Testigos del fuego de Riotinto cambian su versión en el juicio

Después de más de cinco años del incendio que acabó con la vida de un matrimonio y arrasó 35.921 hectáreas, varias personas retocan su declaración inicial

Miembros del Infoca en las tareas de extinción del incendio, el 27 de julio de 2004.
Miembros del Infoca en las tareas de extinción del incendio, el 27 de julio de 2004.
M. Rosa Font / Huelva

19 de enero 2010 - 05:04

Varios testigos del juicio por el incendio de Minas de Riotinto el 27 de julio de 2004, que comenzó ayer en la Audiencia Provincial de Huelva, cambiaron su declaración inicial o se retractaron de ella. Emilio Perdigón, el único imputado como presunto autor de un fuego que acabó con la vida del matrimonio formado por Francisco Capote y María Portijo y arrasó 35.921 hectáreas, defendió su inocencia.

Varios de los testigos que vinculaban a Perdigón con el fuego sufrieron ataques de amnesia -no recordaban casi nada- o se retractaron de las manifestaciones que hicieron durante la investigación (ante la Guardia Civil o el Juzgado mixto 1 de Valverde del Camino). Hasta ayer mismo, había dos testigos clave que inculpaban a Perdigón y que dieron marcha atrás, haciendo tambalear parte de las bases de las acusaciones.

La misma persona que ante la instructora aseguró haber visto al acusado en la tarde del 25 de julio, P.L.P.R., dando la hora y algunos detalles, rectificó para afirmar que "el humo estaba más lejos" y que en ningún momento había dicho que Emilio apresuró el paso cuando se percató de que lo había visto. "Lo juro, no lo vi salir del barranco y pienso que él no ha sido", remarcó el testigo.

Otro declarante, J.F.P., llegó a admitir en la fase de instrucción que el imputado le había confesado la autoría de la quema de al menos un contenedor (de los dos que ardieron aquella tarde de julio de 2004 en el núcleo urbano de Riotinto). Y ayer declaró: "Nunca me dijo que hubiera sido él, lo que me contó es que la gente lo andaba comentando y Emilio me dijo que no había sido, y yo no creo que fuera él".

Perdigón declaró poco más de quince minutos y no se relajó hasta que tocó el turno de interrogatorio a su abogado. El temblor en las piernas era ostensible. Ante el tribunal, volvió a defender su inocencia, como ha hecho desde la primera vez que fue interrogado tras el incendio, y mantuvo la misma versión, en la que los investigadores encuentran contradicciones e incongruencias. El acusado relató que el 27 de julio de 2004 salió de su casa sobre las 16:00 en dirección al pantano Zumajo para darse un baño (antes de su paseo habitual porque ese día no durmió siesta) y que vio humo pero no se acercó al lugar del que procedía. "Si me acerco, me echan la culpa, porque tengo antecedentes y me tienen ganas", se quejó.

Perdigón afirmó que en su camino hacia el Zumajo no se encontró con nadie, únicamente ya en el pantano, a un helicóptero del Infoca, que le requirió que abandonara el lugar. El acusado sitúa la llegada de nuevo a su casa sobre las 18:00. Ayer recordó que el día del incendio escogió un camino diferente para bajar al pantano por el calor que hacía.

Sin embargo, los miembros del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que realizaron el informe técnico sobre el incendio cuestionaron la versión del imputado al afirmar que si Perdigón salió de su casa a las 16:00 y tomó el camino que describe, no hubiera podido llegar al Zumajo, ya que en el camino "se hubiera visto afectado por el fuego". El informe señala que los cuatro focos del incendio, dos contenedores quemados en el pueblo, un tercer foco junto a la barriada de Los Cantos y un cuarto punto en los montes se produjeron entre las 15:30 y las 16:00 y que estaban separados por 1.392 metros.

La hija del matrimonio fallecido, Laura, exigió ayer que se depuren responsabilidades y agregó que si Perdigón lo ha hecho "debe pagarlo, a mí ya no me van a devolver a mis padres, pero si ha sido él que lo pague", dijo a los periodistas fuera de la Audiencia.

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