Andalucía

Susana Díaz garantiza la continuidad de Canal Sur

  • La presidenta de la Junta desliga la gestión de la RTVA de las cuentas de Canal Nou Los trabajadores de la RTVV mantienen la programación tras la dimisión de la directora general

"Lo que han callado muchos durante casi veinte años ahora lo están diciendo en estas horas", comentaba un analista valenciano sobre lo que estaba viendo en antena en Canal Nou, la clausurada emisora autonómica valenciana. El presidente del Gobierno valenciano, Alberto Fabra, sostiene como "innegociable" el drástico cierre de la RTVV por no asumir el coste de los 40 millones de euros que supondría la readmisión del millar de trabajadores afectados por el ERE tumbado por los tribunales. La cadena valenciana emitía en la tarde de ayer un especial en directo con los micrófonos en la calle para recibir el apoyo de sus paisanos y airear sonoros reproches contra los dirigentes de la Generalitat, mientras en pantalla aparecía la etiqueta #RTVVnoestanca (RTVV no se cierra). Lo nunca visto en este canal. Un apoyo masivo y caliente que dista de los datos de audiencia que cosechaba la RTVV, que en estos meses se ha hundido hasta el 3,8% de los espectadores. La cadena vivía entre el descrédito periodístico y la ruina económica acumulada en los 1.200 millones que ha lucido de déficit.

El resto de comunidades se distancian de la drástica situación de Valencia. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, analizaba que lo vivido en la RTVV es impensable en Canal Sur, que cuenta con un contrato programa rubricado por el actual Gobierno que se extiende hasta 2015. "Cuando no se gestiona bien lo público, se aboca a un servicio público al cierre", lamentaba Díaz ayer en Granada. La RTVA, a la que se le exige "un ajuste necesario" tras reducirse la subvención en 5 millones para 2014, está respaldada a medio plazo y la presidenta andaluza desmarca a la RTVA de lo sucedido con Canal Nou, con un déficit milmillonario. "La deuda y la gestión de las dos son distintas evidentemente y los resultados así lo demuestran", añadió. La corporación andaluza, que presentará un déficit sobre los 20 millones en este ejercicio, acumula 80 millones, según reconoció la propia presidenta. Una cifra que parte desde el otoño de 2008, cuando se creó la actual corporación y llegó a la dirección general Pablo Carrasco. La RTVA mantiene al día el pago de las nóminas a la plantilla y se ha pagado a los proveedores hasta fecha del 1 de abril de este año. El retraso del abono de las transferencias (la Junta pagará este año 118 millones a la RTVA, 113 en 2014) fue una de las razones de la dimisión de Carrasco cuando Díaz era consejera de Presidencia. Desde el PP andaluz se calmaban los ánimos y se pedían ayer medidas para corregir el déficit de Canal Sur y que el ente fuera una "empresa económicamente viable", señaló la parlamentaria Teresa Ruiz Sillero, apelando a lo que recoge el Estatuto de Autonomía.

Y al Estatuto Valenciano se remite la plantilla de la RTVV para defender la permanencia de esta cadena autonómica, nacida para ser difusora del valenciano, que no del catalán, de una TV3 que a finales de los 80 era una cadena muy seguida en tierras levantinas. Posteriormente se prohibió la señal catalana en el territorio valenciano.

La última directora general de la RTVV, Rosa Vidal, dimitía ayer, añadiendo más malestar la situación, "por falta de confianza en el Consejo" y porque no pensaba "pilotar la extinción". Vidal fue nombrada sólo con los votos populares y hacía dejación de funciones ante una plantilla que se sentía acorralada y tomaba el mando de la improvisada programación. Vidal se marchaba animando a los trabajadores a seguir "al pie del cañón".

El presidente de la Generalitat insistía ayer que el cierre de la RTVV no tiene marcha atrás y que el proceso "va a ser todo lo rápido que permita la legislación". Fabra subrayaba que no cuenta con los 40 millones necesarios para la readmisión dictada por el TSJCV y que ese dinero lo necesitan "para servicios sociales". "No vamos a cerrar ningún colegio ni hospital", justificó Fabra para no salvar la RTVV. El despido de toda la plantilla actual, sobre los 600 trabajadores, costará lo que suponía un año de emisiones, gasto que acometerá el Consell valenciano, defendiendo que allí se han hecho las cosas "lo mejor posible". "Canal Nou forma parte todos nosotros pero en esta situación todo el mundo ha tenido que renunciar a algo", culminó Fabra sobre su decisión, que ha sido "la más difícil" de su trayectoria política.

Desde el PSOE valenciano se pedía la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones anticipadas.

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