Salud

Más gordos en los hogares más pobres de Andalucía

Alumnos almorzando en un comedor escolar.

Alumnos almorzando en un comedor escolar. / D. S.

Los países mediterráneos han cambiado de dieta. La comida rápida y ultraprocesada y las bebidas azucaradas han desplazado a la fruta, la verdura, el aceite de oliva y el pescado. La primera consecuencia de este cambio de alimentación es que España ha pasado a liderar, junto a Italia y Chipre, el escalafón de obesidad infantil. En el conjunto de la Unión Europea, uno de cada ocho niños de entre 7 y 8 años es obeso; en España, en cambio, ese promedio pasa a ser un obeso por cada cinco niños, es decir, el 18%.

Es el resultado de un informe de Save the Children, que alerta del aumento del sobrepeso y la obesidad infantil, una condición que afecta particularmente a los hogares pobres en Andalucía. Así se desprende del informe Adiós a la dieta mediterránea: nutrición y hábitos saludables de la infancia en España presentado hoy. El estudio ha sido elaborado después de preguntar a 2.000 familias españolas en septiembre de 2021, un análisis cuyo objetivo es comprender los efectos de la crisis de la pandemia en la nutrición y la salud infantil.

El estudio de Save The Children centra el foco en las familias vulnerables. Así, en los hogares andaluces de renta más baja hay un 34% más de probabilidades de que los niños sufran exceso de peso. Esa probabilidad es del 32,5% a nivel nacional. La ONG añade en su análisis que los hogares de Andalucía disponen de menos posibilidades de acceder a los alimentos necesarios para mantener una dieta equilibrada, de sufragar actividades de ocio no sedentario o de tratar problemas de salud, como son los trastornos de conducta alimentaria, estrechamente relacionadas con patrones alimentarios inadecuados, en comparación con los hogares con rentas altas –un 25% frente al 19% a nivel estatal-.

El director de Save the Children en Andalucía, Javier Cuenca, destaca que "los expertos avisan desde hace tiempo que la obesidad infantil es cada vez más un problema de desayunos y meriendas no saludables".

La actividad física y el descanso

Los principales factores relacionados con la obesidad y el sobrepeso en la infancia son la calidad de la alimentación, la actividad física que realizan o el número de horas que pasan durmiendo o frente a una pantalla, además de condicionantes ambientales, culturales y biológicos, señala Save The Children en el informe, que subraya el hecho de que el nivel socioeconómico es el principal determinante de la salud nutricional y sus hábitos saludables.

Esta realidad se traduce en los siguientes números: el 2,5% de los niños de los hogares andaluces con ingresos más bajos consume a diario comida rápida frente al 0,6% de los niños y niñas de familias acomodadas. Otro dato relacionado es que el 57% de los hogares con ingresos altos practican actividades físicas o deportivas regularmente por sólo un 28,6% de los hogares de renta baja. En la mayoría de los casos, estos niños de los hogares con rentas bajas no realizan actividad física nunca o lo hacen únicamente de modo ocasional.

En cuanto al descanso, las familias han respondido en la encuesta que los niños andaluces duermen menos de las diez horas diarias que recomienda la Asociación Española de Pediatría. Entre los niños que disfrutan de menos horas de sueño de las recomendadas, casi un 60% pertenece a hogares de renta baja. Los porcentajes de niños y adolescentes que no miran pantallas o lo hacen menos de una hora son superiores en los hogares de renta media y alta, al contrario que aquellos que pasan más de cinco horas frente a la pantalla, muy por encima del máximo recomendado por la OMS de dos horas diarias, donde en los hogares pobres representan un porcentaje mayor (24% en hogares pobres frente a 19,9% en los de renta media y alta).

La pandemia y la "inflación desbocada"

El informe de Save The Children muestra además que, en general, contando los hogares en riesgo de pobreza y los que no lo están, el 32% de los menores andaluces tenían un exceso de peso en la recta final de la pandemia (septiembre de 2021, fecha de la realización de las encuestas). Antes de la pandemia, esta cifra se situaba en torno al 30%. Esta situación, avisa la ONG, se puede ver agravada por el aumento de los precios de las verduras y las frutas como consecuencia de la "reciente inflación desbocada", avisa la ONG en la nota de prensa remitida a los medios.

La situación de la infancia y la adolescencia respecto a la obesidad y el sobrepeso tras la pandemia resulta similar a la previa, pero "debemos tomar estos números con cautela, porque los cambios en el Índice de Masa Corporal, que es la medida más común de la obesidad y el sobrepeso, requieren tiempo", explica Cuenca. Y es que la pandemia ha afectado a la reducción del consumo de verduras y, en especial, de fruta. Si más de la mitad de la población andaluza de entre 4 y 14 años consumía fruta a diario en 2017, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud de España, en el momento de la realización de la encuesta este valor se redujo hasta el 34%.

"Uno de los pocos datos positivos es que el consumo de dulces se redujo en casi un 65%. No obstante, es posible que este efecto sea coyuntural y debido solamente a las restricciones de movilidad y al cierre de comercios y espacios de ocio" en los que los menores adquirirían y consumían este tipo de productos, interpreta Cuenca.

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