a las rentas andaluzas, aunque sólo sea en la modesta medida del tramo autonómico, de la presión inflacionista, que es alta y no tiene visos de ceder a corto plazo. Es coherente con el ideario de su partido, el PP, que ha pedido al Gobierno que deflacte también el tramo estatal, para evitar que la renta se aminore porque los tipos impositivos no se acompasan con la subida de los precios.

La segunda es una apuesta clara por hacer de Andalucía un territorio competitivo y, lo más importante, amigable con la inversión y el capital. La propuesta equipara a los andaluces, en lo que respecta a ese tributo, con los contribuyentes censados en Madrid.

Sólo por la reacción de la izquierda y el Gobierno, la medida ya es un éxito. Hasta el punto de que el Ejecutivo del Reino anunció ayer un nuevo impuesto estatal para las grandes fortunas, en una nueva podemización del PSOE. Fieles a su política, María Jesús Montero y Pedro Sánchez recurren a la propaganda, porque bastaría subir los tramos más altos del IRPF.

Ni el estéril debate sobre ricos y pobres, absolutamente interesado y demagógico, ni la demonización de las competiciones entre territorios (¿nos creemos o no el autogobierno?) son, empero, lo más relevante a mi juicio. Por el contrario, la revolución es que Juanma Moreno ha conseguido poner a Andalucía en el centro del debate político español y darle el sitio que la comunidad más poblada merece.

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